De la mayor importancia para los productores agrícolas son los factores del medio ambiente; estos, se presentan y manifiestan en épocas, fechas determinadas, y lugares diversos. Tanto para los cultivos tradicionales que hacemos en los suelos agrícolas, como para las plantas de cualquier tipo que se cultiven bajo techo o, estructura de invernadero.
Con algunas excepciones de concepto y criterios los agricultores observan sus tradiciones, cuando de labrar la tierra se trata. Los testimonios mas comunes los tenemos en la diversidad de equipos, herramientas, implementos y aperos para el trabajo de campo; y no es necesariamente la falta de dinero de inversión la limitante total, sino mas bien el desconocimiento y una falta de información y capacitación actualizados. Ni que decir (sic) del escaso interés que el productor demuestra en el manejo de números de la inversión, pues casi siempre nos dejamos llevar por las ideas directamente aplicadas, sin que estas pasen, por el desarrollo de un proyecto y este, por planes y programas.
De cualquier manera hemos de poner nuestro interés de productores en la importancia que representa para todos nosotros el tener la amplia gama climática mexicana a nuestra disposición y, sin que nos cueste un solo centavo; cosa, que otros países quisieran disfrutar.
EL RETO
Lo mínimo que podemos hacer y, desde luego debemos llevar a cabo, es el conocimiento del vegetal que vamos a poner bajo cultivo; este, como organismo viviente que es y, enclavado en una determinada climática, manifiesta sus diversas necesidades que hemos de atender pues.
FACTOR HUMEDAD
Difícilmente se podría conceder más importancia de la que le corresponde a la humedad en la ecología de las plantas. Dentro de áreas extensas, con temperaturas similares, es probablemente la humedad el factor ambiental que ejerce una mayor influencia en la determinación de la clase de vegetación. Un alto grado de humedad permite el desarrollo de una flora natural abundante, y hace posible el cultivo de numerosas especies. Una deficiencia de humedad pues, por el contrario, limita el número de plantas cultivables, cuyo rendimiento queda expuesto al azar.
La importancia del agua se aprecia al considerar las más destacadas funciones en que participa de manera esencial. En ello podemos establecer cuatro grupos: Uno, es una parte constituyente del protoplasma. De hecho representa del 85 al 90% del peso fresco de los tejidos en crecimiento o desarrollo activo. Dos, es un cuerpo reaccionante, esencial para la fotosíntesis y los procesos hidrolíticos, como la descomposición del almidón en azúcar. Tres, es un medio de disolución en el que las sales, los gases y otras sustancias atraviesan las paredes celulares y los tejidos de xilema, creando en el interior de la planta un sistema disolvente mas o menos continuo. Cuatro, es esencial para mantener la turgencia, el crecimiento celular, la forma de la hoja, la apertura de los estomas, así como el movimiento estructural de la planta.
A fin de que tengamos pues un conocimiento lo más completo posible de la importancia universal del agua en la ecología de las plantas cultivadas, hemos de exponer como es ya nuestra costumbre, algunos aspectos más bien generales acerca de su influencia sobre el crecimiento vegetal. Los suelos arcillosos como los tenemos en la región de loa altos aunque profundos en su perfil, se vuelven difíciles de darles el trato agronómico al intentar oxigenarlos por medio de implementos o herramientas de mano para aflojarlos lo más profundamente posible y, así, proporcionarles oxígeno; habida cuenta, por otro lado que su condición química con concreciones de hierro y, desnudos de materia orgánica, la humedad cumple una pobre función y, mucho riesgo aparece en loa encharcamientos.
Continuando pues con el tema hemos de considerar la humedad atmosférica, precipitación y su efectividad adaptación a las condiciones de humedad, transpiración y uso del agua, resistencia a la sequía, respuesta a un déficit extremo y aun exceso de humedad.
HUMEDAD ATMOSFÉRICA
Ya no es “cosa del otro mundo” tener conocimiento de este tipo de humedad puesto que la tecnología nos ha dado instrumentos económicos que se deben utilizar en el conocimiento de correlación de factores.
La humedad atmosférica se puede expresar como humedad absoluta o como humedad relativa. Humedad absoluta es la cantidad de vapor de agua contenido en una unidad de volumen de aire. Humedad relativa es la cantidad de vapor de agua presente en la atmósfera, como porcentaje del que existiría en estado de saturación a una temperatura y presión dadas. A saturación el número de moléculas de vapor de agua que se separan de la superficie es equivalente a aquel de las que se condensan de nuevo en el líquido ¿quién no ha visto y sentido los rocíos con el hielito encima en tiempo de invierno?; la concentración real depende de la temperatura. A 0º C centígrados la presión desarrollada por el vapor de agua en equilibrio con el agua líquida es equivalente a 4,58 mm de mercurio; a 100º C (grado de ebullición) equivale 760 mm. Este efecto de la temperatura también podemos expresarlo de otro modo, solo que tendremos que recurrir a cartas o tablas convencionales, mismas que podemos consultar en el Instituto de meteorología de nuestra U de G o, bien, utilizando la tecnología del Internet. Solo debemos agregar pues que los datos representan la distribución zonal del contenido del vapor de agua, en su variación a través de las estaciones. El término humedad relativa, como expresión de las condiciones de humedad, no siempre es satisfactorio en los estudios ecológicos, debido a que humedades relativas idénticas no indican condiciones similares, a menos que las temperaturas sean iguales. Como ejemplo en nuestra región del sur las condiciones de humedad relativa de Atemajac de Brizuela a Tapalpa son más o menos similares, mientras que unos metros más abajo en la zona de la Laguna de Sayula son diferentes. Es preferible pues que los valores de humedad se expresen en términos de presión de vapor. La diferencia entre la presión de vapor real y aquella que sería necesaria para saturar el aire a la misma temperatura recibe el nombre de déficit de presión de vapor. La sugerencia de recurrir ala institución antes citada o al uso del Internet es para conocer las relaciones entre humedad relativa, presión de vapor y déficit de presión de vapor, a diferentes temperaturas.
