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Humanidad amenazada

Oblivion, historias futuristas que se repiten con amenidad

GUADALAJARA, JALISCO (13/ABR/2013).- Posiblemente los aficionados a la ciencia ficción apreciarán los pormenores de Oblivion: el tiempo del olvido, aquél giro imperceptible, esa pincelada minúscula, que hacen una diferencia de grado y significan alguna novedad dentro del género. Les otorgo el beneficio de la duda y todo mi respeto. Todo. Para mí, en cambio, la película, bastante amena por cierto, me parece un rosario de asuntos vistos y oídos. Comenzado con el pretexto del mundo devastado y acabando con la dudosa aclaración que hace las veces de desenlace.

La trama abre con una pareja en una vivienda ultramoderna que se eleva por encima de las nubes. El lugar tiene una decoración minimalista y recursos high tech; paredes de cristal sin cortinas, puertas que se deslizan, ángulos rectos y espacios amplios. En el balcón un vehículo a medio camino entre avión y helicóptero. El trato entre el hombre y la mujer parece más trabajo que amor. La primera parte nos ofrece una idea de su rutina diaria. Despiertan, se visten. Él se va a sus labores, ella se queda en casa al pendiente de un tablero que simula una mesa pero, en cuanto se activa, se cubre de diagramas, lucecitas y botones virtuales. La aeronave despega de una manera complicada y vistosa, como si fuera un clavadista que se lanza de espaldas desde la plataforma más alta.  La relación no va muy bien, ella se concentra en lo que hace, mientras que él sufre en secreto por unas imágenes que le relampaguean la mente. El actor hace gesto de desconcierto cada que sucede algo así, lo que quiere decir que le preocupa. Un poco antes, su voz informó todo lo que se necesita saber para entender qué hacen ahí y quiénes son. Así como se dio oportunidad de explicar que le borraron la memoria por razones de seguridad.

Tal cual suele suceder a los héroes audaces, el tipo en medio de la misión desdeña el protocolo de seguridad y se mete en problemas. Las dudas lo asaltan y también unas figuras que usan en la cabeza tres plumas. Interviene entonces un hombre misterioso, vestido de negro y, por supuesto, con gafas oscuras para lucir más sospechoso aún. El personaje entra en la historia con un desplante teatral: emerge de la oscuridad encendiendo un habano –¿en dónde se conseguirán los habanos en el futuro apocalíptico?–, luego pasa a ser el tradicional viejo sabio que defiende una causa humanitaria. Sigue una rapsodia de disparos, robots voladores, revelaciones, medias verdades, enfrentamientos, y música sinfónica de mucha pompa y circunstancia.  

Perdido entre tanta nube, paisaje desolado y puesta de sol, la película maneja un pronóstico ocurrente, apunta que en el año 2017 se acaban los partidos de futbol americano. Ojalá tengamos tanta suerte.

• Oblivion: el tiempo del olvido (Oblivion), EUA, 2013.  Dirección: Joseph Kosinski. Guión: Karl Gajdusek, Michael Amdt, Joseph Kosinki. Actuación: Tom Cruise, Andrea Riseborough, Morgan Freeman, Olga Kurylenko

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