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¡A cambiar de vida!

Después de la temporada del año en que más se come, es tiempo de deshacerse de los kilos extra

GUADALAJARA, JALISCO (08/FEB/2013).- Pasado el 2 de febrero, Día de la Candelaria, y la aparente obligación de comer tamales, parecer ser que ha llegado a su fin la temporada de comer con locura, y ahora viene lo difícil, comenzar un régimen alimenticio para deshacerse de la grasa acumulada y cumplir con el más común de los propósitos de nuevo año: bajar de peso.

Existen regímenes alimenticios que procuran enfocarse al consumo de frutas, verduras, pequeñas porciones de carne (principalmente blanca) y abundante agua. Todo pudiera parecer natural y soportable, hasta que la báscula demuestra que dejar las tortillas y el pan de lado, ha sido un esfuerzo sin beneficio para bajar los índices de masa corporal.

A decir del doctor Daniel Rodríguez Choreño, ex presidente y actual miembro del Consejo Consultivo de la Academia Mexicana para el Estudio de la Obesidad (AMEO), la desinformación es la primera causa que impide bajar correctamente de peso, aun así se siga una alimentación aparentemente balanceada.

El especialista destaca que cuando se presenta un sobrepeso, próximo a convertirse en obesidad, la persona debe emprender un proceso que implica desde el idóneo equilibrio de alimentos, medicación preinscrita profesionalmente, ejercicio físico adaptado y asesoría psicológica, siendo este último punto uno de los más importantes para motivar a los anteriores.

“Si tenemos apoyo psicológico, podremos saber si hay ansiedad o depresión, algunas personas con obesidad comen por depresión”.

Pero un elemento que también influye decididamente en es el estilo de vida, afirma Rodríguez Choreño y asegura que actualmente la mayoría de los mexicanos se guían por “el ahorro de energía”, lo que se traduce en una escasa actividad física.

“Nos estamos convirtiendo en una sociedad paralítica porque no hacemos ejercicio. Los antropólogos dicen que nuestro organismo está diseñado para caminar 12 kilómetros o correr cuatro kilómetros diarios”, explica el especialista.

Para reducir un kilo de grasa (nueve mil calorías), Rodríguez Choreño destaca que se tendría que dejar de comer cinco días completos sin dejar de realizar las actividades cotidianas, en tanto que para “quemar” las aproximadamente 600 calorías que una torta tiene, una caminata de dos horas sería necesario, pero según las estadísticas, muy pocas personas logran caminar hasta 30 minutos diariamente.

La dificultad para bajar de peso tiene que ver también con otros factores, como el económico, pues ,uchas veces los llamados alimentos “chatarra” son menos costosos que los saludables; además de que algunas personas no tienen la capacidad de llevar una dieta si no es de la mano de un nutriólogo.

Lo importante, aclara el especialista, es hacer conciencia de que para evitar un roce con la obesidad, uno de los más graves problemas en México, es necesario cambiar el estilo de vida de manera permanente.

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