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La sospecha de engaño

Después de una infidelidad, debemos de considerar que en las personas afectadas, queda una sensación de que me lo van a volver a hacer. Y por ello se desprende un síndrome de desconfianza y “sospechosismo” si me permiten esta expresión.

El dolor que produce el sentirse engañado, deja una huella en la mente que es difícil de borrar. Pasan muchos años para que se pueda cicatrizar bien.

La respuesta normal es que se tenga miedo a que te vuelvan a engañar y por ello surge una sensación de quererse anticipar vigilando con mucho más cuidado a la pareja, para que no te vayan a sorprender de nuevo.Lo malo es que se puede exagerar muy fácilmente y comenzar a atropellar la intimidad y hacer una estrecha y escrupulosa vigilancia de todo cuanto pueda oler a una nueva infidelidad.

Es muy común que hasta de los fantasmas y de las sombras se pueda creer que te puedan volver a engañar.

La vida conyugal sana, se tiene que sustentar en la confianza y el muto respeto a la verdad. Pero si ésta se ha roto, es muy viable, que el engañado, desarrolle este molesto síndrome de desconfianza.

La ayuda profesional es un apoyo necesario para salir del miedo a volver a ser engañado, pero también la pareja debe esmerarse en no dar de nuevo motivos para seguir nutriendo el temor al engaño. Y practicar decir la verdad en todo momento es la genuina medicina.

Nada de decir medias verdades o mentiras piadosas. Una vez que se ha engañado, la transparencia y la sinceridad plena son indispensables, si es que se quiere ayudar a sanar bien a la pareja herida.

Desde luego que las sospechas se nutren de la fantasía y la imaginación, por lo que no contar la verdad es una manera sencilla de alimentar la desconfianza.

Las personas que han sido engañadas necesitan esmerarse en no dejar que su sensibilidad y temor crezcan. Si ya perdonaron la infidelidad, deben procurar confiar plenamente en su pareja tratando de borrar lo sucedido en el pasado y centrándose sólo en el presente y lo que viene en el futuro. Se tiene que dejar atrás, el temor a que te lo vuelvan a hacer. Esa si es una tarea y responsabilidad personal.

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