Antonio Ortuño presenta "El amigo muerto" en la FIL; una novela de amistad y aventura, pero también oscuridad
El libro más reciente del escritor se presenta hoy a las 17:30 horas en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, una novedad para sus lectores, pero no para el escritor mismo
"El amigo muerto", el libro más reciente de Antonio Ortuño, y que se presenta este sábado a las 17:30 horas en la FIL Guadalajara, es una novedad para sus lectores, pero no para el escritor mismo. Ortuño la escribió cuando tenía 18 años, lo cual le implicó leerse a sí mismo, pero hace tres décadas, trayéndola a la actualidad en un proceso de escudriño en su propia historia como escritor. El resultado: una novela desbordada de juventud en sus protagonistas que transitan la calle, que se mientan la madre, que viven las diferencias de clases sociales y que comienzan a padecer de los malestares del amor, pero cuya juventud misma llega al ocaso -como ocurre con todos- cuando un suceso los enfrenta con la realidad de México.
"Quise mantener la óptica y la idea que tuve cuando la escribí por primera vez, pero ayudado por 30 años de experiencia de trabajo posteriores".
La novela "El amigo muerto" arranca con un suceso rayano en lo sobrenatural: "List", el protagonista, recibe un mensaje de "Carlos", un amigo suyo que, luego de una trifulca, fallece al ser alcanzado en la cabeza por una bala perdida. La necesidad de respuestas llevará a "List" por un camino que transcurre entre el thriller, la novela negra, la violencia mexicana, pero también ese aire descomplicado, tragicómico, tan nuestro, que es el secreto para seguir vivos.
"Esta es una novela que de algún modo se escribió en tres tiempos. La escribí y completé un manuscrito cuando tenía 18 años, a mitad de los años 90", cuenta Antonio Ortuño en entrevista para EL INFORMADOR. "Se quedó ahí, le hice algunas correcciones, pero la había escrito con muchas complicaciones: tenía una máquina de escribir, nunca tuve computadora en mi casa. Había escrito hojas a mano y tenía una carpeta; era difícil revisarla. Años después la revisé porque me ofrecieron publicarla; había poco tiempo para hacerlo y el libro tuvo que crecer un poco por requerimientos editoriales. Fue volver sobre los pasos de un libro escrito hace 30 años, revisado hace casi 15 y que ahora encontró su versión definitiva".
"Me gustaba la historia, los personajes, mucho de lo que era el libro; me parecía que se acercaba a la idea original, pero no funcionaba al 100% y le hice los ajustes necesarios. Quise mantener la óptica y la idea que tuve cuando la escribí por primera vez, pero ayudado por 30 años de experiencia de trabajo posteriores. No deja de ser curioso ser el escritor de casi 50 años revisando lo que hizo 30 años antes. Pero fue agradable. Había una idea narrativa, un ritmo y dinámicas interesantes que funcionaban, y otras que podían mejorar".
Una novela de aventuras, pero con su respectiva carga de realidad
Ortuño explica que trabajó lo más posible para que "El amigo muerto" fuera lo más parecido posible a lo que él quería: una novela de aventuras, con un entorno oscuro de la vida mexicana, de jóvenes marginados, sin oportunidades, pero que no fuera una novela de denuncia ni un melodrama. No: una novela de aventuras atravesada por un punto de vista que diera cabida a la ironía. Esa mezcla de tragedia e ironía que, a juicio del escritor, es una de las formas en que culturalmente en México nos tratamos con la tragedia y la desgracia.
"Este no es un libro juvenil", asegura. "Cuando se publicó hace 15 años me lo pidieron para una colección de libros para jóvenes y dije: 'No tengo un libro juvenil, tengo un libro con personajes jóvenes que escribí siendo joven'. Hay juventud en el libro: en cómo se concibió, en los personajes, en la óptica del mundo. Pero no lo pensé como novela juvenil; la etiqueta es más bien editorial. Eso me daba libertad para hacer que el personaje transitara por la oscuridad y temáticas densas que reflejan marginación, violencia, abuso, traición de las instancias de poder: familia, escuela, trabajo, instituciones. Ese escenario que quien es joven reconoce: ahí está".
