Suplementos
Tradiciones que perduran
Artesanías, comida, ropa, plantas y hasta herramientas, todo se oferta en lugares que a través de los años, siguen vigentes
GUADALAJARA, JALISCO (08/MAY/2010).- Desde la época prehispánica, México es poseedor de costumbres que a pesar del correr de los años siguen vigentes. El tianguis es un claro ejemplo. Esta tradición inició como una cuestión totalmente mercantil y hasta la fecha es un apoyo económico para las familias mexicanas.
La palabra tianguis proviene del náhuatl “tianquiztli”, que significa mercado. El imperio Azteca y los pueblos de Mesoamérica usaron este concepto para beneficio propio de la comunidad, pues entre ellos mismos practicaban el trueque, que consistía en el intercambio de productos agrícolas como las semillas, animales y artesanías. La ubicación de éstos se centraba en las plazas públicas y abarcaban largos caminos, así lo describe Bernal Díaz del Castillo, conquistador español en su obra Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. El tianguis no es una actividad nacida en México, ya que países como España, Arabia Saudita y Egipto tuvieron una gran influencia sobre la sociedad mexicana.
Con la conquista de América, la forma de establecer el tianguis comenzó a cambiar paulatinamente, la llegada de nuevas especias, ingredientes, animales y objetos de alfarería, así como el trueque y los métodos de intercambio se adaptaron a las costumbres europeas y asiáticas con el uso del billete y las monedas.
Actualmente, los tianguis son una forma de vida en la Zona Metropolitana de Guadalajara, de éstos depende el sustento económico y social de muchas familias tapatías. Para José Ortega, supervisor y encargado de ruta en los tianguis de la Perla de Occidente, los tianguis siguen siendo toda una tradición, ya que en estos espacios la cultura surge y las necesidades laborales se ven cubiertas, al no existir un empleo para todos aquellos que visten las calles por la mañana.
El baratillo
Para muchas familias es más que una tradición ir a pasear por uno de los tianguis más grandes de América Latina. El Baratillo o Mirador, como se le conoce a este popular mercado ambulante, ofrece un sinfín de atracciones comerciales y turísticas. Actualmente son cuatro mil 200 puestos registrados por el Ayuntamiento de Guadalajara. La mayoría de los comercios van enfocados a la venta de antigüedades, fierros viejos, comida y ropa. El Baratillo se instala los domingos desde la calle Obregón hasta Puerto Melaque, abarcando exactamente 62 cuadras, de las cuales la zona más populares las de las herramientas y artículos usados. Se puede encontrar de todo, desde la clásica fruta picada en tiras o cuadros, ropa americana, juguetes y artículos de uso doméstico. El Baratillo tiene 35 años en función. En sus inicios se estableció en los alrededores del Hospicio Cabañas.
En pro de la convivencia
Sin lugar a dudas, el Tianguis Cultural es la puesta más colorida de la cuidad. Su extensa variedad cultural es el espacio ideal para reunir a más de seis mil visitantes cada sábado en la explanada de la Plaza Juárez en el municipio tapatío. El 9 de diciembre de 1995, el Cultural – como es conocido en la urbe- se establece en el Centro Histórico de Guadalajara. Una pequeña explanada para la presentación de libros y nuevos personajes literarios, lo que bastó para la sociedad se identificara de forma inmediata.
Tras enfrentarse a diversos problemas administrativos con el Ayuntamiento en curso y el aumento considerable de expositores, “El Cultural” fue trasladado en el mes de diciembre de 1998, a la Plaza Juárez y ha logrado consolidarse como una asociación civil. En cada pasillo, los comerciantes se lucen al momento de ofrecer collares con tendencias étnicas y vanguardistas, ropa de diseño totalmente urbano, música legendaria, películas de arte y no tanto y accesorios confeccionados con bambú hasta el plástico. Al fondo de la plaza, se sitúa un escenario para aquellos amantes de la música, dedicado a exponer a bandas locales con un poco de rock, indie, ska y hard core.
