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La política del talón

Cuando una mujer o un hombre venden su amor se le llama prostitución; cuando un partido político vende sus votos, se llama acuerdo, negociación, pero en el fondo es exactamente lo mismo, prostitución política. Hay políticos y partidos más propensos al talón, dispuestos a cambiar el amor a los principios por una dádiva, si es en efectivo mejor. Eso sí, ninguno lo hace como el Verde, el partido más corrupto y prostituido del espectro nacional, y vaya que la competencia es ruda.

Como en aquella historia en que un funcionario de Obras Públicas le reclamó a un constructor haber cambiado mucho, pues ya no le llamaba ni para saludarlo, a lo que el hombre de negocios contestó: “Yo no he cambiado nada, el que cambiaste fuiste tú que ya no eres funcionario, yo sigo siendo igual de lambiscón.”, podemos decir que el Verde no ha cambiado nada, sigue siendo el mismo partido desde que nació allá en los años noventa, los que cambiaron fueron sus antiguos aliados, el PAN y el PRI que perdieron la Presidencia.

Del Partido Verde no debe extrañarnos nada; así nacieron y así son: la imagen misma de la corrupción política y el oportunismo. De ecologistas solo tienen su gran, genuina y constante preocupación por las alteraciones del clima… pero el clima político, el otro les importa un bledo.

La pregunta es qué debemos esperar de Morena. Lo que hizo el partido de López Obrador, más allá de discusiones éticas, fue hacer lo que ya esperábamos: comprar votos. En la negociación con el Verde, adquirió cinco a un precio relativamente bajo (permitirle al gobernador con licencia de Chiapas, Manuel Velasco, regresar a cerrar su tiradero y amarrar sus intereses) lo que les ahorrará en el futuro engorros, costosas negociaciones y chantajes de los aliados de la campaña, el PT y el PES. Morena tendrá ahora él solo 50.4% en la Cámara de Diputados. Si lo vemos pues desde el punto de vista estrictamente del mercado de votos, fue una excelente negociación que le dará al partido del Presidente gobernabilidad en la cámara Baja. Para la mayoría calificada, cambios en la constitución y algunos nombramientos, requerirá acuerdo al menos con PT (6.2%), el PES (6%) y el PRD (4%), pero ya no tendrá que pasar ni por el PRI ni por el PAN que son los grandes derrotados de esta maniobra

¿A quién le importa que entre los votos que compró Morena esté el de un farsante, Humberto Pedrero, que se hizo pasar por indígena para acceder a la candidatura? Solo a los fifis, a la prensa vendida y los que no entienden que no robar, no mentir y no traicionar al pueblo son principios que hay que interpretar desde el interés superior de la nación. Amén.

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