No es difícil identificarse con los personajes de "El amigo muerto", pues es un camino que todos hemos recorrido; la idea de que siendo joven es posible cambiar al mundo, para azotarse de frente con que la vida es muy distinta. La novela lo describe sin dramatismo, sin tormentos, sin melodrama, sino como un tránsito natural: la vida es difícil, es oscura, tiene rincones crueles, pero siempre contamos con el recurso de la risa.
"A mí no me interesa el melodrama. Mucho de lo que pasa en México es trágico y no se puede rebajar ese grado de tragedia. Pero también es divertido", dice Ortuño. "La vida cotidiana en México puede ser muy divertida y no se contraponen ambos extremos: se entremezclan. Decía Daniel Sada que el sabor de la mexicanidad es el de la tragicomedia, y estoy de acuerdo. Soy muy mal lector de melodramas; no puedo leer un libro de sufrimiento de 500 páginas. No quiero leer una historia para que alguien sufra sin parar".
Para Ortuño fue raro leerse a sí mismo, lo que escribió cuando tenía 18 años. Dice que tenía una energía que ahora solo en sueños puede entrever. Podía pasar 18 horas escribiendo; si no le gustaba una página, la tiraba y la escribía de nuevo cuantas veces fuera necesario. Así aprendió a escribir: error y corrección, escribiendo de forma enérgica y obsesiva. Ahora, 30 años más tarde, se siente satisfecho de aquel Ortuño joven que escribió su primera novela en jornadas frenéticas.
"Trato de no ser condescendiente conmigo mismo ni idealizar el pasado. Disfruté mucho mientras escribía y también disfruté la revisión".
"Ahora escribo distinto; he variado mucho la manera de escribir. Encuentro las limitaciones que tenía entonces: escribir sin saber escribir, pero con intención y voluntad", recuerda. "Eso da cosas interesantes; también cometí errores. Es divertido encontrarse con eso. Había esta capa de pavimentación intermedia de la revisión de hace 15 años que sirvió para estructurar y redondear, pero también decidí quitar parte de esa pavimentación para que quedara el empedrado original. No quería una novela perfecta; no creo que existan. Quería un libro interesante, disfrutable. Esa era mi intención desde el principio: un libro breve, contundente, divertido, disfrutable, que no es equivalente a ligero. Tiene cosas densas, pero sin melodrama".
"Es distinto, pero recuerdo esa energía, esa obsesión y esa voluntad de construir algo. Trato de no ser condescendiente conmigo mismo ni idealizar el pasado. Disfruté mucho mientras escribía y también disfruté la revisión", finalizó Antonio Ortuño.
Las recomendaciones del escritor para la FIL 2025
"Me gusta mucho Amin Maalouf, el premiado. Recomendaría a la gente ir a verlo. También Fernanda Trías, que ganó el Sor Juana por segunda vez, es una gran escritora. He tenido la oportunidad de presentarla en otra ocasión y vale mucho la pena escucharla. No me sé todo el programa de memoria, pero siempre trato de salirme del circuito de las grandes figuras y buscar escritores jóvenes que están más ocultos en el programa, en ciclos como "Latinoamérica Viva" o mesas temáticas. De ahí salen nuevas propuestas. Vale la pena ver qué más se está haciendo. Lo que busco era a quienes estaban fuera del reflector: jóvenes o autores con trayectoria sin foco mediático en ese momento. Eso fue una fuente enorme de aprendizaje y de descubrimiento de obras que de otra manera me habrían costado trabajo encontrar".
Presentación de "El amigo muerto"
- Autor: Antonio Ortuño
- Presentan: Benito Taibo, Mariana H.
- Editorial: Seix Barral / Grupo Planeta
- Sábado 29 de noviembre, 17:30 a 18:20 horas
- Salón 1, planta baja, Expo Guadalajara
*Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp
Además lee: "La creación de la FIL fue y es un logro de la sociedad jalisciense": Karla Planter
OF