Así puedes evitar la ansiedad en tus hijos por el regreso a clases
Especialistas en salud emocional infantil recomiendan tomar medidas preventivas que ayuden a fortalecer su bienestar emocional
El regreso a clases puede generar emociones encontradas en niñas, niños y adolescentes. Mientras algunos esperan con entusiasmo reencontrarse con sus compañeros, otros enfrentan temor, estrés o ansiedad ante los cambios en la rutina.
Con el fin de preparar a los menores para un nuevo ciclo escolar, especialistas en salud emocional infantil recomiendan tomar medidas preventivas que ayuden a disminuir la ansiedad y fortalecer su bienestar emocional. La clave está en acompañarlos desde días antes del regreso y brindarles herramientas que les permitan adaptarse con mayor seguridad.
¿Cómo evitar la ansiedad por el regreso a clases?
Dialogue sobre el proceso de cambio
Asegúrese de que su hijo sepa que puede contar con usted para escucharlo y apoyarlo en lo que necesite. Elija un momento tranquilo para conversar, evitando hacerlo cuando esté molesto o justo antes de salir rumbo a la escuela.
Detectar y validar sus emociones
Los primeros días de escuela pueden ser abrumadores. Por ello, es importante que madres, padres o cuidadores estén atentos a señales como cambios en el sueño, irritabilidad, dolores físicos sin causa aparente o falta de apetito. Estos síntomas pueden indicar ansiedad o preocupación.
"Validar lo que sienten es esencial. No se trata de minimizar o ignorar sus emociones, sino de escuchar con atención y hacerles saber que es normal sentir nervios o miedo al cambio", explica la psicóloga infantil Mariana Ríos, especialista en acompañamiento emocional durante etapas escolares.
Establecer rutinas con anticipación
Uno de los principales detonantes de ansiedad es la ruptura repentina de la rutina. Por eso, se recomienda comenzar a implementar horarios regulares de sueño, comidas y actividades una o dos semanas antes del inicio de clases. Esto ayuda a que el cuerpo y la mente se ajusten de forma gradual.
También es útil involucrar a los niños en los preparativos escolares: elegir útiles, organizar la mochila o planear juntos el lunch del primer día, les permite sentirse parte del proceso y recuperar el control ante lo desconocido.
Fomentar una actitud positiva
Conversar sobre lo que les emociona del regreso, recordar experiencias agradables del ciclo anterior o hablar de los retos superados en años pasados, puede generar una perspectiva optimista. El refuerzo positivo y la confianza que transmitan los adultos es clave para que los niños enfrenten el regreso a clases como una oportunidad y no como una amenaza.
Además, si la ansiedad persiste o interfiere con su funcionamiento diario, es fundamental buscar orientación profesional. La atención psicológica oportuna puede marcar una gran diferencia en el desarrollo emocional del menor.
Acompañar, no presionar
El regreso a clases no debe ser una carga emocional. Acompañar a los hijos con empatía, paciencia y comunicación abierta, permite que vivan este proceso de forma más tranquila y segura. El entorno familiar es el primer espacio donde pueden sentirse protegidos, comprendidos y preparados para enfrentar los retos escolares.
YC