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La mayoría naranja que no cambió la historia

Desde su debut parlamentario en Jalisco, en 2012, han pasado ya tres Legislaturas y las bancadas del partido Movimiento Ciudadano han estado lejos de cambiar la historia, como prometieron hacer para dignificar la vida del Congreso local, de la política y de los asuntos públicos en general.

Además de que no cumplieron su promesa de campaña de erradicar las viciadas dinámicas de voracidad y opacidad en el Poder Legislativo, continuaron con la práctica generalizada de las designaciones públicas bajo las lógicas de los cuates y las cuotas con concursos simulados (ya platicaremos de todos los enredos de ayer por las vacantes del Consejo de la Judicatura, como ejemplo); y han reproducido, en versión corregida y aumentada, desde que MC ganó la gubernatura, la actitud de sumisión absoluta de sus legisladores y legisladoras, a los designios del Poder Ejecutivo.

Como en los mejores tiempos de las mayorías priistas y panistas, las y los diputados que integran la mayoritaria fracción naranja olvidaron su compromiso con los ciudadanos que votaron por ellos para ser sus representantes populares (entre los que podría haber alguno o alguna de las decenas de jóvenes que fueron víctimas de las desapariciones forzadas del pasado 5 de junio) para obedecer sin chistar lo que se les dicte desde Palacio de Gobierno.

Ni toda la crisis política generada por la brutalidad policial que cobró la vida de Giovanni López y la torpe y arbitraria actuación de los agentes de la Fiscalía que agredieron y detuvieron ilegalmente a quienes participarían en una manifestación a las afueras de esa dependencia, les hicieron cambiar esa inercia el miércoles pasado que se citó a comparecer al Congreso al coordinador del Gabinete de Seguridad, Macedonio Tamez Guajardo, y del fiscal general, Gerardo Octavio Solís Gómez.

En vez de cuestionar y hacer una crítica a las evidentes ineficiencias de estos funcionarios del gobierno de Enrique Alfaro, y hacer un esfuerzo honesto para contribuir a esclarecer lo sucedido, se dedicaron no sólo a protegerlos con preguntas a modo, sino que incluso los felicitaron por su actuación, pese a lo desastrosa que fue.

Pero lo más grave de esta obscena supeditación al gobierno estatal es que en el camino se privó incluso en pleno parlamento, al derecho de parlar a Mara Robles, integrante de la bancada emecista, y quien el miércoles no pudo participar pese a que fue la única legisladora que pidió por escrito la renuncia del fiscal, luego de las desapariciones forzadas, como ayer lo volvieron a pedir las y los diputados del PRI y de Morena.

Lo que quedó claro, pues, luego de la comparecencia simulada del miércoles, es que la bancada naranja y sus aliados del PAN, Verde y PT, anularon la función de contrapeso del Ejecutivo que debe cumplir el Poder Legislativo y lo convirtieron en su apéndice. Las y los diputados de MC no pasaron la prueba y demostraron ser iguales a los que tanto criticaron. Quien no hace diferencia no cambia tampoco la historia.

jbarrera4r@gmail.com

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