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El Tri en Qatar en tiempos de la 4T

Más allá de la incertidumbre que siempre tenemos los mexicanos en el papel que desempeñará la selección nacional en las Copas del Mundo en las que le toca participar, como hoy que debuta en Qatar contra el seleccionado de Polonia, y la ya clásica y desgastada pregunta sobre si llega o no al quinto partido o de plano esta vez no llega ni al cuarto como lo ha logrado en los últimos mundiales que ha competido, lo cierto es que esta polarización trascenderá el ámbito futbolístico e incluso podría ser utilizada en el entorno nacional e internacional.

Será el Tri en tiempos de la 4T y de un Mundial subastado al mejor postor a un país petrolero rico con un Gobierno violador de los derechos humanos (especialmente de mujeres, trabajadores de la construcción y homosexuales) del mundo árabe, que ratifica las lógicas de corrupción con las que se maneja la Federación Internacional de Futbol (FIFA).

La señal más clara que en Qatar, a su población y a sus autoridades, lo último que les importa es el futbol y que el Mundial se organizó ahí sólo por el poderío económico de sus élites y los negocios que armarán con otras oligarquías, es la indiferencia con la que han tomado el evento sus habitantes, el paupérrimo nivel futbolístico que mostró su selección el domingo en el partido inaugural contra Ecuador en el que ni con un robo descomunal del primer gol en contra se les pudo ayudar, y cómo los abandonaron sus seguidores al dejar el Estadio Al Bayt antes de que terminara el encuentro.

Ni qué decir de los compromisos incumplidos y cancelados de última hora por el Gobierno qatarí de siempre sí violar los derechos de hombres y mujeres pertenecientes a comunidades de la diversidad sexual a los que se les había prometido la tolerancia que no le dan a la comunidad gay de su país por considerar delictivo su comportamiento, o de algo más trivial como no permitir la venta de cerveza en los estadios pese al contrato ya firmado por la FIFA con la empresa Budweiser. 

En lo que toca al escenario mexicano, el desempeño de un Tri sin figuras y con el tercer promedio de edad más alto de en Qatar hace poco probable que contribuya a atenuar, aunque sea de manera fugaz, el alto grado de polarización que hay entre la población en los tiempos de la 4T, con el que les toca coincidir.

Por eso será muy interesante ver qué uso le da el Presidente Andrés Manuel López Obrador a los ánimos y humores sociales que se despierten desde Qatar por los resultados del equipo mexicano en su rueda de prensa mañanera que es el timón desde el que todos los días trata de conducir al país al puerto de lo que él concibe como la “cuarta transformación” del país. Sobre todo de cara a la marcha de la revancha del próximo domingo en la que se convirtió su acto pensado inicialmente en el Zócalo a propósito de su Cuarto Informe de Gobierno.  

jbarrera4r@gmail.com
 

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