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¿Osuna o Urías?

Dos lanzadores mexicanos sobresalen en la actualidad: Roberto Osuna y Julio César Urías.

Con Osuna, desde el principio de su carrera, alguien decidió que iba a ser relevista; en cambio, con Urías, los designios de otro “alguien” lo llevaron por el camino de inicialista.

Siempre me he preguntado qué hace que los coaches o especialistas del pitcheo hagan el papel de futurólogos y decidan “éste muchacho tiene la madera para ser inicialista y éste otro para ser cerrador”.

Estas tres razones suelen ser las más socorridas y tienen, desde mi entender, mayor sentido:

1.- El número de picheadas que domina. Si son más de dos, ya califica para abridor.

2.- La estamina, la fuerza, la energía para aguantar más innings a buen nivel (o como Justin Verlander, de Houston, quien suele levantar mayor velocidad a medida que avanza el juego).

3.- La mentalidad para manejar la presión a corto plazo, y la mentalidad de prepararse para varios innings, administrando su repertorio.

Considero que Urías es un inicialista de excelencia; sería también un relevista de primera. Incluso, lo ha demostrado con Dodgers y en Serie Mundial, bajo fuerte presión.

También soy de la creencia que Roberto Osuna pudiese ser un inicialista de primer orden. Nunca lo he visto iniciar un juego, pero sus características y calidad así lo demuestran.

En el beisbol mexicano ha habido excelentes pitchers que han cubierto ambos roles. Vicente “Huevo” Romo, fue un inicialista de primera muchos años y en Grandes Ligas fungió principalmente como relevo, al final de su brillante carrera. Su hermano, Enrique, de igual forma. Aurelio López podía abrir o ser un gran cerrador.

En Las Mayores recuerdo a dos pitchers excelentes en ambos roles: Denis Eckersley y John Smoltz. De lo mejor.

Ser relevista es un caso especial de sangre fría. Vimos hace unos días cómo Robbie Ray, estrella de Seattle y ganador del Cy Young, entró a relevar la novena entrada por los Mariners y enfrentó, zurdo contra zurdo, a Yordan Álvarez, de Houston. Éste le pegó un jonrón que sigue en órbita, para ganar el juego. 

Un buen pitcher debe y puede cubrir los dos roles. Y, según la estructura de cada equipo y el desarrollo de los juegos, debería ser utilizado en donde más se le necesite.

También considero que Julio Urías debe ganar el Cy Young de la Liga Nacional este 2022. Osuna tuvo un gran año como cerrador en Japón y lo esperan con Charros de Jalisco para la segunda vuelta de la Liga Mexicana del Pacífico.

CHARROS, VERSIÓN 2022

Los Charros andan mal y de malas. No sólo pierden los juegos, los pierden feo, por palizas. Lo que hizo Navojoa este fin de semana en el Panamericano no es para escribir a casa. Les metió 34 carreras, con 46 hits, en tres juegos. Un equipo considerado “menor”, se vio superior. Horacio Ramírez y Yoennis Yera estuvieron inermes como inicialistas. No dominaron, y cuando salieron, fueron suplidos por otros que venían peor. En su apertura, Solano se defendió bien; pero el relevo, mal.

Aún es tiempo de rehacer la figura y lograr más triunfos que derrotas. La afición de los Charros está acostumbrada a equipos luchadores y ganadores. Las próximas llegadas de Bernardino, el mencionado Osuna, Wilson (de un viaje obligado y repentino), Alemao y del receptor Santiago Chávez le darán otra fisonomía al equipo.

Estamos seguros que Charros pronto estará celebrando más victorias. Christian Villanueva, Missael Rivera, Julián Ornelas, Amadeo Zazueta, Jared Serna y Fernando Villegas, serán pronto los nuevos ídolos de la afición de Jalisco, junto con las reconocidas estrellas de siempre.
 

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