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Emoción y preocupación en graduaciones escolares

Los papás se organizan y planean la fiesta de graduación de sus hijos; los gastos económicos corren por su cuenta

CIUDAD DE MÉXICO (13/JUL/2014).- Emoción pero también preocupación por los gastos económicos se conjugan entre los padres de familia, cuyos hijos están por concluir el sexto año de primaria o el tercer grado de secundaria, y para los que terminaron, hace unas semanas, la preparatoria.
 
Y es que los costos del vestuario de graduación que deberán usar los estudiantes, tras la entrega de los reconocimientos por concluir la educación básica o del diploma que los acredita como miembros de una generación, en el caso de nivel media superior, "dan miedo".
 
En lo que toca a las escuelas primarias y secundarias, comentan mamás, este festejo lo organizan los padres de familia, no lo hace la escuela, y los directivos del colegio se concretan a realizar las clausuras correspondientes de los ciclos escolares.
 
Es decir, los papás, si lo desean y se organizan, planean el evento con todo y celebración religiosa.
 
La ropa que deberán lucir los pequeños se elabora del mismo tipo para todos los que salen o cada quien decide qué ponerse, pero "todos, todos, tienen que ir muy bien presentables", lo que obliga a los papás a romper el cochinito, si es que lo hay, y si no a pedir préstamos o recurrir al empeño.
 
La profesora Guadalupe Cruz, de la escuela Primaria Emiliano Zapata, ubicada en la colonia Jorge Jiménez Cantú, Tlalnepantla, estado de México, comenta que en las escuelas no está permitido organizar graduaciones, solo la clausura social y la cívica.
 
En la primera, explica, se hace el pase de lista de los integrantes de sexto año y se les entrega un documento simbólico de que concluyeron, y en la cívica se cambia de escolta y se hace una exhibición de la banda de guerra.
 
Menciona que una vez que los papás se organizaron y tienen todo listo se les facilita el patio de la escuela para el convivio.
 
En algunas escuelas privadas, como el Colegio Francés Hidalgo, no se hace gran gasto en el vestuario que deberán utilizar los estudiantes al pasar de una etapa a otra, basta con tener "el uniforme bien planchado, los zapatos súper lustrados y bien peinados", donde se desembolsa es en costo para cubrir el viaje a algún punto de la ciudad que se organizan para despedir a los pequeños del periodo que finaliza.
 
Los estudiantes de educación básica concluyen el ciclo escolar el próximo 15 de julio, así es que los papás desde días atrás han comenzado a correr, a organizarse, a reunirse y a contar el dinero para ir de compras.
 
Los vestuarios para niñas los hay desde 300 pesos, muy sencillos, y se pueden comprar en el Centro Histórico; hay varias calles en las que se pueden mirar distintos tipos de vestidos, incluso, ahí mismo, se hacen los arreglos en caso necesario.
 
Hay prendas bastante caras, hasta de mil pesos, en los locales comerciales de las calles del centro, pero si se recurre a las de renombre, algunas ubicadas en 20 de noviembre, los precios se elevan, aun cuando haya venta nocturna y se cuente con descuentos, pues hay prendas por arriba de los dos mil pesos.
 
Los más caros son los que prefieren las jovencitas que salen del nivel medio superior, los cuales oscilan de entre 900, el más barato, y tres o cuatro mil pesos, a lo cual hay que sumar las zapatillas, bastante altas ahora de moda, unos mil 500 o dos mil pesos, si son de marca, o unas más económicas, de 500 a 800 pesos.
 
Los precios de trajes para los niños o jóvenes varían, se pueden adquirir en la calle de Brasil desde 500 pesos, incluida la camisa y corbata, pero si se va a la calle de 5 de Mayo suben desde mil 500 pesos hasta tres mil pesos.
 
Aunado a ello, los jóvenes también quieren estrenar zapatos, es un momento importante para ellos.
 
"Estoy terminando mi prepa y voy a entrar a la universidad, no puede pasar este momento sin que nadie la note", dice Francisco Javier Alcaraz, quien concluyó su educación media superior en el CECyT "Miguel Othón de Mendizabal".
 
Comenta que el 13 de junio fue la ceremonia de entrega de diplomas generación 2011-2014 a la que pertenece y en la que se entregaron documentos a quienes concluyeron como técnicos laboratoristas clínico, químico, ecología y enfermería.
 
"Todos, sin excepción, fuimos de traje, y ellas con vestidos muy bonitos, incluso aquellas amigas que durante los tres años que duró nuestra preparación siempre usaron pantalón de mezclilla", narra.
 
"Fue tan fabuloso ese momento, todos muy serios, esperando que nos nombraran para pasar a recibir de manos de los directivos del plantel nuestro diploma, fue tan emocionante ", añade.
 
Las jovencitas, Itzel, del CCH Oriente, y Mariza, de la Preparatoria 6, ambas de 18 años, comentaron que no tuvieron en sí un festejo de graduación, pero que grupos de amigos se fueron a festejar por su cuenta.
 
No ocurre lo mismo con las escuelas privadas de nivel superior, en donde los papás se organizan y contratan un salón de fiestas. En estos casos la inversión es alta, porque además se obliga a los participantes a llevar un mínimo de cinco familiares y, en ocasiones, más.
 
En estas instituciones de educación superior, a los jóvenes se les convoca para la foto de generación, con todo lo que implica, como toga y un birrete.
 
En las escuelas primarias y secundarias del país, los preparativos empezaron para festejar a los pequeños, no importa si es dentro o fuera de la escuela.
 
"Lo importante es que nuestros pequeños sientan que inician una nueva etapa para ellos, que están creciendo y que los tenemos presentes y que se merecen nuestro apapacho y verse muy, pero muy guapos", dice Mónica López, mamá de Marlon Guerrero, quien concluyó su educación primaria en la escuela Ignacio Quiroz Gutiérrez, en Tlalnepantla, estado de México.

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