Moda para todos
Localizado en el popular barrio del que toma su nombre, el tianguis de Santa Tere, o Santa Teresita como algunos prefieren llamarle, expone cada domingo un extenso surtido de artículos de interés para la gente: artesanías, plantas y una gran variedad de comida y botanas. Así como calzado, ropa y accesorios de moda, siendo estos últimos los más ofertados por los comercios y el principal atractivo para los compradores, muchos de ellos jóvenes y adolescentes que buscan estar a la moda sin gastar demasiado dinero.
Ubicado sobre la calle de Andrés Terán, desde Joaquín Angulo y hasta Hospital, el tianguis concede a los paseantes la cercanía de dos lugares representativos del barrio: el Mercado y la Parroquia de Santa Tere, lo cual hace de la zona un punto clave de comercio, diversión y hasta de fe.
Artesanías mexicanas
Con extensión aproximada de tres kilómetro, el tianguis de Tonalá llena las calles de la cuna alfarera de vivos colores, sabores y aromas que de inmediato remontan a las más arraigadas tradiciones mexicanas.
Desde la época Prehispánica, el "tianguis de los jueves" era un clásico punto de reunión en el municipio y hoy en día, gracias a su expansión, son cerca de cuatro mil comerciantes los que ofrecen sus productos todos los jueves y domingos, a lo largo y entre las calles Juárez, Madero, Cruz Blanca, Santos Degollado y las avenidas Tonaltecas y Tonalá, principalmente.
Además, en algunas épocas del año como en Semana Santa, el colorido se emplaza de manera permanente. Para la temporada navideña, del 12 de diciembre y hasta el 6 de enero, el lugar se convierte en uno de los más populares por la venta de nacimientos y artículos para las fiestas decembrinas.
Cientos de turistas internacionales son atraídos gracias a las creaciones de cerámica, barro oxidado y vidrio soplado, así como las pinturas y los muebles rústicos elaborados con el talento de artesanos mexicanos.
Cuatro espacios que han ido modificando su mercancía para ofrecer variedad a sus visitantes, éstos imprimen color y tradición a la ciudad en donde se vive a tope la experiencia cuando se tiene el tiempo.
La palabra tianguis proviene del náhuatl “tianquiztli”, que significa mercado. El imperio Azteca y los pueblos de Mesoamérica usaron este concepto para beneficio propio de la comunidad, pues entre ellos mismos practicaban el trueque, que consistía en el intercambio de productos agrícolas como las semillas, animales y artesanías. La ubicación de éstos se centraba en las plazas públicas y abarcaban largos caminos, así lo describe Bernal Díaz del Castillo, conquistador español en su obra Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. El tianguis no es una actividad nacida en México, ya que países como España, Arabia Saudita y Egipto tuvieron una gran influencia sobre la sociedad mexicana.
Con la conquista de América, la forma de establecer el tianguis comenzó a cambiar paulatinamente, la llegada de nuevas especias, ingredientes, animales y objetos de alfarería, así como el trueque y los métodos de intercambio se adaptaron a las costumbres europeas y asiáticas con el uso del billete y las monedas.
Actualmente, los tianguis son una forma de vida en la Zona Metropolitana de Guadalajara, de éstos depende el sustento económico y social de muchas familias tapatías. Para José Ortega, supervisor y encargado de ruta en los tianguis de la Perla de Occidente, los tianguis siguen siendo toda una tradición, ya que en estos espacios la cultura surge y las necesidades laborales se ven cubiertas, al no existir un empleo para todos aquellos que visten las calles por la mañana.
