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El perturbador parto de la Policía Metropolitana

La ausencia de Tlaquepaque en la firma del convenio de creación del Organismo Público Descentralizado de la Policía Metropolitana, y los reclamos que siguieron en los ayuntamientos de parte de regidores a la y los alcaldes que firmaron por haberlo hecho sin que se aprobaran antes los términos del acuerdo en los Ayuntamientos, evidenciaron la falta de una verdadera negociación y las improvisaciones para articular lo que es la principal apuesta, al menos en el discurso, del Gobierno estatal y municipales para enfrentar a una delincuencia que les tiene tomada la medida a sus policías, en detrimento de la seguridad y la paz de los ciudadanos.

Las versiones que dan miembros de corporaciones federales y militares, que estuvieron presentes en algunas de las reuniones en las que se discutía el contenido del convenio, entre el gobernador Enrique Alfaro, su secretario de Gobierno Enrique Ibarra y su jefe de gabinete Hugo Luna, con las y los alcaldes, en las que había álgidas discusiones que terminaban a gritos, improperios y golpes de mesa sin llegar a consensos, hablan de lo precipitado y de última hora que se retomó este proceso, vital para atender la principal preocupación de la población de los que habitan la Zona Metropolitana.

Y es que hasta hace un mes, poco se hablaba de en qué iba la Policía Metropolitana. El tema lo pareció reactivar la llegada de la Guardia Nacional a Jalisco.

Lo que se hubiera esperado es que se llegara a su presentación con un modelo completamente definido, si partimos del hecho que este cuerpo policial se quiso crear desde el nacimiento de la Agencia Metropolitana de Seguridad (AMS) a fines del 2016, sin embargo, las entonces diferencias en su concepción entre el entonces gobernador Aristóteles Sandoval y los alcaldes metropolitanos, encabezados por Enrique Alfaro, lo impidieron.

Pero por todos los sobresaltos que han venido tras el anuncio de la Policía Metropolitana, lo que quedó claro es que fue una idea que se abandonó o en la que poco se trabajó en la Agencia Metropolitana de Seguridad, a la que sólo Tlaquepaque ha aportado en los últimos tres años tres millones 600 mil pesos, sin recibir ningún producto o consejería en concreto en la materia. Paradójicamente, las inconsistencias financieras, legales y administrativas que argumentó el entonces Gobierno priista para impedir la creación de la Policía Metropolitana hace tres años, son las mismas que argumenta ahora la alcaldesa de Tlaquepaque, María Elena Limón, sobre todo por lo que implica la cláusula séptima del convenio que obliga la aportación de “recursos humanos, materiales, financieros y administrativos” a la OPD Policía Metropolitana.

Al igual que a gran parte de la ciudadanía le preocupa tan poca claridad en la creación de la nueva Policía Metropolitana, seguramente también a quien será el responsable de ésta, el general Arturo González García, cuya principal tarea deberá ser encargarse de que tanto el Gobierno estatal y los municipales se apliquen en articular, corregir y transparentar en serio las características y alcances de este nuevo cuerpo policial, al que las grillas y simulaciones lo están poniendo en riesgo desde su perturbador parto.

jbarrera4r@gmail.com

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