Entre veras y bromas

— Honor, humor, pudor...

“Todo se ha perdido —rezaba la frase clásica—..., menos el honor”. Al paso del tiempo, surgió una variante, muy útil para los casos en que a la víctima de algún abuso, injusticia, infortunio o simple contingencia, aún le queda el recurso supremo de reírse del destino y burlarse de su propia desgracia: “Todo se ha perdido..., menos el humor”.
                                                                               —II—
Vienen al caso ambas frases, por unas notas informativas que (“burla burlando” y “a falta de pan, semitas”, diría Sancho Panza, paradigma de dicharacheros) se han deslizado por ahí...

En una, el actual presidente municipal de Tlajomulco —y probable candidato del PRD al Gobierno del Estado en 2012, si confirma los pronósticos de quienes auguraban que será un buen alcalde—, Enrique Alfaro, descarta la posibilidad de una coalición entre el PAN y su partido, para impulsar su candidatura. La especulación, por cierto, es válida en la medida en que, por una parte, las recientes derrotas del PAN en los comicios intermedios se interpretan como un anticipo de lo que sucederá la próxima vez que los ciudadanos vayan a las urnas, y, por la otra, se piensa que cualquiera de los alcaldes priistas de la Zona Metropolitana de Guadalajara puede ser “el bueno” para la gubernatura. Alfaro, así y todo, estima que las ideologías de PAN y PRD los colocan en las antípodas del mapamundi político, y, por ende, una coalición sería tan impensable como una mezcla de agua y aceite.

En la otra, el ex gobernador y ahora senador Alberto Cárdenas Jiménez, disiente: estima factible y aun recomendable una alianza de su partido con el PRD, “con tal de evitar —no es la frase textual del célebre ‘Bebeto’, pero sí el sentido— que el PRI se siga erigiendo como el dueño de los dineros del pueblo en varios estados del país”.

                                                                               —III—
Las “alianzas” (a las que ocasionalmente se añade el apellido de “estratégicas”), en materia política, tienen, vía de regla, una sola motivación: montonear al favorito; impedir a toda costa, sumando el “voto duro” de dos partidos minoritarios, el triunfo del que se perfila como el candidato más viable...
Al final de cuentas, se trata de repartirse el pastel... aunque ello implique pintarles un violín a los electores, y hacer con los otrora sacrosantos principios de doctrina de los partidos, un papalote.
De ahí una novísima variante de la frase con que iniciamos: “Todo se ha perdido; especialmente, el pudor...”.

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