L12 o el desplome que cimbra a la 4T
Las imágenes del caos y del dolor de las decenas de lesionados y por las 23 víctimas que murieron al desplomarse un tramo de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México la noche del lunes pasado fue para muchos adversarios y decepcionados del gobierno de la autollamada cuarta transformación la postal que representa la destrucción que está provocando en el país el gobierno morenista. La vía elevada partida en dos con los vagones descarrilados en picada rodeados de escombros era una muestra del México que se le desmorona al régimen amlista, se insiste en la conversación digital.
Lo que para el gobierno de la 4T fue un “grave accidente” como lo llamaron en la edición vespertina de ayer del Diario Oficial de la Federación, donde decretan duelo nacional de tres días por esta tragedia, o para la titular del gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, “un incidente” por el que ningún funcionario ha sido cesado, es para los críticos de la administración de Andrés Manuel López Obrador una de las consecuencias de lo que llaman los “austericidios” o los ahorros mal entendidos, que como en este caso, cancelaron partidas del gobierno federal para el gobierno capitalino que lo obligó a recortar presupuestos para el mantenimiento de la Línea 12 y el resto de las 11 líneas de este medio de transporte masivo.
Prueba de ello es que una parte del Sindicato Mexicano de Trabajadores del Metro amagaron ayer con hacer un paro total de labores por el riesgo con que circulan las 12 líneas y porque por la falta de mantenimiento podría provocar “una desgracia mayor a la registrada la noche de este lunes”, según uno de sus líderes Jesús Urban, quien responsabilizó de la tragedia a la directora general del Metro, Florencia Serranía, a la que, aseguró, ya habían reportado al menos hace seis meses los daños en la estructura donde ocurrió el derrumbe de la vía elevada como en otros puntos.
Pero además de las críticas de usuarios, de los opositores y de sectores de trabajadores del Metro, el peor siniestro en la historia de este medio masivo de transporte cimbró también las estructuras políticas al interior de Morena porque el accidente golpea a dos de sus más aventajados presidenciables: el canciller Marcelo Ebrard, que como jefe de gobierno construyó la Línea 12 y fue perseguido por sus fallas por sus sucesor Miguel Ángel Mancera; y la gobernadora de la Ciudad de México, quien pese a los daños que causó el temblor del 2017 en esta estructura del Metro nunca emprendió acciones contundentes para su reparación.
Así el principal bastión ex perredista y ahora morenista como es la Ciudad de México que gobiernan desde 1997 podría partirse como la vía elevada del Metro por las disputas internas de estos dos grupos que buscarán por todos los medios culpar al otro y salvar el pellejo de su jefe Ebrard o de su jefa Sheinbaum. Veremos.
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