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Un pueblo que huele y sabe a maíz

Jala, Nayarit, se estrena como Pueblo Mágico y tiene en sus tradiciones y paisaje un atractivo imperdible

GUADALAJARA, JALISCO (20/OCT/2013).- Los barrios pintorescos y llenos de tradición siempre son un atractivo para el turismo. Caminar entre viejas casonas respirando aire limpio y disfrutar de la grata compañía es una experiencia enriquecedora y codiciada por los citadinos. En Nayarit se encuentra el municipio de Jala, zona rural que desde noviembre del año pasado fue designada como un Pueblo Mágico por lo atractivo de su arquitectura, sus monumentos históricos y la pulcritud de sus calles.

Jala cuenta con cinco mil 586 habitantes y tiene una superficie de 463.07 kilómetros cuadrados. Limita con los municipios de Santa María del Oro, La Yesca, Ixtlán del Río y Ahuacatlán. Por ser un destino donde converge la serranía con la contemporaneidad de su cultura, este lugar es un referente en el Estado de Nayarit que permite el gozo de sus habitantes con su variada y deliciosa gastronomía así como los lugares históricos y de aventura que ofrece.

Alejarse de las grandes urbes siempre es un descanso para quienes viven con el tiempo encima, el estrés es ahora un elemento característico de las sociedades y visitar lugares como Jala, propicia la relajación y el esparcimiento para volver con nuevos bríos a las actividades rutinarias.

Uno de los principales atractivos con los que cuenta el municipio es el volcán Ceboruco, que tiene en sus alrededores una extensa variedad de pinos y cedros, así como maleza de varios tipos; en cuanto a la fauna que habita la zona, es irremediable no encontrar mapaches, venados y liebres. En las inmediaciones, los agricultores suelen tener sembradíos de tabaco, sorgo y maíz.

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El clima que ofrece este lugar sin duda debe ser uno de sus más grandes atractivos, convivir con la naturaleza y el aire limpio en días soleados que brinda un sitio como este, simplemente le proporciona al turista una agradable estadía, donde lo templado de sus temperaturas permite hacer cualquier tipo de actividades sin la necesidad de sentir el agotamiento a causa del calor o del frío. >

Entre lo clásico y lo contemporáneo


Culturalmente, sus joyas arquitectónicas resultan un deleite a la vista; destaca su Basílica Lateranense, construida con cantera rosa, verde y amarilla. Su primera piedra se colocó en abril de 1856. Asimismo llaman la atención las ruinas del antiguo hospital con su fachada Barroca.

Jala también posee otras dos construcciones en ruinas, que son referente obligado para visitar, y obviamente tomar la clásica fotografía del recuerdo: la iglesia de San Francisco de Asís, edificada en 1674, y otras más que fue un convento franciscano, clausurado en 1810.

Nayarit también es un estado clave en el hallazgo de piezas prehispánicas que aportan a la investigación y el desarrollo de exposiciones en museos que fomentan que más habitantes y, claro está, el turismo, tengan valiosa información de las civilizaciones antiguas. Es así que los recintos que ofrecen estas piezas también son un gran aliciente para todos aquellos que aprecian la historia. >

Tradiciones de gran arraigo


El 3 de agosto se realiza la Fiesta del Elote donde se realizan actividades con música, danza, juegos florales, exposiciones, torneos y competencias. Venir a esta celebración significa vivir la aventura en la que destaca la música de banda y de tambora que invita tanto a vacacionistas como a los habitantes a mover el cuerpo al compás de ese ritmo.

El 8 de septiembre se realiza una gran fiesta popular y del 20 al 30 del mismo mes, las fiestas de la vecina comunidad de Jomulco. Y para esto no hay pretexto, pues si como turista estás en busca de la tranquilidad, pero también de vivir nuevas experiencias donde la tradición y la festividad se unen, lo mágico ocurre.

Es habitual que para celebrar al Santo Patrono y otras figuras religiosas, a las que los habitantes les guardan gran fervor, se siga tocando la famosa “Chirimía”, un instrumento musical de viento que es de madera de doble lengüeta que fue de uso común en Europa y llevado a las colonias hispanoamericanas a partir de finales del siglo XV, lo que trae a la actalidad un poco de la música de etnias antiguas.

En cuanto a artesanías y productos elaborados en Jala, sobresale la alfarería. Se realizan cántaros, macetas y tinajas, pero también la fabricación de sillas de montar, canastas de otate y equipales de carrizo. Los oficios son también una peculiaridad, así que la carpintería, la herrería y otras técnicas son un fuerte impulso en su economía, pues contribuyen a la producción de muebles, sillas, y otros enseres domésticos.

Un pueblo que goza de buena gastronomía está destinado al éxito y como Jala es fuerte productor de maíz, lo más característico de su cocina son sus típicas gorditas de horno, hechas a base de maíz, encaneladas, morquisote, rosquetes, viscotelas, atole blanco de maíz y colado de atole. Pero también hay antojitos mexicanos como el pozole, el pescado en sus distintas variantes, pero que el predilecto es sarandeado y otras delicias en las que sin duda pecarás de gula.

No hay pretextos para que en tus próximas vacaciones pongas en tu itinerario de destinos turísticos a Jala, Nayarit, más si eres de regiones colindantes como Jalisco, Colima, Aguascalientes y Sinaloa.

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Turismo de aventura

Con el fin de seguir su impulso y atractivo como Pueblo Mágico, Jala tiene el proyecto de que el turista y sus propios habitantes vivan la experiencia de estar de cerca en el volcán El Ceboruco, que por sus condiciones fomenta el turismo ecológico y de aventura, por la vegetación, fauna y cráter. Llegar a la cima de esta majestuosidad de la naturaleza toma aproximadamente 40 minutos.


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