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La puerta al norte de México
Además del pintoresco paisaje del pueblo, este municipio tiene una atractiva zona arqueológica
GUADALAJARA, JALISCO (16/JUN/2013).- Quien viaja desde el Sur de nuestro país, con rumbo al noreste, se encontrará inevitablemente con un atractivo lugar de enlace y encantos, se trata del municipio de Ixtlán del Río. Cuando se abra esta puerta se encontrará con tradiciones, comida y vivencias que sólo este pequeño pueblo nayarita puede ofrecer y sabrá también que está a las puertas del Norte de México.
Para ir a Ixtlán del Río, desde Guadalajara, se llega por la autopista de cuota en la salida hacia Tequila-Tepic-Puerto Vallarta, a unos 120 kilómetros de la capital tapatía, aproximadamente a una hora y media de camino. También puede acceder por la carretera libre, cuyo camino entra directamente al corazón del municipio.
Una vez instalados en este rincón pueblerino, tendrá mucho que conocer. En la cabecera municipal destaca el templo colonial de Santiago Apóstol, de estilo franciscano, que data del año 1851. A dos kilómetros al oeste del municipio se encuentra el templo más antiguo del estado de Nayarit, el del Señor de la Ascensión; su construcción data del siglo XVI.
En el Centro Histórico del lugar conocerá un convento sobre la calle Juárez, que en la actualidad funge como casa habitación, pero conserva el estilo, tradición y enigma de las viejas casonas del siglo XVIII. Por otro lado, el edificio de la cabecera municipal es otro atractivo a visitar y se localiza sobre el denominado portal Hidalgo.
Al salir de las calles centrales de Ixtlán del Río, uno de los municipios más pequeños de Nayarit, el panorama presenta 60% de superficie accidentada, mientras que 30% pertenece a zonas planas y 10% a llanuras. A simple vista, se pueden observar los cerros de El Molcajete, Las Panochas, El Borrego y Los Mezquites, los que pintan un escenario inolvidable.
Por otro lado, el Río Grande de Santiago es la corriente principal de donde bebe este municipio, el cual nace desde la sierra Los Pajaritos y el Río Chico, que a su vez viene desde la sierra de Juanacatlán. En el temporal de lluvias se forman otras diversas corrientes y manantiales, en total 17, de las que destaca el llamado Agua Caliente, muy visitado por sus aguas cristalinas para bañarse en las orillas. Entre los centros turísticos, puede visitar la zona de La Sidra, la cual cuenta con un manantial de agua caliente sulfurosa con propiedades curativas, llamado La Vertiente.
Las ruinas de Los Toriles
Hacia el Sur del municipio, la espectacular vista puede disfrutarse desde el Cerro de Cristo Rey, al cual se puede acceder a pie o en vehículos todoterreno. Pero existe un lugar enigmático, digno de cuentos y leyendas locales de cuyos autores nos acercan a sucesos estremecedores, tan ricos, que se antoja visitar la Zona Arqueológica de Los Toriles para vivirlos.
Esta zona, vecina a los suburbios de Ixtlán del Río, se encuentra a 136 kilómetros de Guadalajara, con acceso desde la carretera federal número 15. Se trata de la única zona arqueológica prehispánica abierta al público en el estado de Nayarit, y también es única por sus características en el Occidente de México.
Su descubrimiento fue en el siglo XVI, pero hasta1898 vinieron las primeras exploraciones por parte del cura Juan Navarro, quien definió a este hallazgo como una “Pompeya” nayarita. Desde entonces, ha sido objeto de cientos de exploraciones, hasta que el Instituto Nacional de Antopología e Historia (INAH), la puso bajo su resguardo en 2010.
Esta zona arqueológica está abierta al público en cuatro de 10 hectáreas que la conforman, dividido en secciones A, B, C y D. Éstos contienen sitios como el edificio circular Ehécatl-Quetzalcóatl, en los que se han encontrado escalinatas y altares. También podrá observar el Edificio de los Relieves, llamado así por sus petrograbados empotrados y cuartos con pórtico y columnas, que fungían como residencia de la élite política y religiosa. Por último, destaca el Cuarto del Sacerdote, el Edificio de los Fogones y el Edificio Turquesa, destinados para actividades religiosas.
Los mayores atractivos son las tradicionales Tumbas de Tiro, de las que se han encontrado cinco grandes áreas de concentración que contienen restos óseos y algunos artículos de cerámica domésticos, así como de tipo escultórico, con figuras humanas y de animales.
Este lugar está abierto al público todos los días, desde las 09:00 horas hasta las 18:00 horas, dispone de servicio de alimentos y bebidas, sanitarios, guardarropa, estacionamiento y visitas guiadas (previa cita), las cuales también se combinan con talleres especiales por el Equinoccio de Primavera.
Como recomendación adicional, al tratarse de una zona con poca vegetación, deberá llevar ropa que cubra todo su cuerpo de los rayos del sol. Por otro lado, durante el recorrido no existen zonas ni lugares para adquirir comida ni bebidas, por lo que se recomienda adquirirlas desde antes.
Luego de disfrutar un día en Los Toriles, queda regresar al pueblo de Ixtlán del Río, para degustar alguna de sus comidas tradicionales, como la birria de chivo, el “pollo a la plaza”, dulces de tamarindo, nieve de garrafa y el tejuino.
Si visita Ixtlán del Río entre el 7 y 18 de septiembre, se encontrará en medio de las fiestas regionales, con exposiciones agrícolas, industriales y comerciales, así como charreadas y juegos pirotécnicos. Y a finales de año, del 7 al 15 de diciembre, se llevan a cabo las fiestas religiosas en honor a la Virgen de Guadalupe.
