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Jacinta, la ternera con dos hocicos
Al nacer su dueño se percató de que la ternera tenía un hocico partido por la mitad o en todo caso dos hocicos
La ternera, cruce de raza frisona y limusín, no es bicéfala, aunque pueda parecerlo, pero sí tiene dos hocicos que comparten la misma mandíbula, aunque en realidad son cuatro las mandíbulas (dos superiores y dos inferiores) que el bóvido posee, eso sí, incompletas.
A consecuencia del defecto, el animal no puede comer como lo hacen sus semejantes. Le es imposible rumiar y a sus ocho meses de vida continúa alimentándose a base de leche maternizada. Al no poder rumiar, la ternera padece alteraciones digestivas que le ocasionan gases y en el futuro derivarán en una úlcera de estómago y otras dolencias intestinales.