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Desaparecidos: manipulación y engaño

Mientras la clase política y gobernante se encamina al proceso electoral para decidir el siguiente Presidente de la nación, y en paralelo se juegan sucesiones de poder en los Estados, parece que los problemas más apremiantes para la sociedad quedan relegados y sin la atención y consideración que merecen. La crisis por desaparición de personas que vive el país y cuyo epicentro es Jalisco se ha convertido en una piedra en el zapato, y la resolución del problema y de algunos de sus casos emblemáticos se alargan y postergan indefinidamente.

En el contexto nacional, parece evidente que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador no va a cumplir las promesas que le hizo a las madres y padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, de dar con la verdad sobre lo que les ocurrió a estos estudiantes en septiembre de 2014. Desde que en agosto del año pasado el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, dio a conocer el informe de la Comisión de la Verdad del Caso Ayotzinapa, y se anunciaron 81 órdenes de aprehensión, incluyendo 21 militares, quedó claro que hubo una reacción negativa del Ejército que ha evitado cooperar con las investigaciones, a pesar de órdenes expresas del Presidente López Obrador.

Así lo confirmaron esta semana los integrantes del Grupo de Investigadores Expertos Independientes (GIEI), que anunciaron su retiro definitivo de México por la obstrucción de los militares, según anunciaron los dos integrantes del GIEI que quedan en México, Carlos Beristáin y Ángela Buitrago. Entre otras obstrucciones, denunciaron la resistencia de la Secretaría de la Defensa Nacional a entregar documentos con conversaciones interceptadas a la red criminal que desapareció a los normalistas (El País, 22 de junio de 2023).

En Jalisco, también su clase política está concentrada en la renovación del poder, en obras faraónicas o espectáculos con los que se quieren ganar el favor del pueblo votante. Entre tanto, olvidan, ignoran o manipulan asuntos graves como la crisis por desaparición de personas. No es sólo que el gobernador prácticamente haya ignorado los encuentros cara a cara con los representantes de los colectivos de familias que buscan a sus desaparecidos, el acoso contra las madres y padres buscadores, el retiro de las fichas de búsqueda de los familiares. A esto se añade la sistemática manipulación de las cifras y el registro de casos de personas desaparecidas que lleva a cabo el actual Gobierno, según denunció nuevamente el Comité Universitario de Análisis en materia de Desaparición de Personas de la UdeG.

En un análisis dado a conocer el pasado 22 de junio, los integrantes de este comité universitario actualizan un análisis que habían presentado en febrero de este año. En este nuevo análisis, revisan las cifras de los cinco primeros meses del año y sostienen que se han eliminado al menos 862 casos de personas desaparecidas del Sistema de Información sobre Víctimas de Desaparición en Jalisco (Sisovid). Es una estrategia sistemática, sostienen los integrantes del comité universitario, de “mantener el total de personas desaparecidas muy por debajo de la incidencia real de casos”, y que además elimina registros históricos, borra injustificadamente casos e infla las cifras de personas localizadas que no se corresponden con las tasas de eficacia en las búsquedas.

El Gobierno del Estado respondió mediante un comunicado al análisis del comité universitario y negó “rotundamente que exista una manipulación en el Registro Estatal y que se borren a sus desaparecidos”; atribuyó las diferencias entre el Sisovid y el Registro Nacional de Personas Desaparecidas a fallas y discrepancias de la plataforma nacional. Ayer mismo, el comité universitario respondió al comunicado del gobierno estatal y reiteró las críticas a la política estatal de búsqueda de personas desaparecidas. Y recordó que el Sisovid no sustituye al Registro Estatal que la ley en la materia obliga a dar de alta desde hace dos años.

Aunque la energía de la clase política esté enfocada en las contiendas internas por las candidaturas y luego en la competencia electoral para repartirse el poder, desde la sociedad se debe presionar y exigir que atiendan los asuntos esenciales que más agravian a la población, y especialmente que se deje de manipular y engañar en la crisis por desapariciones que existe en Jalisco y el país.
 

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