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Panamá, el acento caribeño del trópico
Mucho que hacer y que disfrutar, en una nación multifacética
GUADALAJARA, JALISCO (08/JUL/2012).- Panamá lo tiene todo: arena, concreto, rascacielos, puentes, océano y sol. La diversión se desborda en cada uno de sus coloridos arrecifes ante su multifacética cultura turística, deportiva, social y gastronómica.
Panamá sabe a playa y urbanismo de alta infraestructura. Esta isla enclavada al norte de las aguas caribeñas -en el corazón central del Continente Americano- tiene un suelo que florece entre las raíces mestizas de sus habitantes y su clásica arquitectura colonial, que a la vez se amalgaman entre modernas actividades recreativas, que van desde las tradicionales fiestas nacionales hasta eventos internacionales de pesca, golf y deporte extremo.
Una de las principales característica de la nación panameña es su clima; gracias a su excelente ubicación geográfica, el país goza de un ambiente cálido con temperaturas que oscilan entre los 24 y los 29 grados centígrados en las épocas de mayor calentamiento, rasgo que durante la mayoría del año se torna agradable debido a la frescura que se despide en las altas montañas de Chiriquí y Boquete.
Entrañas históricas
Panamá tiene nueve provincias: Bocas del Toro, Coclé, Colón, Chiriquí, Darién, Herrera, Los Santos, Panamá y Veraguas; cada una exhibe un mosaico de costumbres tradicionalistas en sus variadas fiestas patronales y rituales regionales, que actualmente fungen como un referente mundial de la actividad y conservación de su patrimonio histórico y cultural.
Entre las festividades más importantes está la conmemoración a la Virgen Mártir Santa Librada en la llamada ciudad de Las Tablas, sitio en el que los habitantes rinden culto a la imagen también conocida como Santa Librada.
Aquí, el paseante disfruta de una celebración folclórica en su máximo esplendor que comprende de orquestas de violín, atuendos regionales como las “polleras”, en las que predominan colores como el rojo y el azul, resaltados con llamativos juegos de joyería y marroquinería.
Otro festejo importante, y casi obligatorio a visitar durante la excursión por Panamá al término del mes de junio, es el día patronal de San Juan, personaje religioso que goza de mayor popularidad entre la comunidad de Chitre, en la provincia de Herrera.
La celebración es una perfecta algarabía cuando las casas y edificios son decorados en lienzos multicolores, mientras que los lugareños se dedican a la creación de máscaras de criaturas míticas de la naturaleza y la fantasía; así como un festín culinario de arroz con leche y queque (pan dulce).
Para los más tradicionalistas y amantes de diversidad cultural de distintas disciplinas artísticas, hay que asistir al Festival Internacional de Azuero, que cada año se realiza a finales del mes de abril y principios de mayo. El concepto parte de una fiesta agropecuaria, donde se reúnen a los mejores artesanos, los más destacados jinetes y danzas tradicionales.
Pasos de gloria
Si de fiesta se trata, Panamá no descansa. Su vida nocturna es una de las más lúdicas a escala internacional, pues sus playas, malecones, puertos y centros de convenciones tienen los requisitos indispensables para organizar actividades para todo tipo de gustos y exigencias.
Basta con decidirse por uno de sus 12 puntos playeros para darse cuenta de la majestuosidad y finura de su arena e infraestructura hotelera, que se adaptan a cualquier evento a realizar, desde modestas reuniones familiares al pie de la fogata en el ocaso del día, hasta los más espectaculares enlaces matrimoniales y celebraciones corporativas.
Al caer el Sol, los "tours" por la ciudad siguen su andar al ras de los malecones iluminados que recrean senderos para exhibir la arquitectura ecléctica y colonial de sus bares, cafés, centros nocturnos y restaurantes.
Para quienes optan por mañanas soleadas con espíritu marítimo, Panamá se enaltece en explotar la naturaleza de sus costas, como en el Golfo de Chiriquí, que además de ofrecer un paraje cercano al mar, es protagonistas de actividades como la pesca, el kayak, buceo y esnórquel; por su parte Guna Yala, playa netamente cristalina, es centro de atracción para los aficionados a la flora y fauna marina, debido a su extrema abundancia de estrellas marinas y los peces multicolores de su arrecife coralino del Caribe.
Otro atractivo de excepción, con arenas doradas, es el archipiélago Las Perlas, conjunto de aproximadamente 200 islas, que arraigan leyendas que remontan a la época pirata, por su enorme fama en la reproducción del cotizado molusco que da nombre a sus playas. Lo más recomendables embarcarse a un crucero que recorra tranquilamente a los puntos de tierra más importantes de la región.
Sabor prehispánico
Para conocer por completo a Panamá, es indispensable hacer un recorrido exclusivo por las comunidades indígenas de Los Bri-bris, Naso, Emberá y Wounaan, Chepo y Guna, entre otros. Apostados en la selva y montaña, estos grupos ancestrales se dedican a la generación y conservación intacta de sus creencias, tradiciones y oficios, que parten de la creación de decorados de madera, miniaturas de semilla de tagua, cestas, máscaras y bolsos tejidos con fibra vegetal y clásicas vestimentas conocidas como molas.
En el aspecto gastronómico, en estas regiones tradicionales radican las recetas secretas del pueblo panameño. Pero el preparado nacional es el sancocho, un tipo de cocido que mezcla en un solo caldo diversas carnes de pollo, cerdo y res.
