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Piñatas, lluvia de colores

Además de ser un elemento indispensable en el colorido cultural y las fiestas que se celebran durante la temporada de navidad en nuestro país, estas artesanías tienen una rica historia para contar

GUADALAJARA, JALISCO (18/DIC/2016).- Protagonistas frecuentes en fiestas infantiles y especialmente en las posadas que se celebran durante estos días, la historia de cómo se incorporan las piñatas a la cultura popular de nuestro país es también la historia de un largo viaje.

Es difícil rastrear el momento preciso en el que aparecieron las primeras piñatas. Una de las versiones más aceptadas es que ya existían desde la época medieval en China, y fue allí donde Marco Polo entró en contacto con ellas, quien al regresar a Venecia las llevó como una “novedad” que no tardó en volverse muy popular en territorio italiano, y desde allí, se extendió por el Viejo Continente, incluyendo los reinos de España.

De acuerdo a la página de internet Gomexico.com, los primeros misioneros agustinos que llegaron tras la Conquista de México incorporaron a las piñatas como parte del folklore católico. El recipiente de barro era adornado con papeles de colores y adornado con siete picos (cada uno representando un pecado capital) que sobrevolaba sobre los creyentes. Estos tenían que golpearla con un palo (representando a la virtud), y con los ojos vendados (simbolizando la fe ciega). Los dulces al interior de la artesanía representan el premio que reciben aquellos que perseveran en obrar de forma correcta, osea, en romper la piñata.

Dale, dale, dale...

Con el paso de los siglos, a la visión evangelizadora que tuvo en sus primeros años se ha visto opacada, además de que a la piñata se le han ido agregando varios elementos que poco o nada tienen qué ver con la fe católica. Por ejemplo, en nuestro país cada vez es más común que las piñatas tomen formas muy diferentes a la original de siete picos y brillantes colores. Ahora es frecuente ver piñatas de personajes populares, políticos, seres ficticios, caricaturas, memes de internet o incluso hay quienes las coleccionan o las prefieren de adorno en casa.

Aún con todos estos cambios, en esta temporada es fácil encontrarse con las versiones tradicionales en los mercados, donde ofrecen un intenso juego de colores entre las frutas, verduras y dulces. Hoy por hoy, la piñata es considerada un elemento tradicional de la cultura popular que le ha regalado nuestro país al mundo, a la par del mariachi, el tequila, la lucha libre y claro, la gastronomía. Con toda la historia que tiene detrás y los dulces sabores que tiene dentro, es momento de disfrutar de romper la piñata, bajo el clásico estribillo de “dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino...”.

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