Ideas

Andrés; cruel, insensible, descarado e inhumano

Un signo inequívoco de la descomposición que se vive en México, de que se ha perdido la gobernabilidad, de que no existen políticas públicas para combatir la delincuencia, de que se fracasó en materia de seguridad, y que son los miembros del crimen organizado quienes llevan la voz cantante y mandan, y ordenan, y disponen en prácticamente todo el territorio nacional, es el cinismo con el que Andrés Manuel López Obrador responde cuando le cuestionan por temas de seguridad. Es evidente que el presidente no tiene ni ha tenido bajo su égida el control en el tema de la seguridad en lo que va de su sexenio. Y como diría Don Teofilito, ‘ni lo tendrá’, porque no se trata de un tema de incapacidad solamente de las instituciones. No es que la Sedena o la Guardia Nacional estén menos preparadas para enfrentar a los criminales, no es que éstos los superen en número, en preparación o en armamento, es simplemente que están atadas de manos por el propio presidente, quien a su vez, está impedido para ir en contra del crimen organizado porque, según los entendidos del tema, les debe el haber llegado a la silla presidencial.

Por ello, cuando las cifras de homicidios dolosos se le estrellan en el rostro, cuando se suman por miles los desaparecidos, cuando se encuentran bolsas negras con partes de cuerpos, cuando las madres buscadoras descubren fosas clandestinas con las que se tiene tapizado al país, cuando explotan coches bomba o se asesinan a quienes defienden su tierra y sus hogares, ‘calla como momia’ o se hace el loco o el gracioso -que para el caso es lo mismo-, porque con el trastorno mental que padece ya no se sabe cuándo está en sus cabales.

Nada menos el pasado miércoles en su conferencia Mañanera, al ser cuestionado sobre la privación de la libertad que sufrieron 16 trabajadores de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Chiapas, a manos de un comando armado, el Presidente López Obrador respondió al grave hecho en tono burlesco.

“No tienen por qué hacerse daño. Y mucho menos si se trata de gente que está cumpliendo con su responsabilidad o con ciudadanos inocentes”, dijo. “Lo mejor es que los liberen, si no los voy a acusar con sus papás y con sus abuelos”.

Con risa burlona, cínica, y desvergonzada, todavía tomó un muñeco con su figura para escucharlo repetir sus conocidas y lamentables frases para enseguida reír a carcajadas.

Esta misma semana, Hipólito Mora, fundador de los grupos civiles de autodefensa de Michoacán, que nacieron para enfrentar al crimen organizado en el occidente de México, fue asesinado en un ataque armado contra su vehículo.

La Fiscalía estatal informó que dos camionetas cerraron el paso a los dos vehículos en los que viajaban Mora y sus escoltas, sobre los que dispararon antes de prender fuego a uno de ellos y darse a la fuga.

Cuando las autoridades llegaron al lugar, Mora yacía sin vida con quemaduras en la mayor parte de su cuerpo. Tres de sus escoltas, que según la Fiscalía, le fueron asignados como medida de protección por el Gobierno estatal, también perdieron la vida.

El asesinato tuvo lugar en La Ruana, un pequeño pueblo del municipio de Buenavista, donde Mora tenía su hogar y desde donde encabezó en 2013 la creación de los grupos de autodefensa que surgieron para combatir al cártel conocido como Los Caballeros Templarios.

Mora, de 67 años, ya había denunciado repetidas amenazas y ataques en su contra por parte de presuntos sicarios, el último hace menos de cuatro meses. Sabía que su cabeza tenía un precio y había denunciado diversas amenazas en su contra de manera sistemática en los últimos años.

El líder comunitario había sobrevivido a un primer atentado en noviembre de 2022, pero sus escoltas lo neutralizaron al abatir a dos presuntos sicarios.

El pasado mes de marzo, sufrió un nuevo ataque a balazos aunque logró sobrevivir sin heridas de gravedad.

Pese a las amenazas, seguía denunciando al crimen organizado en cuanto tenía ocasión, como hizo en el último video publicado en su cuenta de Facebook hace menos de una semana.

“Que vengan las autoridades, que terminen ya con tanto cobro de piso, tanta extorsión (...). No nos dejan trabajar, y lo que trabajamos, desafortunadamente, es para el crimen organizado. Le pedimos a las autoridades: vengan y hagan su trabajo”, dijo en la grabación.

Pero las autoridades no llegaron y sí los sicarios que lo ultimaron, según Andrés Manuel López Obrador, disparando casi mil ocasiones.

El Presidente se limitó a expresar su pesar por el asesinato y lo calificó como un “remanente” de la violencia que se permitió en el pasado, al tiempo que responsabilizó al ex presidente Felipe Calderón de utilizar métodos duros contra los narcotraficantes y también señaló a los medios de comunicación por informar sensacionalistamente sobre el atentado contra el ex autodefensa.

Al día de ayer, suman 159,181 muertos por homicidio doloso en lo que va del sexenio, siendo el promedio diario de 95 muertes por esta causa. De acuerdo a estimaciones, el sexenio bajo la égida de Andrés Manuel López Obrador culminará con más de 210,000 muertes, alrededor de 55,000 asesinatos más con respecto al periodo de Enrique Peña Nieto.

FLORERO

Sí se podía saber y en este mismo espacio lo advertimos que muy seguramente la flamante nueva Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, se convertiría en un florero más en el edificio de Bucareli y que sería un títere en las manos de Andrés Manuel como rápidamente ocurrió concediéndonos la razón.

Y es que la primera encomienda que le puso el Presidente a la menor de las hermanas Alcalde Luján fue el ser emisaria ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), para que explique por qué las y los Ministros ganan más que él. Y más rápido que inmediatamente, la ex Secretaria del Trabajo subió a sus redes sociales una imagen donde se le ve bastante señorial, sentada frente a un escritorio, firmando la carta que enviaría a la Corte; imagen bastante polémica, toda vez que se le ve firmando con un marcador indeleble.

Sólo que la funcionaria no solo tuvo ese pequeño descuido, siendo lo más grave que, antes de enviar la misiva, se olvidó de revisar la ley donde se habría dado cuenta de que el presupuesto lo aprueba la Cámara de Diputados, con base en el proyecto que le envía el Ejecutivo. Es decir, que el presupuesto lo estableció el Presidente y los diputados de Morena así lo aprobaron.

opinión.salcosga@hotmail.com

Temas

Sigue navegando