- Desmadre
Gobernar, en sentido amplio, significa mandar, dirigir, ordenar. Aplicado a la vida pública, gobernar significa disponer una serie de normas, casi todas de observancia obligatoria por parte de los gobernados, orientadas hacia el bien común.
En el caso de las medidas dispuestas por el Gobierno del Estado, motivadas por la contingencia sanitaria que se desató hace un año (el 17 de noviembre de 2019 se detectó en Wuhan, China, el primer caso de COVID-19; los contagios se han multiplicado no obstante las medidas de contención sugeridas por la Organización Mundial de la Salud y acatadas por las autoridades civiles en todo el mundo; solo en el caso de México la cifra oficial de fallecimientos atribuidos a esa causa se aproxima a los cien mil), la intención es establecer pautas de conducta encaminadas a reducir, en ese orden, los contagios, los quebrantos a la salud y las defunciones.
-II-
Aunque hay núcleos de la población reacios, desdeñosos o escépticos con respecto tanto a la información como a las reglas de comportamiento dispuestas por la autoridad para aplicarse los próximos 45 días -los últimos del año-, se supone que la mayoría se habrá enterado, aunque sea a grandes rasgos, de las mismas: 1) evitar aglomeraciones; 2) favorecer las actividades al aire libre; 3) evitar concentración de adultos mayores y personas de riesgo; 4) mantener cancelados conciertos, fiestas patronales o reuniones multitudinarias; 5) establecer estrictas reglas de acceso en tianguis, mercados y comercios (uso obligatorio de cubrebocas, manejo sanitario, pasillos y espacios amplios...).
Al anunciar las medidas, el gobernador aseveró que “En Jalisco las disposiciones son para cumplirse; no para que las cumpla quien quiera”… Por supuesto, sería deseable que así fuera; que la sensatez y la disciplina de los ciudadanos fuera la regla generalizada. Por desgracia, está visto que no es así; que “El gobernante propone… pero el ciudadano dispone”.
Precisamente porque un porcentaje significativo de la población tiende a la rebeldía, la desobediencia y el desmadre, y porque es mínima -y ocasionalmente nula- la capacidad de las autoridades para hacer cumplir sus disposiciones, es de temerse que se abuse de la reducción de las medidas restrictivas, anunciada en función de las tradicionales compras y celebraciones de fin de año.
Lo ideal sería que la generalidad de los ciudadanos entendiera que acatar las limitaciones a la libertad individual que las disposiciones implican, es lo mejor; lo más sensato… Y si no, en nuestra salud lo hallaremos.