Ideas

* Hueca faramalla

Cuando se aplique en el futbol mexicano -poco habrá de vivir quien no llegue para verlo-, el VAR, como ya sucede en los países en que se aplica, reducirá considerablemente el margen de error de los árbitros, aportará elementos racionales  polémicas que actualmente se circunscriben al terreno pasional… pero no harán del deporte una versión del Castillo de la Pureza ni una sucursal del Paraíso Perdido de nuestros primeros padres, en que no haya lugar ni para la imperfección ni para el pecado.

Si ya existe la tecnología, si ya se utiliza en otras latitudes, es cuestión, simplemente, de dar los pasos conducentes a incorporarla al futbol mexicano: la instalación de los equipos, la capacitación del personal humano que lo operará y la de los árbitros que lo utilizarán como recurso, no para dilucidar todas las cuestiones discutibles que se susciten en el curso de un partido -vale subrayarlo-, sino para situaciones trascendentales, que pueden incidir decisivamente en el resultado del mismo: goles anulados o concedidos, penalties señalados u omitidos, expulsiones…

Su aplicación, a medida que los silbantes se familiaricen con él y de que dirigentes, técnicos y comentaristas adviertan sus bondades potenciales, podrá extenderse a otros aspectos; verbigracia, la posibilidad de que se repitan los penalties detenidos y se amoneste a los porteros, porque en muchas ocasiones van acompañados de infracciones al Reglamento, ya que muchos arqueros se adelantan invariablemente a la ejecución.

Como se vio en el Mundial reciente y como se ha visto en los países en que ya se aplica el VAR, la contumacia -o necedad o como se prefiera denominarla- de los árbitros es más común de lo que se quisiera. No debe esperarse, pues, que la innovación aniquile al cien por ciento la posibilidad del error arbitral, ya sea de apreciación o de interpretación, pero sí que en buena medida la reduzca.

En lo que se producen los casos que permitan comprobarlo, no está de más subrayar que, en nuestro medio muy particularmente, entre los jugadores hay una tendencia muy acentuada a sacar raja de todas las situaciones posibles; de ahí que la simulación de faltas sea una práctica recurrente… con lo que el “Juego Limpio” que se invoca en la ceremonia preliminar de todos los partidos que los profesionales disputan en canchas mexicanas, no pasa de ser, bien visto, una grotesca y hueca faramalla.

Temas

Sigue navegando