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Zacatecas: Secretos que te dejarán sin aliento

Un destino lleno de sorpresas donde historia, naturaleza y cultura se entrelazan en lugares sorprendentes

Cuando piensas en Zacatecas, probablemente lo primero que viene a tu mente es la majestuosidad de su catedral barroca, los callejones empedrados del centro histórico o su profunda tradición minera. Estos símbolos han dado identidad al estado y lo han colocado como uno de los destinos culturales más importantes de México. Sin embargo, Zacatecas es mucho más que eso: se trata de un territorio lleno de contrastes, donde el pasado prehispánico convive con la riqueza colonial y la belleza natural se entrelaza con expresiones artísticas contemporáneas.

Explorar Zacatecas significa adentrarse en un mosaico de paisajes y experiencias. Al norte y al sur, los vestigios arqueológicos revelan la grandeza de antiguas civilizaciones; mientras que, en sus montañas y cañones, la naturaleza sorprende con escenarios ideales para la aventura y el ecoturismo. Las minas, que en su momento impulsaron el desarrollo económico de la región, hoy se transforman en espacios culturales y recreativos que conectan a los visitantes con una historia de trabajo y resistencia.

Además, Zacatecas se distingue por su vitalidad cultural. Museos de talla internacional, festivales artísticos y una gastronomía que combina lo tradicional con propuestas innovadoras convierten cada recorrido en un viaje sensorial. Sus pueblos mágicos, con calles que parecen detener el tiempo, invitan a descubrir leyendas, tradiciones y un ambiente acogedor que refleja la esencia de la vida zacatecana.

Por todo ello, visitar Zacatecas va más allá de una escapada turística: es una experiencia que invita a mirar con otros ojos un Estado que, aunque orgulloso de sus símbolos más conocidos, guarda tesoros ocultos que sorprenden a cada paso.

Aquí te presentamos siete secretos que revelan una faceta distinta e inesperada de este fascinante destino.

1. Museo de Guadalupe de Arte Virreinal: arte y historia en un antiguo convento: A pocos minutos del centro, en Guadalupe, se encuentra un excolegio franciscano del siglo XVIII convertido en museo. Aquí se resguarda una de las colecciones más importantes de arte virreinal en México, con obras maestras de Miguel Cabrera y Cristóbal de Villalpando. La imponente escalera regia, la biblioteca conventual y su pinacoteca hacen de este espacio un verdadero tesoro barroco que vale la pena recorrer.

 2. Campo Real Vinícola: vino de altura en el semidesierto: A corta distancia de la capital, en Trancoso, se ubica una vinícola que desafía al desierto. Campo Real cultiva uvas de alta calidad en un entorno único, con un vino estrella llamado “Tierra Adentro”. Aquí puedes recorrer los viñedos en bicicleta, explorar la cava y el Museo de la Barrica, y cerrar el día con una cata o una comida en sus elegantes restaurantes.

La Quemada. Construida en piedra y sobre una colina, esta antigua ciudad prehispánica muestra terrazas, murallas y calzadas que sugieren un importante centro ceremonial. CORTESÍA

3. La Quemada: misterio y poder prehispánico: Un poco más de 50 kilómetros de la ciudad de Zacatecas te llevan a La Quemada, un sitio arqueológico que aún es un enigma. Construida en piedra y sobre una colina, esta antigua ciudad prehispánica muestra terrazas, murallas y calzadas que sugieren un importante centro ceremonial y comercial. Pasear entre su pirámide votiva y la Gran Sala de las Columnas es viajar a un pasado lleno de secretos.

 4. Sierra de Cardos: aventura en paisajes de roca y bosque: Cerca del Pueblo Mágico de Jerez, la Sierra de Cardos ofrece naturaleza en estado puro. Con formaciones rocosas monumentales y bosques de pino, es el lugar ideal para quienes buscan adrenalina: senderismo, rappel, kayak, ciclismo de montaña o tirolesas con vistas espectaculares. También es perfecto para relajarse con un picnic o pasar la noche en sus acogedoras cabañas.

Sierra de Cardos. Formaciones rocosas monumentales; es el lugar ideal para practicar senderismo y rappel. CORTESÍA

 5. Museo Rafael Coronel: máscaras y tradiciones mexicanas: En las ruinas del exconvento de San Francisco, este museo resguarda la colección más grande del mundo de máscaras mexicanas, con más de 10 mil piezas que narran fiestas, misticismo y simbolismo. Entre muros de cantera y pasillos abovedados, también encontrarás títeres, cerámicas y bocetos de Diego Rivera, en un espacio que emociona y fascina.

  6. Presa La Ticuata: calma y naturaleza en Teúl de González Ortega: En este apacible pueblo, la Presa La Ticuata ofrece un refugio natural ideal para disfrutar en trajineras, pasear en kayak o pescar lobina. Rodeada de montañas, esta presa invita a desconectarse del mundo mientras el sol se pone y pinta el agua de colores dorados. Un rincón perfecto para la tranquilidad y la conexión con la naturaleza.

 7. Sierra de Órganos: un paisaje de otro planeta: En Sombrerete, el Parque Nacional Sierra de Órganos deslumbra con sus formaciones rocosas que parecen tubos gigantes de un órgano. Este escenario natural ha sido telón de fondo para varias películas nacionales e internacionales, y es un paraíso para senderistas, fotógrafos y amantes de la naturaleza. Aquí, entre halcones y linces, el tiempo parece detenerse en un mundo mágico.
 

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