* Contagio
En efecto: la invasión de jugadores extranjeros que experimenta el fútbol mexicano, también tiene su parte positiva…
Ese fenómeno se ha interpretado como una amenaza por quienes tienden a ver el vaso medio vacío: al estar ocupadas la mayoría de las plazas de los equipos de Primera División (y aun de la Liga de Ascenso en la que por muchos años no se admitían extranjeros) por jugadores foráneos, aducen los críticos, hay menos futbolistas mexicanos en activo... y material humano más escaso para la Selección por lo consiguiente.
El ejemplo más claro sería la preocupación porque el retiro anunciado de Oribe Peralta como seleccionado y la edad del “Chicharito” Hernández y Carlos Vela (30 años) deja la baraja del técnico nacional, Gerardo Martino, de cara al Mundial de Qatar-2022, reducida prácticamente a dos cartas: Raúl Alonso Jiménez y Henry Martín.
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Vale recordar, entre paréntesis, que incluso en los años en que la limitación de extranjeros permitía la presencia de sólo tres forasteros por equipo en cada partido, en la Liga mexicana había más centro delanteros extranjeros que mexicanos. Así y todo, aparecieron los “Mellone” Gutiérrez, Héctor Hernández, Carlos González, Javier Fragoso, Enrique Borja, Horacio López Salgado, Carlos Hermosillo, Hugo Sánchez, Luis García, Jared Borgetti y varios más que sobresalieron y disputaron los títulos de goleo con los importados.
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La incorporación de jugadores extranjeros en los equipos mexicanos se facilitó en la medida que se flexibilizaron los criterios para propiciar la naturalización de futbolistas que habían hecho en México la mayor parte de su carrera profesional… Eso, por una parte. Por otra, la creciente profesionalización del futbol hizo de la Liga mexicana una nueva versión de La Tierra Prometida para muchos jugadores, sudamericanos sobre todo, que encontraban aquí las plazas y los salarios que en sus países de origen escaseaban.
El caso es que el nivel de la Liga, en lo que a su profesionalización -salarios, patrocinios, derechos de transmisión, etc.- y nivel deportivo respecta, es incuestionable. Si hoy la queja generalizada consiste en que México no llega al quinto partido en los mundiales, antes (hasta el de Chile-62) la realidad era que ni siquiera se ganaba un partido.
Ese nivel se traduce en que, por contagio, los futbolistas mexicanos que alternan con sus colegas importados en la Liga casera, son, en general, mejores que sus antecesores… por ilustres que éstos hayan sido.