Ideas

El honor de las mini-cosas

Hoy los mexicanos nos morderemos las uñas hasta que el grito de nuestro gol, retiemble sobre la tierra. Pues sí, somos futboleros y como dijo el Chicharito: “Imaginémonos cosas chin… as”.  Y con esas cosas maravillosas en la cabeza, nos enfrentamos a una semana crucial en la historia de México.

Esperamos que el día de hoy gane la selección, sí, y que el domingo gane México, un México que después de muchos años encuentra entre su gente un común denominador: el cansancio. Estamos cansados del sistema, de lo mismo, de las corruptelas, del pasado, de pasado del pasado, de que no se nos escuche, de la indiferencia, de la violencia, de los desaparecidos, de las niñas desaparecidas, de la corrupción, del desfalco. Por eso el futbol nos pone de buenas, porque luego uno no sabe para dónde ver… porque el ambiente electoral ha generado no sólo entre los candidatos, sino también entre nosotros los civiles, una dinámica boba de agresión a los argumentos o no argumentos del otro.

En otros países las redes sociales sirvieron para organizarse, en México no, en México han servido para atacarnos entre nosotros. Por eso… titulé a esta columna “El honor de las mini-cosas”.

Que México meta o no un gol, no depende de nosotros. Que gane tal o cual candidato en sí, depende de un chorro de cosas que no tienen que ver con nosotros (sólo con nuestro voto), pero la forma en la que construimos comunidad, hacemos círculos sociales y nos relacionamos con otros sí incide en el ambiente del país. Estamos frente a unas elecciones históricas, con todos sus bemoles, se necesita lo mejor de nosotros, por nosotros, por México. No por nadie más.

Y es en este ambiente donde encuentro el discurso de Chicharito y de Diego Luna profundamente inspiradores. Los mexicanos necesitamos una suerte de esperanza y a veces, nos equivocamos y la buscamos afuera.

Yo apelo a ese mexicano con “honor” que todos llevamos dentro, ese mexicano que no ataca, que vive desde la empatía, el que calla ante lo que no sabe y respeta la opinión de los otros, ese mexicano que no es reactivo, que no llega y da una opinión que nadie le pidió sobre temas que no conoce. Apelo a nuestros pequeños “honores”, en el día a día.

El uso de esta cualidad moral va moldeando el espíritu, nos obliga a  callar, a consultar, a investigar, a reflexionar, a aplicar criterio… a respetar.

Hoy nomás por andar imaginándome cosas muy chidas, me vienen a la cabeza mexicanos de la talla de Octavio Paz, Rosario Castellanos o González Camarena. Disfrute su partido, celebremos el gol. Vote con honor.

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