Historias del mundo al revés
Leo en un volante. Recomendaciones para evitar ser víctima de extorsión: Mantenga la calma en caso de recibir una llamada sospechosa. No proporcione datos personales, familiares ni bancarios. No realice depósitos ni transferencias. Cuelgue inmediatamente y repórtelo… El párrafo continúa con una serie de recomendaciones sobre cómo educar a los hijos y a los adultos mayores para que no caigan en engaños. Todo parece lógico y de gran utilidad. Todo luce muy bien en este volante, hasta que vemos la firma: CDN, Cártel del Noreste.
El volante, que lleva por título “Comunicado a la ciudadanía de Nuevo Laredo” se repartió casa por casa en esa ciudad fronteriza y me lo envió un amigo que vive allá. En él se informa que este cártel “no participa ni está vinculado con actos de extorsión, secuestro o amenaza telefónica”. Lo suyo, lo suyo, es otra cosa, a saber: el narcotráfico, el tráfico de personas, la prostitución, lavado de dinero y asesinato a sueldo, según el Departamento de Estado de Estados Unidos. El cártel del Noreste fue uno de los cárteles mexicanos declarados como Organización Terrorista Extranjera en febrero pasado. Más adelante, en el mismo volante se lee una hermosa declaración de principios del cártel: “Reafirmamos nuestro respeto a las personas que trabajan de manera honesta, incluyendo a comerciantes, operadores de transporte, taxistas, vendedores por redes sociales y cualquier otro ciudadano que se esfuerza por salir adelante”.
El cártel del Noreste es, por decirlo de alguna manera, descendiente directo de los Zetas. Tras el enfrentamiento entre el cártel del Golfo y los Zetas, quien se quedó al frente de la plaza de Nuevo Laredo fue una pandilla apodada Los Texas, liderada por la familia Solana. Primero declararon la guerra a los viejos Zetas y ahora se enfrentan a lo que queda del cártel del Golfo, a quienes acusan de ser los autores de las extorsiones telefónicas en Nuevo Laredo. Hoy el cártel del Noreste está liderado por Mateo Solana, un personaje siniestro al que apodan “La sombra”.
Entre la información interesante que proporciona el volante es que los extorsionadores operan para el cártel del Golfo desde las cárceles estatales de Ciudad Victoria, Altamira, Reynosa y Matamoros, y hace un llamado a denunciar el delito ante las “autoridades competentes”. Lo de competentes es claramente un gesto de humor involuntario, pues el gobernador Américo Villareal es, al igual que muchos gobernadores del país, absolutamente incapaz de controlar las cárceles que hoy son centros de operación del crimen organizado.
Como en la canción “El mundo al revés” de Paco Ibáñez, en la que había una bruja hermosa, un príncipe malo y un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos, en el México que nos tocó vivir son los cárteles y no las autoridades quienes se preocupan por la seguridad de los ciudadanos.
Cosas veredes, Sancho.
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El volante, que lleva por título “Comunicado a la ciudadanía de Nuevo Laredo” se repartió casa por casa en esa ciudad fronteriza y me lo envió un amigo que vive allá. En él se informa que este cártel “no participa ni está vinculado con actos de extorsión, secuestro o amenaza telefónica”. Lo suyo, lo suyo, es otra cosa, a saber: el narcotráfico, el tráfico de personas, la prostitución, lavado de dinero y asesinato a sueldo, según el Departamento de Estado de Estados Unidos. El cártel del Noreste fue uno de los cárteles mexicanos declarados como Organización Terrorista Extranjera en febrero pasado. Más adelante, en el mismo volante se lee una hermosa declaración de principios del cártel: “Reafirmamos nuestro respeto a las personas que trabajan de manera honesta, incluyendo a comerciantes, operadores de transporte, taxistas, vendedores por redes sociales y cualquier otro ciudadano que se esfuerza por salir adelante”.
El cártel del Noreste es, por decirlo de alguna manera, descendiente directo de los Zetas. Tras el enfrentamiento entre el cártel del Golfo y los Zetas, quien se quedó al frente de la plaza de Nuevo Laredo fue una pandilla apodada Los Texas, liderada por la familia Solana. Primero declararon la guerra a los viejos Zetas y ahora se enfrentan a lo que queda del cártel del Golfo, a quienes acusan de ser los autores de las extorsiones telefónicas en Nuevo Laredo. Hoy el cártel del Noreste está liderado por Mateo Solana, un personaje siniestro al que apodan “La sombra”.
Entre la información interesante que proporciona el volante es que los extorsionadores operan para el cártel del Golfo desde las cárceles estatales de Ciudad Victoria, Altamira, Reynosa y Matamoros, y hace un llamado a denunciar el delito ante las “autoridades competentes”. Lo de competentes es claramente un gesto de humor involuntario, pues el gobernador Américo Villareal es, al igual que muchos gobernadores del país, absolutamente incapaz de controlar las cárceles que hoy son centros de operación del crimen organizado.
Como en la canción “El mundo al revés” de Paco Ibáñez, en la que había una bruja hermosa, un príncipe malo y un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos, en el México que nos tocó vivir son los cárteles y no las autoridades quienes se preocupan por la seguridad de los ciudadanos.
Cosas veredes, Sancho.