EL TRABAJO AGRONÓMICO CORRESPONDIENTE
Términos como turgencia, hidrotensión y relación suelo-planta-agua nos son necesarios en cuanto ubicados en determinado microclima, tenemos la necesidad de aplicar productos líquidos al follaje; la luz plena y la constante de humedad deben siempre estar presentes para obtener la respuesta deseada en los programas de rociado; esto, independientemente del grueso o grosor de la gota.
ROCÍO
Líneas arriba hemos expuesto el efecto de la temperatura sobre el déficit de presión de vapor en la atmósfera. En tiempo claro, sin o con poco viento, el enfriamiento, durante la noche, de las capas de aire inmediatas a la superficie del terreno y de la planta provoca la formación de rocío o escarcha. Como resultado de la rápida radiación desde la superficie de la tierra, la capa adyacente de aire puede enfriarse hasta el punto de saturación o sea, punto de rocío, en el que se produce la condensación. Así, si el punto de saturación esta por encima de 0º el vapor de agua se condensará en la forma de rocío; pero si está por debajo de 0º, lo hace en forma de escarcha. En el aspecto agronómico es conveniente la presencia de los millones de microorganismos y bacterias contenidas en la cantidad de materia orgánica en el estrato de los primeros treinta centímetros del suelo bajo cultivo.
NIEBLA
Estas condiciones de saturación de humedad en el medio han sido desde siempre “el coco” de los agricultores, por el medio que representa de condiciones coadyuvantes para el desarrollo de hongos patógenos.
Cuando se enfrían las masas de aire de alto contenido de humedad, inmediatas a la superficie, es cuando se forma la niebla.
Aquí llegamos a la primera colaboración de este serial, esperando que los altos mandos editoriales nos permitan el espacio en esta siempre amable página dominical para continuar con el tema en próximas colaboraciones.
Con algunas excepciones de concepto y criterios los agricultores observan sus tradiciones, cuando de labrar la tierra se trata. Los testimonios mas comunes los tenemos en la diversidad de equipos, herramientas, implementos y aperos para el trabajo de campo; y no es necesariamente la falta de dinero de inversión la limitante total, sino mas bien el desconocimiento y una falta de información y capacitación actualizados. Ni que decir (sic) del escaso interés que el productor demuestra en el manejo de números de la inversión, pues casi siempre nos dejamos llevar por las ideas directamente aplicadas, sin que estas pasen, por el desarrollo de un proyecto y este, por planes y programas.
De cualquier manera hemos de poner nuestro interés de productores en la importancia que representa para todos nosotros el tener la amplia gama climática mexicana a nuestra disposición y, sin que nos cueste un solo centavo; cosa, que otros países quisieran disfrutar.
EL RETO
Lo mínimo que podemos hacer y, desde luego debemos llevar a cabo, es el conocimiento del vegetal que vamos a poner bajo cultivo; este, como organismo viviente que es y, enclavado en una determinada climática, manifiesta sus diversas necesidades que hemos de atender pues.
FACTOR HUMEDAD
Difícilmente se podría conceder más importancia de la que le corresponde a la humedad en la ecología de las plantas. Dentro de áreas extensas, con temperaturas similares, es probablemente la humedad el factor ambiental que ejerce una mayor influencia en la determinación de la clase de vegetación. Un alto grado de humedad permite el desarrollo de una flora natural abundante, y hace posible el cultivo de numerosas especies. Una deficiencia de humedad pues, por el contrario, limita el número de plantas cultivables, cuyo rendimiento queda expuesto al azar.
La importancia del agua se aprecia al considerar las más destacadas funciones en que participa de manera esencial. En ello podemos establecer cuatro grupos: Uno, es una parte constituyente del protoplasma. De hecho representa del 85 al 90% del peso fresco de los tejidos en crecimiento o desarrollo activo. Dos, es un cuerpo reaccionante, esencial para la fotosíntesis y los procesos hidrolíticos, como la descomposición del almidón en azúcar. Tres, es un medio de disolución en el que las sales, los gases y otras sustancias atraviesan las paredes celulares y los tejidos de xilema, creando en el interior de la planta un sistema disolvente mas o menos continuo. Cuatro, es esencial para mantener la turgencia, el crecimiento celular, la forma de la hoja, la apertura de los estomas, así como el movimiento estructural de la planta.