Vidrio soplado, herrajes, talabartería, muebles coloniales y un sin fin de artesanías, que forman parte del impulso para la economía local, forman parte de este mundo por descubrir, llamado Ixtlán del Río, y que está a pocos minutos de Guadalajara.
Para ir a Ixtlán del Río, desde Guadalajara, se llega por la autopista de cuota en la salida hacia Tequila-Tepic-Puerto Vallarta, a unos 120 kilómetros de la capital tapatía, aproximadamente a una hora y media de camino. También puede acceder por la carretera libre, cuyo camino entra directamente al corazón del municipio.
Una vez instalados en este rincón pueblerino, tendrá mucho que conocer. En la cabecera municipal destaca el templo colonial de Santiago Apóstol, de estilo franciscano, que data del año 1851. A dos kilómetros al oeste del municipio se encuentra el templo más antiguo del estado de Nayarit, el del Señor de la Ascensión; su construcción data del siglo XVI.
En el Centro Histórico del lugar conocerá un convento sobre la calle Juárez, que en la actualidad funge como casa habitación, pero conserva el estilo, tradición y enigma de las viejas casonas del siglo XVIII. Por otro lado, el edificio de la cabecera municipal es otro atractivo a visitar y se localiza sobre el denominado portal Hidalgo.
Al salir de las calles centrales de Ixtlán del Río, uno de los municipios más pequeños de Nayarit, el panorama presenta 60% de superficie accidentada, mientras que 30% pertenece a zonas planas y 10% a llanuras. A simple vista, se pueden observar los cerros de El Molcajete, Las Panochas, El Borrego y Los Mezquites, los que pintan un escenario inolvidable.
Por otro lado, el Río Grande de Santiago es la corriente principal de donde bebe este municipio, el cual nace desde la sierra Los Pajaritos y el Río Chico, que a su vez viene desde la sierra de Juanacatlán. En el temporal de lluvias se forman otras diversas corrientes y manantiales, en total 17, de las que destaca el llamado Agua Caliente, muy visitado por sus aguas cristalinas para bañarse en las orillas. Entre los centros turísticos, puede visitar la zona de La Sidra, la cual cuenta con un manantial de agua caliente sulfurosa con propiedades curativas, llamado La Vertiente.
Las ruinas de Los Toriles
Hacia el Sur del municipio, la espectacular vista puede disfrutarse desde el Cerro de Cristo Rey, al cual se puede acceder a pie o en vehículos todoterreno. Pero existe un lugar enigmático, digno de cuentos y leyendas locales de cuyos autores nos acercan a sucesos estremecedores, tan ricos, que se antoja visitar la Zona Arqueológica de Los Toriles para vivirlos.
Esta zona, vecina a los suburbios de Ixtlán del Río, se encuentra a 136 kilómetros de Guadalajara, con acceso desde la carretera federal número 15. Se trata de la única zona arqueológica prehispánica abierta al público en el estado de Nayarit, y también es única por sus características en el Occidente de México.
Su descubrimiento fue en el siglo XVI, pero hasta1898 vinieron las primeras exploraciones por parte del cura Juan Navarro, quien definió a este hallazgo como una “Pompeya” nayarita. Desde entonces, ha sido objeto de cientos de exploraciones, hasta que el Instituto Nacional de Antopología e Historia (INAH), la puso bajo su resguardo en 2010.
Esta zona arqueológica está abierta al público en cuatro de 10 hectáreas que la conforman, dividido en secciones A, B, C y D. Éstos contienen sitios como el edificio circular Ehécatl-Quetzalcóatl, en los que se han encontrado escalinatas y altares. También podrá observar el Edificio de los Relieves, llamado así por sus petrograbados empotrados y cuartos con pórtico y columnas, que fungían como residencia de la élite política y religiosa. Por último, destaca el Cuarto del Sacerdote, el Edificio de los Fogones y el Edificio Turquesa, destinados para actividades religiosas.
Los mayores atractivos son las tradicionales Tumbas de Tiro, de las que se han encontrado cinco grandes áreas de concentración que contienen restos óseos y algunos artículos de cerámica domésticos, así como de tipo escultórico, con figuras humanas y de animales.
Este lugar está abierto al público todos los días, desde las 09:00 horas hasta las 18:00 horas, dispone de servicio de alimentos y bebidas, sanitarios, guardarropa, estacionamiento y visitas guiadas (previa cita), las cuales también se combinan con talleres especiales por el Equinoccio de Primavera.
Como recomendación adicional, al tratarse de una zona con poca vegetación, deberá llevar ropa que cubra todo su cuerpo de los rayos del sol. Por otro lado, durante el recorrido no existen zonas ni lugares para adquirir comida ni bebidas, por lo que se recomienda adquirirlas desde antes.
Luego de disfrutar un día en Los Toriles, queda regresar al pueblo de Ixtlán del Río, para degustar alguna de sus comidas tradicionales, como la birria de chivo, el “pollo a la plaza”, dulces de tamarindo, nieve de garrafa y el tejuino.
Si visita Ixtlán del Río entre el 7 y 18 de septiembre, se encontrará en medio de las fiestas regionales, con exposiciones agrícolas, industriales y comerciales, así como charreadas y juegos pirotécnicos. Y a finales de año, del 7 al 15 de diciembre, se llevan a cabo las fiestas religiosas en honor a la Virgen de Guadalupe.
Vidrio soplado, herrajes, talabartería, muebles coloniales y un sin fin de artesanías, que forman parte del impulso para la economía local, forman parte de este mundo por descubrir, llamado Ixtlán del Río, y que está a pocos minutos de Guadalajara.