Jalisco

Mujeres rompen estereotipos en mercado laboral

En el marco del Día Internacional de la mujer, trabajadoras demuestran que, más allá del género, se pueden desarrollar en cualquier ámbito

Las mujeres han ganado más espacios en la administración pública, pero en el mercado laboral hay otros logros: rompieron con los estereotipos y ahora se emplean en oficios en los que antes solamente se veían los hombres. 

Lizbeth García, por ejemplo, tiene 21 años y ya es una destacada mecánica en un taller automotriz. Marcela Tapia suma más de siete años como soldadora, a pesar de que estudió enfermería. Berenice Vélez se especializa como fontanera orientada por su padrastro. Jennifer Rodríguez le pone adrenalina y es una conductora del Tren Ligero. Y Ruth es experta en tareas de albañilería.

Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha de gran significado que busca visibilizar las luchas por la igualdad de género y sus derechos fundamentales. Y las cinco subrayan sus experiencias en diferentes mercados laborales.

Jennifer vio a los siete años de edad su primer vagón de la Línea 1 del Tren Ligero. Desde entonces pensó en conducirlo. 

Primero fue diseñadora floral y repartidora de mercancías en bicicleta, pero ahora a sus 43 años logró el sueño de su vida. “Todavía existen los prejuicios, pero hemos ido cambiando ese chip. Ahora nos toca romper esas barreras, aunque en ocasiones el miedo nos paraliza”, asegura.

Lo más común es que un fontanero sea quien acuda a una vivienda para arreglar las fugas de gas y agua, limpiar los aljibes y tinacos, entre otras acciones. Pero Berenice Vélez tiene 42 años y desempeña ese mismo oficio y, desde los 12 años, se adentró en el mundo de las tuberías, gracias a los consejos de su padrastro. Laboró en un taller de fabricación de mesas y en otro de zapatos, pero lo suyo era la fontanería. Es más, a sus sobrinos los está enseñando en el oficio.

¿Cambio de aceite o de neumáticos? Lizbeth García es mecánica y cada día cumple sus metas. A ella le gustan los autos clásicos o de colección, y por eso estudió Mecánica en el Conalep. 

En sus inicios laborales, todas se han enfrentado a las críticas de sus familias o la desconfianza de los clientes, pero ahora con la experiencia y los resultados se han ganado el reconocimiento. 

Es el caso de Marcela Tapia, quien tiene 35 años de edad y se empleó en la soldadura desde hace siete. “Las mujeres somos más detallistas”,  afirma. Y en un oficio como la herrería eso se remarca, por eso los clientes están satisfechos con su trabajo.

Pero ellas no son las únicas. Desde hace más de dos décadas Ruth se desempeña como albañil. No fue fácil soportar a los compañeros,  por eso ahora la madre de dos hijos y una hija realiza de manera independiente su oficio. Las llamadas telefónicas para solicitar sus servicios están a la orden del día.

En ninguna de estas cinco historias existe la desigualdad laboral, ya que cobran igual que los hombres. Sin embargo, Celia Magaña García, jefa del Departamento de Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad de Guadalajara, remarca que las desigualdades económicas y sociales sí son una constante en otros ámbitos, por lo que se debe “seguir visibilizando las luchas de las mujeres en movimientos como el 8M”.

Hoy, por cierto, se espera una marcha multitudinaria en Guadalajara, por lo que habrá cierres viales desde las 15:00 horas.

Sin límites para conquistar nuevos espacios de trabajo

Por años, los empleos estuvieron marcados por los roles de género: las mujeres en espacios de cuidado y servicio, mientras los hombres en oficios más duros. Sin embargo, a lo largo del tiempo y como parte de los avances que se han tenido en la lucha por la equidad de género, cada vez es más común ver a mujeres en empleos que tradicionalmente habían sido vistos o pensados para los hombres. 

Aunque en ocasiones los estereotipos son difíciles de derrumbar, cada vez son más las mujeres quienes desafían esas barreras, sumando a la reconfiguración del mundo laboral. Y ellas son ejemplo de esto.

Lizbeth García: mecánica 

EL INFORMADOR/J. Bobadilla

A sus apenas 21 años, Lizbeth se convirtó en una de las mejores mecánicas del taller donde desde hace oficialmente un año labora, según lo han considerado sus patrones, quienes desde que vieron sus ganas y su pasión por la profesión que desempeña, la han alentado para que siga creciendo y cumpliendo sus metas. 

Desde pequeña a Lizbeth le gustan los autos, especialmente aquellos clásicos y de colección, por lo que, al momento de decidir su carrera, no lo dudó y eligió la carrerea de Mecánica en el Conalep como la mejor opción para conocer sobre el mundo de los coches y cumplir su sueño: montar su propio taller especializado y comprar un auto clásico. 

Contó que en un inicio su papá no estuvo de acuerdo por considerar que se trataba de un trabajo pesado que podía incluso llegar a lastimarla, pero ella, decidida, continuó hasta llegar al sitio donde hoy labora, donde inició como practicante, pero se ganó su lugar oficialmente gracias a que demostró que sabe hacer las cosas como cualquier otro mecánico. 

Dice que sus compañeros la tratan como un elemento más del equipo, sin compadecerla o hacerla menos, confiando en sus capacidades en el área. Reconoce, sin embargo, que los malos comentarios vienen de clientes que desconfían de que pueda hacer un trabajo mecánico por ser una mujer, aunque reconoce, muchos de ellos han regresado para que sea ella quien arregle sus coches. 