El baratillo
Para muchas familias es más que una tradición ir a pasear por uno de los tianguis más grandes de América Latina. El Baratillo o Mirador, como se le conoce a este popular mercado ambulante, ofrece un sinfín de atracciones comerciales y turísticas. Actualmente son cuatro mil 200 puestos registrados por el Ayuntamiento de Guadalajara. La mayoría de los comercios van enfocados a la venta de antigüedades, fierros viejos, comida y ropa. El Baratillo se instala los domingos desde la calle Obregón hasta Puerto Melaque, abarcando exactamente 62 cuadras, de las cuales la zona más populares las de las herramientas y artículos usados. Se puede encontrar de todo, desde la clásica fruta picada en tiras o cuadros, ropa americana, juguetes y artículos de uso doméstico. El Baratillo tiene 35 años en función. En sus inicios se estableció en los alrededores del Hospicio Cabañas.
En pro de la convivencia
Sin lugar a dudas, el Tianguis Cultural es la puesta más colorida de la cuidad. Su extensa variedad cultural es el espacio ideal para reunir a más de seis mil visitantes cada sábado en la explanada de la Plaza Juárez en el municipio tapatío. El 9 de diciembre de 1995, el Cultural – como es conocido en la urbe- se establece en el Centro Histórico de Guadalajara. Una pequeña explanada para la presentación de libros y nuevos personajes literarios, lo que bastó para la sociedad se identificara de forma inmediata.
Tras enfrentarse a diversos problemas administrativos con el Ayuntamiento en curso y el aumento considerable de expositores, “El Cultural” fue trasladado en el mes de diciembre de 1998, a la Plaza Juárez y ha logrado consolidarse como una asociación civil. En cada pasillo, los comerciantes se lucen al momento de ofrecer collares con tendencias étnicas y vanguardistas, ropa de diseño totalmente urbano, música legendaria, películas de arte y no tanto y accesorios confeccionados con bambú hasta el plástico. Al fondo de la plaza, se sitúa un escenario para aquellos amantes de la música, dedicado a exponer a bandas locales con un poco de rock, indie, ska y hard core.
Moda para todos
Localizado en el popular barrio del que toma su nombre, el tianguis de Santa Tere, o Santa Teresita como algunos prefieren llamarle, expone cada domingo un extenso surtido de artículos de interés para la gente: artesanías, plantas y una gran variedad de comida y botanas. Así como calzado, ropa y accesorios de moda, siendo estos últimos los más ofertados por los comercios y el principal atractivo para los compradores, muchos de ellos jóvenes y adolescentes que buscan estar a la moda sin gastar demasiado dinero.
Ubicado sobre la calle de Andrés Terán, desde Joaquín Angulo y hasta Hospital, el tianguis concede a los paseantes la cercanía de dos lugares representativos del barrio: el Mercado y la Parroquia de Santa Tere, lo cual hace de la zona un punto clave de comercio, diversión y hasta de fe.
Artesanías mexicanas
Con extensión aproximada de tres kilómetro, el tianguis de Tonalá llena las calles de la cuna alfarera de vivos colores, sabores y aromas que de inmediato remontan a las más arraigadas tradiciones mexicanas.
Desde la época Prehispánica, el "tianguis de los jueves" era un clásico punto de reunión en el municipio y hoy en día, gracias a su expansión, son cerca de cuatro mil comerciantes los que ofrecen sus productos todos los jueves y domingos, a lo largo y entre las calles Juárez, Madero, Cruz Blanca, Santos Degollado y las avenidas Tonaltecas y Tonalá, principalmente.
Además, en algunas épocas del año como en Semana Santa, el colorido se emplaza de manera permanente. Para la temporada navideña, del 12 de diciembre y hasta el 6 de enero, el lugar se convierte en uno de los más populares por la venta de nacimientos y artículos para las fiestas decembrinas.
Cientos de turistas internacionales son atraídos gracias a las creaciones de cerámica, barro oxidado y vidrio soplado, así como las pinturas y los muebles rústicos elaborados con el talento de artesanos mexicanos.
Cuatro espacios que han ido modificando su mercancía para ofrecer variedad a sus visitantes, éstos imprimen color y tradición a la ciudad en donde se vive a tope la experiencia cuando se tiene el tiempo.