Ideas

* “A la tercera…”

Si es cierto, como reza el adagio, que “a la tercera va la vencida”, cabe alimentar esperanzas de que la era en la historia del Club Atlas que ayer se inició formalmente, sea, a diferencia de las dos anteriores, de más alegrías y menos amarguras que las vividas hasta ahora por sus incondicionales.

En el boletín del Grupo Salinas sobre el relevo que acaba de consumarse, se señala que el Atlas y su afición “merecen estar siempre disputando la cima y peleando títulos”: algo que, en la práctica, sólo excepcionalmente ha sucedido: la estrella solitaria sobre el escudo en el uniforme del equipo lo dice todo.

*

A cambio de un título de cuya conquista ya casi no quedan sobrevivientes, y de la aproximación que tuvieron en el Torneo de Verano de 1999, resuelta en la instancia suprema de las series de penalties a favor del Toluca, las nuevas generaciones de fieles a la causa han acompañado al equipo en uno, en dos… y los más veteranos en los tres descensos al purgatorio de la otrora Segunda División.

Han sido testigos de las ilusiones alimentadas a base de ocasionales rachas de buenos resultados, resueltas a la postre en las penurias habituales. Fue, concretamente, el caso de los cinco años transcurridos desde que los accionistas del club tomaron la decisión (“dolorosa pero necesaria”, dijeron) de vender la franquicia del equipo de futbol profesional, cuyo mantenimiento, en contraste con el auge de sus clubes deportivos, les resultaba insostenible.

*

El grupo que recogió la estafeta hizo la tarea al entregar, según el boletín de referencia, “un equipo sano en sus finanzas, con una cantera prometedora y que cuenta con el respaldo de la mejor afición del país”…

Más allá del piropo, el Atlas, en lo deportivo, arrancará el próximo torneo de Liga en su querencia habitual: la zona de descenso…

No lo hará en circunstancias dramáticas. Por una parte, hay tiempo. Por la otra, es de suponerse que los nuevos dueños de sus destinos ponderaron, por una parte, el potencial de la marca Atlas; por la otra, su propia capacidad económica y su disposición de manejar al equipo con mentalidad empresaria, a partir de la premisa de que un negocio -como se supone que debe ser un equipo de futbol profesional- que pretende ser exitoso en lo económico, necesariamente tiene que serlo, también, en lo deportivo.

Temas

Sigue navegando