Botín judicial
Con jaloneos de último minuto, en el Congreso del Estado se concretó el reparto de espacios en el Poder Judicial.
Aunque se presumía que las rebanadas del pastel alcanzarían para todos, al PRI se le cayó el acuerdo y se quedó sin miel ni jícara.
Trascendió que una de las razones de la marginación a los priistas fue porque la diputada Mariana Fernández no dejó la coordinación tricolor, lo que era parte del acuerdo.
Por su parte, los diputados morenistas se rebelaron y desconocieron el cabildeo de Juan Soltero, quien, afirman, negoció una magistratura por la libre y ni les avisó a los legisladores de la 4T, lo que habría generado su molestia y no fueron a la sesión.
Los ganones fueron Movimiento Ciudadano, que colocó 5 perfiles, el PAN, con dos, y el Grupo Universidad, con un magistrado y el consejero de la Judicatura que le negaron en el proceso anterior.
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De los nuevos magistrados, llegan con el respaldo emecista Adrián Talamantes, quien renunció a la Consejería Jurídica de Gobierno del Estado una hora antes de protestar como juzgador, también José Luis Álvarez Pulido y las magistradas Ana Cristina Espinosa, Georgina Del Real Vizcaíno, Elsa Navarro Hernández y Ana Elsa Cortez Ureña.
Los impulsados por panistas fueron Bogar Salazar Loza y José Luis Gutiérrez Miranda; mientras que la UdeG colocó a Ruth Gallardo Vega y como consejero Jesús Becerra Ramírez.
Los legisladores negaron a diestra y siniestra el reparto de cuotas y no se cansaron de repetir que eligieron entre los mejores perfiles. Terminaron la sesión autoelogiándose por lo bien que lo hicieron.
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Cuando todo parecía que Morena iba a aplicar la aplanadora en la Cámara de Diputados para aprobar la “Ley Banxico”, al final retiraron la minuta.
Los diputados retomarán la discusión el próximo año, por lo que se les juntará la planchada con la lavada ya que tienen pendientes otras reformas como la del outsourcing y la mariguana lúdica.