Esta columna trata sobre Omar Bravo (y no)
¿Cómo detectar y prevenir el abuso sexual infantil? Una pregunta difícil que intentaré responder. Revisé algunos manuales y entrevisté a la Psicóloga Alma Gabriela Rojas, coordinadora del área de prevención de Fundación PAS, asociación dedicada a prevenir el abuso sexual infantil.
Comparto mis hallazgos.
Primero entendamos que en estos casos siempre existe una asimetría de mayor poder entre el abusador y la víctima, relacionada con la edad, la madurez, la capacidad para decidir, el estatus social o la jerarquía (papá, maestro, familiar, celebridad).
Desde esta posición, los victimarios (la mayoría son hombres) emplean engaños, amenazas, chantajes y sobornos.
Debido a esta condición, el 85% de las personas abusadas sexualmente en la infancia -me dijo la sicóloga Rojas- no se consideran víctimas sino que se sienten culpables porque piensan que participaron de manera voluntaria (brutal).
Ante esta realidad, la OMS indica que es imposible que un menor o adolescente participe voluntariamente debido a la relación de poder.
Ahora, para prevenir esta forma de maltrato infantil es necesario hablar con el menor sobre la proximidad del cuerpo: quién puede ver su cuerpo desnudo, en qué momentos y lugares.
Hay que enseñarle los tipos de caricias que existen: tocar, palpar, y en qué partes del cuerpo están permitidas y cuáles no. También en dónde pueden estar desnudos o semidesnudos. Y qué parte de su cuerpo están prohibidas: para las niñas es su boca, pecho, trasero y vulva. Para los niños es la boca, trasero y pene.
Y animarlos a expresar siempre cualquier incomodidad.
Si sienten duda o confusión, hay que enseñarles que deben tener un adulto de confianza dentro de casa y fuera de ella (abuela, maestro, etc.) porque la mayoría de las veces el abusador está en el hogar.
Finalmente no existe una receta o manual para identificar el abuso sexual infantil. Es difícil detectarlo porque muchos síntomas pueden confundirse y relacionarse con otros factores de estrés.
Sin embargo, hay algunos más ligados a la violencia sexual que deben alertar: asco o miedo del menor respecto a su cuerpo y conductas hipersexualizadas para su edad, así como dolores de cabeza y panza constantes y difíciles de aliviar.
También pueden expresar miedo al visitar lugares o personas que antes no solían evitar.
El abuso sexual infantil es castigado por el Código Penal de Jalisco en dos modalidades: los tocamientos o actos eróticos-sexuales, por sí solos, ameritan una pena de hasta seis años de cárcel si la víctima es menor de 11 años. Y el abuso sexual infantil cuando hay cópula de por medio se sanciona hasta con 25 años de prisión si la víctima es menor de 15 años.
La sensibilidad, la educación y el amor son el mejor escudo contra este flagelo de nuestras infancias.