Para finalizar, los dulces y postres típicos resaltan con los rellenos frutales de la guayaba, coco, piña o papaya, así como la sopa de borracha, un dulce de vainilla en licor cubierto con pasas, y gotas de miel.
Panamá sabe a playa y urbanismo de alta infraestructura. Esta isla enclavada al norte de las aguas caribeñas -en el corazón central del Continente Americano- tiene un suelo que florece entre las raíces mestizas de sus habitantes y su clásica arquitectura colonial, que a la vez se amalgaman entre modernas actividades recreativas, que van desde las tradicionales fiestas nacionales hasta eventos internacionales de pesca, golf y deporte extremo.
Una de las principales característica de la nación panameña es su clima; gracias a su excelente ubicación geográfica, el país goza de un ambiente cálido con temperaturas que oscilan entre los 24 y los 29 grados centígrados en las épocas de mayor calentamiento, rasgo que durante la mayoría del año se torna agradable debido a la frescura que se despide en las altas montañas de Chiriquí y Boquete.
Entrañas históricas
Panamá tiene nueve provincias: Bocas del Toro, Coclé, Colón, Chiriquí, Darién, Herrera, Los Santos, Panamá y Veraguas; cada una exhibe un mosaico de costumbres tradicionalistas en sus variadas fiestas patronales y rituales regionales, que actualmente fungen como un referente mundial de la actividad y conservación de su patrimonio histórico y cultural.
Entre las festividades más importantes está la conmemoración a la Virgen Mártir Santa Librada en la llamada ciudad de Las Tablas, sitio en el que los habitantes rinden culto a la imagen también conocida como Santa Librada.
Aquí, el paseante disfruta de una celebración folclórica en su máximo esplendor que comprende de orquestas de violín, atuendos regionales como las “polleras”, en las que predominan colores como el rojo y el azul, resaltados con llamativos juegos de joyería y marroquinería.
Otro festejo importante, y casi obligatorio a visitar durante la excursión por Panamá al término del mes de junio, es el día patronal de San Juan, personaje religioso que goza de mayor popularidad entre la comunidad de Chitre, en la provincia de Herrera.
La celebración es una perfecta algarabía cuando las casas y edificios son decorados en lienzos multicolores, mientras que los lugareños se dedican a la creación de máscaras de criaturas míticas de la naturaleza y la fantasía; así como un festín culinario de arroz con leche y queque (pan dulce).
Para los más tradicionalistas y amantes de diversidad cultural de distintas disciplinas artísticas, hay que asistir al Festival Internacional de Azuero, que cada año se realiza a finales del mes de abril y principios de mayo. El concepto parte de una fiesta agropecuaria, donde se reúnen a los mejores artesanos, los más destacados jinetes y danzas tradicionales.
Pasos de gloria
Si de fiesta se trata, Panamá no descansa. Su vida nocturna es una de las más lúdicas a escala internacional, pues sus playas, malecones, puertos y centros de convenciones tienen los requisitos indispensables para organizar actividades para todo tipo de gustos y exigencias.
Basta con decidirse por uno de sus 12 puntos playeros para darse cuenta de la majestuosidad y finura de su arena e infraestructura hotelera, que se adaptan a cualquier evento a realizar, desde modestas reuniones familiares al pie de la fogata en el ocaso del día, hasta los más espectaculares enlaces matrimoniales y celebraciones corporativas.
Al caer el Sol, los "tours" por la ciudad siguen su andar al ras de los malecones iluminados que recrean senderos para exhibir la arquitectura ecléctica y colonial de sus bares, cafés, centros nocturnos y restaurantes.
Para quienes optan por mañanas soleadas con espíritu marítimo, Panamá se enaltece en explotar la naturaleza de sus costas, como en el Golfo de Chiriquí, que además de ofrecer un paraje cercano al mar, es protagonistas de actividades como la pesca, el kayak, buceo y esnórquel; por su parte Guna Yala, playa netamente cristalina, es centro de atracción para los aficionados a la flora y fauna marina, debido a su extrema abundancia de estrellas marinas y los peces multicolores de su arrecife coralino del Caribe.
Otro atractivo de excepción, con arenas doradas, es el archipiélago Las Perlas, conjunto de aproximadamente 200 islas, que arraigan leyendas que remontan a la época pirata, por su enorme fama en la reproducción del cotizado molusco que da nombre a sus playas. Lo más recomendables embarcarse a un crucero que recorra tranquilamente a los puntos de tierra más importantes de la región.
Sabor prehispánico
Para conocer por completo a Panamá, es indispensable hacer un recorrido exclusivo por las comunidades indígenas de Los Bri-bris, Naso, Emberá y Wounaan, Chepo y Guna, entre otros. Apostados en la selva y montaña, estos grupos ancestrales se dedican a la generación y conservación intacta de sus creencias, tradiciones y oficios, que parten de la creación de decorados de madera, miniaturas de semilla de tagua, cestas, máscaras y bolsos tejidos con fibra vegetal y clásicas vestimentas conocidas como molas.
En el aspecto gastronómico, en estas regiones tradicionales radican las recetas secretas del pueblo panameño. Pero el preparado nacional es el sancocho, un tipo de cocido que mezcla en un solo caldo diversas carnes de pollo, cerdo y res.
Para finalizar, los dulces y postres típicos resaltan con los rellenos frutales de la guayaba, coco, piña o papaya, así como la sopa de borracha, un dulce de vainilla en licor cubierto con pasas, y gotas de miel.