Economía

Pastelerías Marisa, la dulce experiencia de hacer empresa

Con más de 25 años de complacer el paladar de los tapatíos, la tienda de postres es una referencia de Guadalajara; en los próximos años buscará conquistar la Ciudad de México y Monterrey 

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Dicen que los postres no llenan el estómago, llenan el corazón. Son muchos los momentos importantes donde un buen postre nos acompaña y Marisa Lazo, fundadora de las Pastelerías Marisa, ha sabido crear un concepto que, más que vender pasteles o galletas, nos ofrece un complemento invaluable para acompañar una buena charla, un gran festejo o, en general, un momento festivo e importante de nuestras vidas.

Marisa, además de ser una de las empresarias más representativas de Jalisco, sabe que la vida se complementa y balancea con otras cosas. Es una enamorada de la lectura y  la música, siempre en búsqueda de nuevas experiencias y aprendizajes. Es también una apasionada de los viajes, amante de su familia y una disciplinada nadadora. Para ella, el altruismo y la participación activa en causas ciudadanas nacen de una convicción de corresponsabilidad y amor por México.

Su historia como empresaria del ramo alimenticio nació más como una afición que como un plan perfectamente diseñado. Fue hace 25 años cuando regaló un pastel, mismo que sirvió como una primera recomendación que hizo que se convertiría en una de las tiendas de repostería más icónicas de la ciudad.

Al inicio todo se reducía a unos cuantos hornos en su casa, luego abrió su primera tienda, pero conforme el tiempo transcurrió y el éxito de sus pasteles fue creciendo, se fueron abriendo más tiendas y  tuvo que adecuar primero una casa y luego toda una nave industrial como fábrica para sus pasteles y galletas.

Mucho del éxito de sus postres los atribuye a conservar un modelo artesanal en la hechura de sus productos. Cada pastel y galleta nos remiten a un delicioso sabor casero que es parte fundamental de su diferenciador con otras pastelerías.

Alfredo Aceves

La elaboración de los productos se realiza con personal capacitado en repostería. EL INFORMADOR/E. Jaramillo

Los costos de crecer

Marisa es psicóloga de profesión y por varios años compartió sus dos pasiones: el psicoanálisis y la repostería. Sin embargo, llegó el momento en el que se abrió la encrucijada entre una y otra actividad, los tiempos ya no le daban para dedicarse a ambas pasiones y aun cuando su empresa le ha dado múltiples satisfacciones, no deja de pesarle haber truncado su carrera y el seguimiento de sus estudios en psicología.

Otro momento complejo fue la decisión de hacer cambios profundos en sus procesos para mejorar su productividad, ya que el acelerado aumento de la demanda de sus productos no le permitía dotar al total de las tiendas de toda la variedad de pasteles y galletas que se ofrecían. Tenía dos opciones, incorporar maquinaria o mejorar cada uno de sus procesos y mantener su identidad artesanal. Optó por ser fiel a los valores de su empresa y como hasta hoy mantuvo su carácter artesanal.

Para sacar adelante este reto contrató a un grupo consultor externo que hizo una reingeniería que suponía muchos cambios. Como todo cambio, no fue ajeno de cuestionamientos y en algunos casos de resistencias por parte de un pequeño segmento del personal y a pesar  de que no se les hizo trabajar más horas, ni se les cambió su ingreso, decidieron dejar la empresa ante los ajustes. Al final todo salió bien, mejoró la productividad y los clientes pudieron gozar de más producto en cada pastelería.

Uno de los aprendizajes que le quedó de este capítulo fue la importancia de comunicar de forma intensa y reiterativa que no basta con sólo anunciar un cambio, hay que continuar con el proceso de comunicación, buscar siempre la retroalimentación y disipar permanentemente dudas.

Los ingredientes para hacer una buena compañía

Como todo buen pastel, también el éxito se acompaña de la mezcla de varios ingredientes, no hay una sola receta, ya que cada pastel es diferente, pero sí hay algunos elementos que para Marisa son fundamentales para lograr crecer en el mundo de los negocios, nos comparte algunos de ellos:

Un primer ingrediente es la innovación y aun cuando ella no usa maquinas en su proceso de producción, ha recurrido a sistemas de software para mejorar y organizar la información que le arroja cada una de sus tiendas para mejorar la calidad de su servicio.

El segundo es la confianza es sus colaboradores, saber que son la parte viva que le da sustento y forma al negocio, y en ese sentido ser congruente, buscar el crecimiento de ellos. Marisa nos presume que la mayoría de sus gerentes son personas que empezaron hace muchos años con ella y son sus mejores aliados.

El tercero es buscar siempre elementos diferenciadores que hagan de tu producto algo único y novedoso.

Y el último ingrediente es tener finanzas sanas y reinvertir permanentemente en tu negocio, saber que en el corto plazo es casi imposible obtener grandes utilidades, pero que al paso del tiempo, de forma disciplinada, con orden y siendo paciente llegarán los frutos.

Un agradable futuro

El futuro de Pastelerías Marisa lo vislumbra en el mediano plazo hacia un crecimiento en la Zona Altos del Estado, para luego probar hacia el Bajío. Ya más a largo plazo ver la posibilidad de llegar a una gran metrópoli como la Ciudad de México y Monterrey para poner una fábrica y abrir mercado, algo que lo ve lejano, pero como una posibilidad latente.

Sin duda Pastelería Marisa es hoy una de las empresas más queridas por todos los que somos entusiastas del dulce. Conocer un poco de su historia nos permite recordar que toda gran empresa puede nacer desde casa y crecer, siempre y cuando haya voluntad, disciplina y pasión por lo que hagamos. Larga vida a los deliciosos postres de Marisa.

COLOFÓN
  • ¿Si no fuera empresaria que le gustaría ser?: Cantante,Celine Dion.
  • Libro: “Crimen y Castigo”.
  • Película: “La vida es bella”.
  • Lugar para viajar: Estambul.    
  • Restaurante: i latina.
  • Postre: Rosca de chocolate.
  • Bosque o playa: Playa.
  • Torta o taco: Taco.
  • ¿Si sólo tuviera una semana de vida qué haría?: Comer postres y estar junto a la familia en la playa agradeciendo por todo lo que viví.    

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