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Trucos caseros para limpiar tus lentes y recuperar su claridad sin dañarlos

Los remedios domésticos sólo pueden funcionar en casos muy específicos, principalmente cuando se trata de lentes de plástico sin recubrimientos especiales y con arañazos superficiales

Con el uso diario, los lentes graduados o de sol pueden acumular rayaduras leves que reducen la claridad de la visión y provocan incomodidades como reflejos molestos o cansancio visual. Frente a este problema, es común que algunas personas intenten soluciones caseras para pulir las micas y devolverles su apariencia transparente, aunque no todos estos métodos son adecuados ni seguros para todos los tipos de lentes.

Especialistas en salud visual coinciden en que los remedios domésticos sólo pueden funcionar en casos muy específicos, principalmente cuando se trata de lentes de plástico sin recubrimientos especiales y con arañazos superficiales. En otros escenarios, la fricción o el uso de productos inadecuados puede dañar de forma permanente el material.

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Uno de los métodos más difundidos consiste en el uso de pasta de dientes blanca no abrasiva. Este producto actúa como un abrasivo suave que puede ayudar a nivelar microarañazos en lentes de plástico. El procedimiento comienza con el lavado de manos y de los lentes utilizando agua a temperatura ambiente y un jabón líquido suave.

Posteriormente, se aplica una pequeña cantidad de pasta de dientes y se frota con un paño de microfibra mediante movimientos circulares durante algunos minutos, sin ejercer presión excesiva. Finalmente, se enjuagan y se secan con cuidado.

Otro método similar es el uso de bicarbonato de sodio mezclado con agua hasta formar una pasta espesa. Esta mezcla se aplica sobre el área rayada y se frota suavemente con un paño de microfibra húmedo. Tras el enjuague, los lentes deben secarse completamente para evitar residuos.

Existen también técnicas que incluyen detergente para madera combinado con vaselina o líquidos reparadores para CDs y DVDs. Aunque estos productos pueden disminuir la apariencia de los rayones, su uso no está recomendado de forma general, ya que pueden alterar la superficie del lente o eliminar tratamientos protectores.

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De acuerdo con All About Vision (plataforma especializada en salud visual y cuidado ocular) American Academy of Ophthalmology (AAO) advierten que estos métodos no deben aplicarse en lentes de vidrio ni en aquellos que cuenten con recubrimientos antirreflejantes, antiarañazos u otros tratamientos especiales, ya que la fricción puede volverlos opacos o inservibles. En el caso de arañazos profundos, no existe una solución casera efectiva y la única alternativa es el reemplazo del lente.

Para prevenir daños, se recomienda limpiar los lentes únicamente con agua y jabón neutro, secarlos con paños de microfibra y evitar el uso de pañuelos de papel o telas que desprendan pelusa. Asimismo, es importante guardarlos siempre en un estuche acolchado y no apoyarlos sobre superficies con las micas hacia abajo.

El uso prolongado de gafas rayadas puede provocar dispersión de la luz, reducción del campo visual y molestias como dolor de cabeza o irritación ocular. Por ello, los especialistas sugieren acudir a un óptico optometrista cuando los daños afectan la calidad de la visión, ya que el pulido profesional no siempre es viable y, en muchos casos, el reemplazo resulta la opción más segura.

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