“Yo sé que no hay muchas mujeres mecánicas, pero he demostrado que sé hacer mi trabajo. Y con ello a mí me gustaría poder llegar a ser una inspiración para más mujeres, para que también se esfuercen por sus proyectos”. 

Marcela Tapia: la soldadora 

EL INFORMADOR/H. Figueroa

Marcela Tapia tiene ya cerca de siete años como soldadora. Aunque concluyó sus estudios en enfermería, la vida la llevó al camino donde hoy día se desempeña con pasión y empeño. Comenzó cuando su esposo la llevó a trabajar a la empresa donde él laboraba, inició con trabajos administrativos y de bodega, pero poco a poco se fue adentrando al mundo de las chispas y el acero. 

Por sus cursos en enfermería se convirtió en supervisora de seguridad, pero se fue adentrando a la herrería para apoyar a su pareja durante una enfermedad, además de que recibió el apoyo de su suegro para seguir perfeccionándose. Le costaron llantos y reniegos, sin embargo, hoy es una de las mejores elementos de la empresa. 

“Empecé a enseñarme para ayudarlo, pero como las mujeres usualmente somos más detallistas, como con un tacto más fino, y la herrería es eso, ser más fino, porque no es lo mismo ser solo soldador que avienta y avienta cordones, a hacer una puerta o detallarla para que quede bonita, y esto se caracteriza por la calidad”. 

Debido a que siempre ha trabajado con su esposo, al día de hoy no ha recibido malos comentarios por parte de sus compañeros, quienes incluso la tratan con confianza.

Jennifer Rodríguez: conductora

EL INFORMADOR/H. Figueroa

Jennifer es uno de esos ejemplos en la vida que demuestran que ningún sueño es tan pequeño o grande para cumplirse, llegando a convertirse en una conductora, pero no de cualquier transporte; ella es chofer del Tren Ligero.

Cuenta que a los siete años de edad vio llegar la primera línea del Tren Ligero, la Línea 1, y desde que pasó el primer vagón quedó emocionada por su operación, cómo era distinto de los camiones, tan grande y veloz para entonces, y pensó que ella algún día podría conducirlo. 

Pero entonces el ser chofer era un empleo visto para los hombres, e incluso así se lo hizo saber entonces su papá. Así que desempeñó entonces otros empleos, como diseñadora floral o repartidora de bicicleta, hasta que sus hijos la motivaron a retomar su sueño.

Vio entonces una convocatoria para mujeres conductoras, y con el impulso de sus hijos, de 15 y 25 años, y la ilusión de aquella Jennifer de siete años, se aventuró a aprender del mundo de los trenes eléctricos, llegando hoy a ser conductora oficial de las Líneas 1 y 2 de este sistema de transporte público. 

Berenice Vélez: la fontanera 

EL INFORMADOR/H. Figueroa

Berenice Vélez es fontanera, especializada en fontanería de línea, de gas, lavado de aljibes y tinacos aunque, por supuesto, le entra a destapar tuberías. Desde los 12 años se adentró en este fascinante mundo, entonces orientada por su padrastro, quien desempeñaba la misma labor. 

Así fue aprendiendo cada vez más y enamorándose del oficio, siendo hoy no solo un trabajo, sino una de sus pasiones. Trabajó varios años con su padrastro. 

Hoy vive con su pareja y su hijo, quienes dijo sienten orgullo por verla desempeñarse en este oficio. Como en otras historias, Berenice señaló que los que más han desconfiado de su labor son los hombres, quienes incluso la han llegado a hacer sentir “tonta”, cuando tiene alrededor de dos décadas desempeñándose en esta labor.

“Si yo pudiera compartir algún mensaje para otras mujeres el que se desempeñen donde ellas quieran, que nunca es tarde para hacer lo que uno desea”, afirma Berenice con una sonrisa serena.

Ruth López Guerrero: la albañil

EL INFORMADOR/H. Figueroa

Para Ruth López nada es imposible. De 45 años, madre de dos hijos y una hija, desde hace poco más de 20 años se desempeña como albañil, y aunque hoy lo hace por su cuenta para tener su autonomía, durante varios años trabajó en diversas obras, con pequeñas y grandes empresas. 

Ella es de Mexicali. Ahí comenzó su vida laboral como empleada doméstica, sin embargo, no fue sino hasta que vino a vivir a Guadalajara con su pareja cuando comenzó en el oficio, y ni siquiera el haber sido guardia de seguridad se compara hoy con la felicidad que le da el poder realizar trabajos de albañilería, incluso reconociendo que es un trabajo muy pesado. 

“Hoy día no hay trabajo que no sea para la mujer, porque, así como el hombre tiene fuerza, la mujer a tiene para hacer lo que ellos hacen, así como la capacidad y la perspectiva de cómo veas la vida, el decir, ‘si no puedo en esto, entonces le voy a  a echar ganas acá’. Como yo, que no me gustó el trabajo en casa y probé otras labores hasta que llegué aquí, y aquí me quedé”, finalizó con orgullo Ruth López Guerrero.

EL DATO

Crece igualdad de género

Según el Índice Global de Brecha de Género Mundial, entre 2006 y 2023,  la igualdad  avanzó de 64.3 a 68.5 en una escala de 0 a 100.

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