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¿Sólo das lo que te sobra?

Qué tanto mérito tiene el dar lo que te sobra si el verdadero sentido de la caridad es dar lo mejor que tienes.

Tal vez a los ricos les cuesta más trabajo dar lo que tienen y por eso dicen que hasta que duele es realmente cuando se comienza uno a desprender de algo que se aprecia.

Uno de los actos humanos más bellos es el de dar, poder desprenderse de algo que sientes muy personal y poder ser generoso con alguien que tiene más necesidad que tú.

Ese acto de generosidad se mide y cotiza por el esfuerzo que realizas para romper con tu sentido de pertenencia. Como es el caso de tener frío y quitarte una prenda para dársela a quien tiene más frío.

Cuentan que una señora muy rica se le acercó a la madre Teresa de Calcita para ofrecerle ayuda y recursos para sus obras. La madre la observó y le dijo con mucha ternura y determinación: “Sí, me agrada mucho tu intención, pero comienza por cambiar tu forma de pensar, así que la próxima vez que te vayas a comprar un vestido vas a adquirir uno que te cueste 30% menos de lo que habitualmente gastas; esa es la cantidad que vas a ir a donar a una familia pobre. Ya que lo hagas durante un tiempo y con todas tus compras de tu ropa, lo vas a hacer con 50% y así sucesivamente hasta que seas capaz de vestirte en forma muy sencilla, y todo lo que antes gastabas en ropa cara, se lo vas a dar a los pobres. Y luego vas a hacer lo mismo con otras pertenencias. Vendes tu auto de lujo, y te compras uno más económico y la diferencia se lo das también a los pobres, hasta que un día también lo puedas hacer con tu casa”.

El mensaje fue muy claro, ser generoso y caritativo no es sólo cuestión de dar, sino es un hábito de vida, un estilo que se demuestra y ejerce en un testimonio de sencillez y humildad, al dejar de vivir en lujos innecesarios cuando hay tanta gente que sufre de muchas carencias.

La señora lo comenzó a hacer, pero muy pronto desistió porque lo que más trabajo le costó no fue dar la diferencia entre un vestido de los que acostumbraba usar, sino el ponerse una prenda de menor calidad y costo e ir vestida así a las reuniones sociales.

¿Te puedes preguntar a ti mismo si eres capaz de hacerlo y dejar de vivir con las pretensiones materiales que tienes y dar la mitad a los pobres? ¿Podrías vender tu auto o casa e irte a vivir a una más modesta y la otra mitad donarla a una obra de caridad?

Por eso el chiste no sólo es dar y mucho menos lo que te sobra, sino realmente entregar algo de ti a los pobres. Dar hasta que te duela.

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