Suplementos
El famoso puente de Lagos de Moreno
Es un punto de referencia para aquellos viajeros que deciden visitar este destino alteño
GUADALAJARA, JALISCO (17/ABR/2016).- Recuerdo la primera vez que me aventuré por Lagos de Moreno y todas las estampas que quedaron sembradas en mi mente. Está grabado en mi memoria el cielo azul, tan profundo como no vi antes y no he visto después. O ese horizonte plagado de edificios de cantera cuidadosamente esculpida. Y también un Sol cayendo a placer pero sin quemar, como solamente sabe hacerlo en Los Altos de Jalisco. Y su puente, ese que está lleno de leyendas y curiosidades.
El puente de Lagos de Moreno -que cruza sobre el río Lagos-, podrá no ser el más moderno o el más largo del país, aunque su belleza queda demostranda en la maestría en el uso de la cantera, con sus cuatro ojos de medio punto. El caudal que pasa por debajo es discreto -en esta temporada al menos, pues en época de lluvias su cause crece de forma espectacular-.
Lo que tiene de sobra esta edificación son las historias que lo rodean, comenzando por la curiosa placa que lo adorna, donde reza un breve texto que ha dado pie a todo tipo de leyendas: “Este puente se hizo en Lagos y se pasa por arriba”.
Recuerdo que lo leí una y otra vez, pues me parecía entre obvio y curioso. ¿Qué puente se construye para cruzarse por abajo?, pensé. Pero aquí viene la parte donde la leyenda y la historia se mezclan.
El puente se comenzó a construir en 1741, pero entre la falta de recursos y las continuas guerras de la Nueva España primero y el naciente México después, fue inaugurado hasta 1860, siendo uno de los primeros en cruzarlo el entonces presidente Miguel Miramón. Pero desde aquella época ya ocurría que las obras costaban más de lo que se había proyectado originalmente, por lo que las autoridades del ayuntamiento en aquella época tuvieron que imponer un impuesto de dos “tlacos” para cruzarlo. No era poca cosa, pues quienes llegaban desde el Centro del Estado, tenían que atravesar el río sí o sí por esa zona.
Pero los pobladores de Lagos de Moreno preferían muchas veces cruzar el puente “por abajo”, con tal de no pagar el impuesto. Pero la picardía de la gente no le hizo mucha gracia a las autoridades, que decidieron colocar la placa: “Este puente se hizo en Lagos y se pasa por arriba”. Está de más decir que con todo y advertencia, mucha gente siguió cruzando el puente por abajo.
Magia alteña
Una vez que se oculta el Sol, el puente de Lagos ofrece uno de sus rostros más espectaculares. Su larga silueta se ilumina suavemente y se funde con el río y el cielo. Vale la pena que lleves tu cámara fotográfica y aproveches para sacar una imagen que será digna de concurso.
Si decides caminar, del puente al Centro de la ciudad no haces más de 15 minutos. Y no hay prisa por llegar cuando se trata de disfrutar de este Pueblo Mágico. Sus calles onduladas te irán guiando al corazón de la urbe, cuya plaza por las noches se convierte en un hervidero social. Un punto de encuentro, de charla y de sabores que vale la pena disfrutar, adornado por la omnipresente cantera y la arquitectura bien conservada de Lagos de Moreno.
Durante abril, la ciudad te va a recibir con un clima caluroso y seco por las tardes, aunque las mañanas son un tanto más frescas. La temporada de lluvias llega a finales de verano y durante otoño. Vale la pena visitar la urbe en esas fechas, pues es la temporada cuando el Puente luce de forma más espectacular, cuando el caudal se inflama. La aventura te espera.
El puente de Lagos de Moreno -que cruza sobre el río Lagos-, podrá no ser el más moderno o el más largo del país, aunque su belleza queda demostranda en la maestría en el uso de la cantera, con sus cuatro ojos de medio punto. El caudal que pasa por debajo es discreto -en esta temporada al menos, pues en época de lluvias su cause crece de forma espectacular-.
Lo que tiene de sobra esta edificación son las historias que lo rodean, comenzando por la curiosa placa que lo adorna, donde reza un breve texto que ha dado pie a todo tipo de leyendas: “Este puente se hizo en Lagos y se pasa por arriba”.
Recuerdo que lo leí una y otra vez, pues me parecía entre obvio y curioso. ¿Qué puente se construye para cruzarse por abajo?, pensé. Pero aquí viene la parte donde la leyenda y la historia se mezclan.
El puente se comenzó a construir en 1741, pero entre la falta de recursos y las continuas guerras de la Nueva España primero y el naciente México después, fue inaugurado hasta 1860, siendo uno de los primeros en cruzarlo el entonces presidente Miguel Miramón. Pero desde aquella época ya ocurría que las obras costaban más de lo que se había proyectado originalmente, por lo que las autoridades del ayuntamiento en aquella época tuvieron que imponer un impuesto de dos “tlacos” para cruzarlo. No era poca cosa, pues quienes llegaban desde el Centro del Estado, tenían que atravesar el río sí o sí por esa zona.
Pero los pobladores de Lagos de Moreno preferían muchas veces cruzar el puente “por abajo”, con tal de no pagar el impuesto. Pero la picardía de la gente no le hizo mucha gracia a las autoridades, que decidieron colocar la placa: “Este puente se hizo en Lagos y se pasa por arriba”. Está de más decir que con todo y advertencia, mucha gente siguió cruzando el puente por abajo.
Magia alteña
Una vez que se oculta el Sol, el puente de Lagos ofrece uno de sus rostros más espectaculares. Su larga silueta se ilumina suavemente y se funde con el río y el cielo. Vale la pena que lleves tu cámara fotográfica y aproveches para sacar una imagen que será digna de concurso.
Si decides caminar, del puente al Centro de la ciudad no haces más de 15 minutos. Y no hay prisa por llegar cuando se trata de disfrutar de este Pueblo Mágico. Sus calles onduladas te irán guiando al corazón de la urbe, cuya plaza por las noches se convierte en un hervidero social. Un punto de encuentro, de charla y de sabores que vale la pena disfrutar, adornado por la omnipresente cantera y la arquitectura bien conservada de Lagos de Moreno.
Durante abril, la ciudad te va a recibir con un clima caluroso y seco por las tardes, aunque las mañanas son un tanto más frescas. La temporada de lluvias llega a finales de verano y durante otoño. Vale la pena visitar la urbe en esas fechas, pues es la temporada cuando el Puente luce de forma más espectacular, cuando el caudal se inflama. La aventura te espera.