A fin de que tengamos pues un conocimiento lo más completo posible de la importancia universal del agua en la ecología de las plantas cultivadas, hemos de exponer como es ya nuestra costumbre, algunos aspectos más bien generales acerca de su influencia sobre el crecimiento vegetal. Los suelos arcillosos como los tenemos en la región de loa altos aunque profundos en su perfil, se vuelven difíciles de darles el trato agronómico al intentar oxigenarlos por medio de implementos o herramientas de mano para aflojarlos lo más profundamente posible y, así, proporcionarles oxígeno; habida cuenta, por otro lado que su condición química con concreciones de hierro y, desnudos de materia orgánica, la humedad cumple una pobre función y, mucho riesgo aparece en loa encharcamientos.
Continuando pues con el tema hemos de considerar la humedad atmosférica, precipitación y su efectividad adaptación a las condiciones de humedad, transpiración y uso del agua, resistencia a la sequía, respuesta a un déficit extremo y aun exceso de humedad.
HUMEDAD ATMOSFÉRICA
Ya no es “cosa del otro mundo” tener conocimiento de este tipo de humedad puesto que la tecnología nos ha dado instrumentos económicos que se deben utilizar en el conocimiento de correlación de factores.
La humedad atmosférica se puede expresar como humedad absoluta o como humedad relativa. Humedad absoluta es la cantidad de vapor de agua contenido en una unidad de volumen de aire. Humedad relativa es la cantidad de vapor de agua presente en la atmósfera, como porcentaje del que existiría en estado de saturación a una temperatura y presión dadas. A saturación el número de moléculas de vapor de agua que se separan de la superficie es equivalente a aquel de las que se condensan de nuevo en el líquido ¿quién no ha visto y sentido los rocíos con el hielito encima en tiempo de invierno?; la concentración real depende de la temperatura. A 0º C centígrados la presión desarrollada por el vapor de agua en equilibrio con el agua líquida es equivalente a 4,58 mm de mercurio; a 100º C (grado de ebullición) equivale 760 mm. Este efecto de la temperatura también podemos expresarlo de otro modo, solo que tendremos que recurrir a cartas o tablas convencionales, mismas que podemos consultar en el Instituto de meteorología de nuestra U de G o, bien, utilizando la tecnología del Internet. Solo debemos agregar pues que los datos representan la distribución zonal del contenido del vapor de agua, en su variación a través de las estaciones. El término humedad relativa, como expresión de las condiciones de humedad, no siempre es satisfactorio en los estudios ecológicos, debido a que humedades relativas idénticas no indican condiciones similares, a menos que las temperaturas sean iguales. Como ejemplo en nuestra región del sur las condiciones de humedad relativa de Atemajac de Brizuela a Tapalpa son más o menos similares, mientras que unos metros más abajo en la zona de la Laguna de Sayula son diferentes. Es preferible pues que los valores de humedad se expresen en términos de presión de vapor. La diferencia entre la presión de vapor real y aquella que sería necesaria para saturar el aire a la misma temperatura recibe el nombre de déficit de presión de vapor. La sugerencia de recurrir ala institución antes citada o al uso del Internet es para conocer las relaciones entre humedad relativa, presión de vapor y déficit de presión de vapor, a diferentes temperaturas.
EL TRABAJO AGRONÓMICO CORRESPONDIENTE
Términos como turgencia, hidrotensión y relación suelo-planta-agua nos son necesarios en cuanto ubicados en determinado microclima, tenemos la necesidad de aplicar productos líquidos al follaje; la luz plena y la constante de humedad deben siempre estar presentes para obtener la respuesta deseada en los programas de rociado; esto, independientemente del grueso o grosor de la gota.
ROCÍO
Líneas arriba hemos expuesto el efecto de la temperatura sobre el déficit de presión de vapor en la atmósfera. En tiempo claro, sin o con poco viento, el enfriamiento, durante la noche, de las capas de aire inmediatas a la superficie del terreno y de la planta provoca la formación de rocío o escarcha. Como resultado de la rápida radiación desde la superficie de la tierra, la capa adyacente de aire puede enfriarse hasta el punto de saturación o sea, punto de rocío, en el que se produce la condensación. Así, si el punto de saturación esta por encima de 0º el vapor de agua se condensará en la forma de rocío; pero si está por debajo de 0º, lo hace en forma de escarcha. En el aspecto agronómico es conveniente la presencia de los millones de microorganismos y bacterias contenidas en la cantidad de materia orgánica en el estrato de los primeros treinta centímetros del suelo bajo cultivo.
NIEBLA
Estas condiciones de saturación de humedad en el medio han sido desde siempre “el coco” de los agricultores, por el medio que representa de condiciones coadyuvantes para el desarrollo de hongos patógenos.
Cuando se enfrían las masas de aire de alto contenido de humedad, inmediatas a la superficie, es cuando se forma la niebla.
Aquí llegamos a la primera colaboración de este serial, esperando que los altos mandos editoriales nos permitan el espacio en esta siempre amable página dominical para continuar con el tema en próximas colaboraciones.