Serán 200 mil muertes, pero “no me quita el sueño”
Al paso que vamos, al finalizar el sexenio se llegará a las 200 mil muertes violentas. ¡Todo un récord!.
Pero vamos por partes.
A dos semanas de tomar posesión de la presidencia -15 de enero de 2018- un despacho de la agencia de noticias Reuters establecía que “Andrés Manuel López Obrador asumirá con la promesa de combatir la extendida violencia que azota el país. Y desde su casa de campaña respondía que no había que preocuparse, que “ya empezamos a cambiar las cosas, esto produce nerviosismo, inquieta, pero no hay nada que temer; el cambio va a ser ordenado, profundo, pero pacifico”.
En su plan de gobierno establecía que López Obrador que “no se puede enfrentar la violencia con la violencia…la idea es promover leyes especiales para poner fin a las confrontaciones armadas, posibilitar el desarme y la entrega de los infractores”.
Un mes después de asumir la presidencia -3 de enero 2019-, se volvió a comprometer, ofreciendo un “plan de reconciliación y paz para México”, donde convocaría a los representantes de derechos humanos, líderes religiosos y a la ONU, entre otros, asegurando que “voy a conseguir la paz, ese es mi compromiso, voy a conseguir la paz y voy a terminar con la guerra, no vamos a continuar con la misma estrategia que no ha dado resultados…A mitad del sexenio ya no habrá guerra -2021-”.
En julio de 2019, reconoció que “se desató la violencia, pero la estamos estabilizando, que no continúe la tendencia de incremento. Nos va a llevar tiempo y en seis meses se consolidará la estrategia de seguridad.”
El 18 de enero de 2020, en un artículo de The New York Times, López Obrador abordado sobre el incremento de muertes violentas y sus promesas fallidas dijo descaradamente “No me quita el sueño ningún problema”.
El jueves pasado -1 de junio 2023- López Obrador admitió que los homicidios en su sexenio ya superaron a otras administraciones. Mientras que en el último gobierno de la República -de Enrique Pena Nieto- sucedieron 157,158 asesinatos violentos, en los últimos días del mes de mayo esa cantidad ya había sido superada. Y de continuar con la tendencia de un promedio diario de 83 homicidios, en los 15 meses que le quedan de gobierno estará llegando a las 200 mil muertes dolosas. ¡Para la historia!.
Ahora la posición de AMLO, al margen de reconocer las cifras -y no escudarse con su memorable frase de “yo tengo otros datos’- sale con el argumento que todo se debe a una “mala herencia” de las administraciones pasadas. Y uno se pregunta, ¿cuál será la herencia de López Obrador al siguiente presidente(a)?. Es por eso que aquí sí vale recurrir a una supuesta declaración que habría hecho Angela Merkel, la ex canciller de Alemania, que hace tres años se confirmó que nunca hizo -que tuvo mucha difusión en las redes sociales-, pero que perfectamente se puede aplicar al caso que hoy abordamos en esta reflexión. “Los Presidentes no heredan problemas. Se supone que los conocen de antemano, por eso se hacen elegir para gobernar con el propósito de corregir problemas. Culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”.
¿Usted, qué opina?.
Daniel Rodríguez
daniel.rodriguez@dbhub.net