“La gordura es sólo un producto de la memoria”
La pasada semana me quedé a medias con las recomendaciones sobre lugares a donde ir a mortificar este carne inmunda y pecadora. Nada más para abrir el apetito, te voy a decir algunos sitios con calificación de tres estrellas en la ilustre Guía de recomendaciones selectas del Manual del Niño Gordo en su edición mundial, donde únicamente clasifican los muy buenos con más de 50 años de serlo. Uno de estos es El Merequetengue, en San Pedro Tlaquepaque, donde todo es de primera, pero recomiendo en especial las cafiaspirinas; hará 50 años que las comí y mi mente guardaba una memoria gloriosa, este año volví y estaban más buenas de lo que recordaba.
Y es que debo decir a mi solitario lector que, según mi propia experiencia, la gordura es una cuestión de memoria y te sugiero hacer un experimento que probará mi afirmación: busca a un flaco y pregúntale qué desayunó y no se acordará siquiera si desayunó o no lo hizo; luego pregunta a un gordo por un plato que comió hace cincuenta años y lo recordará y saboreará como si hubiera sido ayer, y así me hice con aquella cena.
Otro santuario del buen comer es, sin duda, Los Otates, de justa fama en nuestra ciudad, donde mantienen para deleite muchos platos; para mí cualquier taco está dotado con unas tortillas que ya no se usan, por no hablar de los guisados que imaginas, pero hay todo tipo de cocina tapatía con los mejores frijoles del universo, en mi opinión, y un chicharrón seco de primera; y estas no son sólo recomendaciones mías sino de tan prestigiosa publicación.
Siguiendo por los rumbos de San Pedro, me llevaron a una taquería que no sé si tenga nombre, pero los tacos están de rechupete y se acaban temprano. Están ubicados en Ramón Pacheco 648, en Lomas del Paradero.
Otro restaurante que he seguido desde que la familia propietaria inició con el café caliente es la Estancia Gaucha, para mí lo mejor en cortes y una super atención en la tradicional de Niños Héroes y en la nueva de Punto San Paulo, que actualmente me es más cercana, pero en ambas es la misma calidad.
Otro sitio en el que se come muy bien y tienen vinos del mismo propietario del restaurante es el Riscal, por la calle López Cotilla, es comida tipo española y mantiene su calidad; de entre su menú tiene una lengua y unos callos espectaculares.
Y para terminar nuestra plática dominical, sólo puedo mencionar en mariscos y pescados, El Negro, ahora llamado Ponte Trucha Negro, en Santa Teresita y atendido por su dueño, porque creo que las sucursales que hay con su nombre no son de él y como no he ido a estas, no puedo opinar.
Dicen que la temporada es Guadalupe-Reyes, pero yo creo que debemos ampliarla a Todos Santos-equinoxio de primavera. Que Dios te dé buena digestión.
@enrigue_zuloaga