Guía arquitectónica de los edificios emblemáticos de Guadalajara
Esta es una breve guía para conocer en una caminata durante esta Semana Santa 2025
La ciudad de Guadalajara ha sido sede de grandes exponentes de la arquitectura, nacidos aquí y en todas partes, que han dejado en nuestras calles edificios, templos, parques y monumentos que nos han dado identidad y rostro, expresión y forma por medio de este arte y forma de expresión.
No obstante, muchos de estos edificios se vuelven tan cotidianos, que los damos por hecho y los pasamos por desapercibido. Además, otras construcciones que hoy consideramos emblemáticas, para existir, tuvieron que acabar con otras, de inmenso valor arquitectónico.
A continuación una breve guía -insuficiente- sobre ciertos edificios, parques y monumentos que forman parte de lo cotidiano de Guadalajara, para conocer en una caminata durante esta Semana Santa 2025.
Cruz de Plazas de Guadalajara
En 1947, durante la gubernatura de José de Jesús González Gallo, Guadalajara requiere de mayores espacios públicos y el arquitecto Ignacio Díaz Morales recibe la comisión de realizar un plano regulador para que la ciudad adquiera un perfil funcional y formal. Así se llevó a cabo el proyecto de la Cruz de Plazas que comprendía la Plaza de Armas fundada desde 1561; las dos manzanas situadas entre la catedral y el Teatro Degollado -Hoy Plaza de la Liberación- el espacio en donde se encontraba el Jardín Herrera y Cairo y el Templo de la Soledad, ahora Rotonda de los Jaliscienses Ilustres; y las fincas situadas frente a Catedral, cuya demolición dio lugar a la actual Plaza Guadalajara. El inicio formal de los trabajos de demolición y de acondicionamiento de las áreas mencionadas fue en 1949.
Museo del Periodismo y las Artes Gráficas (MUPAG)
La primera imprenta de la Nueva Galicia tuvo lugar en este edificio, en 1792, propiedad de Mariano Valdés Téllez, y a principios del siglo XIX pasó a manos de don José Fruto Romero. En este sitio se imprimió el primer periódico independiente, "El despertador americano", el cual fue redactado por Severo Maldonado en 1810. El nombre coloquial de "La casa de los perros", según la historia, deriva de un sastre al que también perteneció la propiedad, y que la tenía llena de estos animales. También, por supuesto, de las dos estatuas de los perros pointer dispuestas en las cornisas del inmueble, y que el ingeniero Arnulfo Villaseñor mando a traer de Nueva York. La Casa de los Perros llegó a ser también restaurante y academia, hasta que en 1994 el Ayuntamiento la destinó para ser las ede del museo del periodismo.
Hotel Hilton y Condominio Guadalajara
Conocido como uno de los primeros rascacielos de Guadalajara, este edificio fue realizado por Federico González Gortázar en 1963 para albergar al Hotel Hilton. Siguiendo los postulados del movimiento moderno internacional: planta libre, ligereza a través de la estandarización y aplicación de novedosos sistemas constructivos, este edificio racionalista de 18 niveles se convertía en el momento de su construcción, en el primer edificio con el sistema “curtain wall” (muro cortina) de Guadalajara, y en símbolo del recién adoptado estilo internacional. Actualmente, sigue funcionando como hotel.
Condominio Guadalajara
Diseñado por el arquitecto Julio de la Peña en 1962, este edificio, de elegante diseño funcionalista y con 24 pisos de altura, fue el primer “rascacielos” de Guadalajara. Se encuentra erigido al sur del Centro Histórico de la ciudad -cerca del Parque Agua Azul-, en la zona en que se construiría el nuevo centro de desarrollo comercial y de servicios previsto por el gobernador Juan Gil Preciado, bautizado con el nombre de “Nuevo Centro Guadalajara”. El condominio se desplantó sobre una superficie abundante en veneros de agua que suministraban parte del vital líquido a los baños y huertas del antiguo barrio de Mexicaltzingo. Actualmente, el edificio presenta un notable deterioro.
Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe
Fue construido a instancias del fraile dominico Antonio Alcalde y Barriga de 1777 a 1781, con elementos estilísticos del barroco. El “nicho” de la Virgen en el altar mayor es de madera tallada y labrada. La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe fue consagrada en 1779, y es obra de don José Alciba. La fachada principal del conjunto se conforma por tres cuerpos en sentido vertical, que hablan del misterio de La Trinidad. Su ingreso es a través de un atrio circundado por tres de sus lados por una barda atrial.
Parque de la Revolución -Parque Rojo-
Resultado de un concurso ganado por los hermanos Juan José y Luis Barragán en 1935, el Parque de la Revolución ha sufrido múltiples alteraciones. La apertura de la Calzada del Federalismo en los años setenta cercenó la parte oriente de su superficie. Se construyó sobre lo que fuera el viejo Jardín de Escobedo, frontero a la Penal, y más antiguamente, la huerta del Convento del Carmen. Originalmente, incorporaba una pequeña glorieta sobre Vallarta y una interesante sección de juegos infantiles que fue demolida en la década de los 50. Con motivo de la construcción de la estación del Tren Ligero se rescataron una serie de elementos (kiosco descubierto, sombrilla, pisos). Resulta una obra muy interesante, ya que es la primera muestra del trabajo de Luis Barragán en espacios abiertos.
El Expiatorio
Proyecto neogótico del arquitecto italiano Adamo Boari dentro del eclecticismo del siglo XIX. Se inició la obra en 1897, siendo arzobispo Pedro Loza y Pardavé. De 1912 a 1919, por la revuelta social, se suspenden los trabajos. De 1924 a 1927, siendo arzobispo Francisco Orozco y Jiménez, se reinicia la obra a cargo del Ing. Luis Ugarte quien construye el coro. Desde 1927 toma el cargo de la obra el Arq. Ignacio Díaz Morales hasta la muerte del Cardenal José Garibi Ribera en 1972.
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