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De la Hoya vuelve a copiar

Óscar de la Hoya copió el negocio que construyó el promotor Bob Arum con Manny Pacquiao. El medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, siguió de cerca los movimientos del abogado egresado de Harvard, de cada uno de los rounds, de las peleas del filipino, a quien el presidente de Top Rank ascendió hasta convertirlo en máquina productora de millones de dólares, en el boxeador que cargó con la fama del boxeo mundial. El presidente de Golden Boy Promotions tomó la estafeta, y hoy a su producto, Saúl “Canelo” Álvarez, lo coloca en la punta de la pirámide.

Negocios son negocios, y Arum, De la Hoya y Floyd Mayweather Jr., han sabido hacerlo en el boxeo, fuera de cualquier romanticismo. Mayweather Jr., enfrentó al irlandés Conor McGregor, y De la Hoya declaró que era  como “faltarle al respeto al deporte del boxeo”. Pero el californiano de ascendencia mexicana cotizó, y debió enterarse que le arrojaría enormes ganancias retar y enfrentar a la estrella del UFC, McGregor, al fin y al cabo todo el tinglado quedó armado, y así, con el caminito que dejó listo “Money”, lo demás sería sumar números negros en su caja registradora. Seguramente la Comisión Atlética de Nevada no tendrá objeción en autorizar otro show.

Con más de nueve años de inactividad, De la Hoya dijo: “Soy competitivo, todavía puedo. He estado entrenando en secreto. Estoy más fuerte y rápido que nunca”. El “Golden Boy” aseguró que noquearía al irlandés en dos rounds. Se podría dar como un hecho que McGregor aceptaría recibir una segunda andanada de golpes, convertirse en costal, por otra formidable paga en millones de dólares.

McGregor tiene una sola pelea en el boxeo profesional, la que perdió con Mayweather Jr. Óscar de la Hoya fue boxeador taquillero y demuestra que también es un exitoso hombre de negocios, dueño de una marca que debe representar dividendos dentro del cuadrilátero... Y por ahí estaré atisbando.

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