Es un juego de la democracia, y bienvenido sea, porque enriquece el proceso de recambio institucional. Más allá del maremágnum de cifras y datos que deja el Presupuesto de Egresos, que con el sabio paso del tiempo unos y otros actores analizarán para adecuar sus discursos, el episodio ha quedado marcado a fuego en el ideario público: el ensamble, el andamiaje político, fue obra de un solo partido, el Revolucionario Institucional (PRI).
El PRI logró meterse hasta la cocina, hasta los intersticios de cada uno de los partidos con representación parlamentaria, en el largo debate que permitió alumbrar esta herramienta clave para el modelo económico 2010.
El tricolor marcó los tiempos, frenó el reloj legislativo y puso en la cancha de los otros partidos, y de los sectores que ellos representan, la presión del tiempo.
Siempre manejó los hilos de las negociaciones con alcaldes, gobernadores, rectores y asociaciones intermedias con la solidez de saberse dueño de la primera minoría que, con la ayuda de los 37 votos del Partido Verde, pasa a mayoría.
Ha vuelto el PRI, no sólo porque ha manejado con tino y sentido de la oportunidad el discurso de la defensa de la justicia social, sino porque del poder que nació de las urnas se dibujó el número de 251 diputados propios.
Más allá de este intenso, y por momentos confuso debate legislativo, la señal es inequívoca: la estrategia dio resultados. La votación fue con broche de oro. El Presupuesto de Egresos recibió 94% de las voluntades. A favor, hubo 437 votos, en contra 25 y cuatro legisladores se abstuvieron. De los 466 votos, 437 fueron positivos. La contundencia de las cifras exime de mayores comentarios.
El Poder Legislativo tiene por estas horas “más poder” que en mucho tiempo. Tanto que sepultó una de las premisas del Presidente Felipe Calderón de desaparecer tres secretarías con el argumento de la austeridad. No sólo eso, sino también cambió el contenido de 195 iniciativas enviadas desde Los Pinos y aumentó el Presupuesto de Egresos en .12 por ciento.
Desde el Poder Legislativo, el PRI ha vuelto.
El PRI logró meterse hasta la cocina, hasta los intersticios de cada uno de los partidos con representación parlamentaria, en el largo debate que permitió alumbrar esta herramienta clave para el modelo económico 2010.
El tricolor marcó los tiempos, frenó el reloj legislativo y puso en la cancha de los otros partidos, y de los sectores que ellos representan, la presión del tiempo.
Siempre manejó los hilos de las negociaciones con alcaldes, gobernadores, rectores y asociaciones intermedias con la solidez de saberse dueño de la primera minoría que, con la ayuda de los 37 votos del Partido Verde, pasa a mayoría.
Ha vuelto el PRI, no sólo porque ha manejado con tino y sentido de la oportunidad el discurso de la defensa de la justicia social, sino porque del poder que nació de las urnas se dibujó el número de 251 diputados propios.
Más allá de este intenso, y por momentos confuso debate legislativo, la señal es inequívoca: la estrategia dio resultados. La votación fue con broche de oro. El Presupuesto de Egresos recibió 94% de las voluntades. A favor, hubo 437 votos, en contra 25 y cuatro legisladores se abstuvieron. De los 466 votos, 437 fueron positivos. La contundencia de las cifras exime de mayores comentarios.
El Poder Legislativo tiene por estas horas “más poder” que en mucho tiempo. Tanto que sepultó una de las premisas del Presidente Felipe Calderón de desaparecer tres secretarías con el argumento de la austeridad. No sólo eso, sino también cambió el contenido de 195 iniciativas enviadas desde Los Pinos y aumentó el Presupuesto de Egresos en .12 por ciento.
Desde el Poder Legislativo, el PRI ha vuelto.