Avaricia y ambición ponchan campaña 2020 de Ligas Mayores

La avaricia de los propietarios y la ambición de los peloteros se han manifestado de tal manera que las negociaciones para lograr un acuerdo para delimitar la temporada 2020 de las Grandes Ligas se encuentran en un punto de inflexión sin que se vislumbre que alguna de las partes pueda ceder. Inclusive, el propio comisionado Ron Manfred, quien todavía la semana pasada garantizaba en 100% que habría beisbol esta temporada, ha expresado dudas al admitir que existe un riesgo real de que se cancele en definitiva la campaña 2020.

Y es que en tanto los dueños pretenden disminuir sueldos ante lo que eminentemente sería una campaña con muchos menos juegos de lo que marca el calendario ordinario, los peloteros no están dispuestos a ver una reducción en sus contratos.

Da la impresión que para quienes administran los equipos y aquellos que desarrollan el juego solamente existiera el olor de los billetes verdes dejando en un plano muy lejano al propio deporte rey y al aficionado que quizá hoy necesita al bdisbol más que nunca ante el caos que vive el vecino país al Norte a causa de una pandemia, de una recesión económica y de intensos disturbios por un tema de racismo.

La Asociación de Jugadores de Beisbol de las Grandes Ligas ha rechazado una tras otra las propuestas de los propietarios, y ante la imposibilidad de llegar a un convenio, rompieron negociaciones y solicitaron a la Liga establezca un calendario para la temporada 2020 y que ya solamente les indique cuándo y dónde jugarán, pero los dueños no respondieron en el plazo que venció el pasado lunes, sin menoscabo de que tampoco están de acuerdo con el punto en que los jugadores enviarían una queja a los tribunales contra la Liga si alguno se contagia de COVID-19 mientras se juega la temporada.

La última propuesta de los dueños a los peloteros ofreció 72 juegos con 70% de su pago prorrateado completo garantizado y hasta 83% después de la finalización de la Postemporada. El total de $1.5 mil millones fue el más alto ofrecido por MLB, pero todavía estuvo muy por debajo de la tasa completa que los jugadores buscan después de perder el salario por los juegos suspendidos hasta ahora.

Regularmente cualquier temporada debería comenzar tras un entrenamiento de al menos tres semanas, aunque el problema sanitario provocado por el coronavirus podría generar modificación a  los esquemas ordinarios y quizá deba agilizarse la pretemporada, pero debiendo advertirse que las partes aún no tienen acuerdo en relación al protocolo de seguridad e higiene y lo necesitarán consolidar urgentemente para poder pensar en iniciar preparativos y la revisión del estado físico y mental de los peloteros tras la larga dilación.

Hay quienes apuntan la segunda o tercera semana de julio para el arranque de la campaña y que esta podría terminar alrededor del  27 de septiembre, citando preocupaciones de salud, así como el deseo de los socios nacionales de televisión en cuanto a que el calendario de juegos y la Postemporada culmine antes de noviembre, ya que además del clima las elecciones presidenciales y los juegos de futbol americano dominarán el panorama televisivo.

Ojalá dueños y peloteros lleguen a ese momento y ese punto en que el razonamiento conduzca sus acciones. Que la codicia, la avaricia y la ambición no sean los que dominen sus decisiones, porque en este contexto de obstinación por ambas partes no se puede descartar el fantasma de una huelga para 2021 que dejaría muchos más daños que una pandemia. Ojalá también se haga un último intento de negociación y ésta llegue a buen puerto porque la cancelación sería un muy duro golpe para los aficionados al rey de los deportes.

Lo cierto es que la reactivación del beisbol es un asunto que no puede demorar más por lo que significa para el ánimo de los estadounidenses que en verdad lo están pasando mal, siendo que de aquel lado de la frontera es más que un juego, una forma de vida que hoy por hoy necesitan para levantar la moral.

bambinazos61@gmail.com

@salvadorcosio1