La deuda y la “guerra de las albercas”
Como se veía venir desde los reclamos que hizo el gobernador Enrique Alfaro por lo que consideró el “maltrato” presupuestal que dio el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador a Jalisco en el plan de gasto federal para este año, hoy inicia en el Congreso del Estado la comparecencia de los funcionarios del Gobierno estatal para justificar su petición de endeudar a Jalisco con cinco mil 250 millones de pesos más.
Abrirán esta serie de encuentros el jefe de gabinete, Hugo Luna, y el secretario de la Hacienda Pública, Juan Partida, quienes serán los primeros en detallar por qué es indispensable ese empréstito, y en qué y cómo quieren gastarlo. Vendrán luego otras cinco jornadas en las que otras y otros funcionarios buscarán aclarar las dudas de los diputados y diputadas por ejes temáticos, para buscar finalmente la autorización del endeudamiento.
Como se sabe, lo que han adelantado es que irán dos mil millones para carreteras, mil 200 millones para el peribús, mil millones para infraestructura en telecomunicaciones, 800 millones para obras hidráulicas y 250 millones para corredores de movilidad inteligentes, que seguramente tendrá que ver con la renovación de semáforos y otros equipamientos en esas avenidas.
Ya hemos señalado aquí que en el tema de la contratación de deuda, Alfaro ha cambiado radicalmente su postura. Mientras en 2013 denostó el crédito que el congreso autorizó por dos mil 500 millones de pesos porque se estaba “hipotecando el futuro de Jalisco”, ahora va por un préstamo que aumentará casi 30% la deuda de Jalisco que actualmente es de 17 mil 500 millones de pesos, misma que también anuncian quieren reestructurar. De aprobarse, Jalisco pasaría de pagar 5.2 por ciento del presupuesto a 7.5 por el servicio de deuda.
Financieramente Jalisco no tiene ningún problema. El Gobierno de Alfaro encontró a la Entidad en el semáforo verde del Sistema de Alertas de la Secretaría de Hacienda, herramienta de supervisión para que se dé cumplimiento a la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y Municipios. Esto quiere decir que Jalisco tiene un nivel sostenible, y que puede contraer más deuda por tener números manejables en tres indicadores: su actual deuda y obligaciones sobre ingresos fijos; los porcentajes de pago por los servicios de esa deuda; y por las obligaciones a corto plazo, de proveedores y contratistas.
Firmar créditos no es necesariamente negativo en sí mismo. Menos si los recursos se destinarán a inversiones productivas que incrementen la infraestructura de la Entidad. Lo que las y los diputados, y todos debemos cuidar, es que haya un claro esquema de justificaciones de prioridades y de transparencia en su aplicación. No podemos volver a repetir la penosa historia que llamé la “Guerra de las Albercas”, cuando en 2011 el Gobierno de Emilio González Márquez se enfrentó con los empresarios porque se opusieron a la contratación de un crédito por seis mil millones de pesos, al considerar que no había claridad en lo que se invertirían dichos recursos. Que no estorben y que se vayan a meter a las “albercotas” que tienen en sus casas, les increpaba a los dirigentes empresariales el entonces mandatario, por su “insensibilidad social”, en el tema de la deuda, que aseguraba, se iría a obras para los más necesitados.
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