México
Mesa de borrachos
En México nos volvimos monotemáticos; sólo hablamos del narco y repetimos las mismas cosas desde hace dos años
“Si no podemos cambiar al mundo, al menos cambiemos de tema”, decía un amigo cuando las cosas se ponían densas y los argumentos se agotaban. Por supuesto que cambiar de tema no soluciona los problemas, pero reduce la angustia y baja la tensión.
En México nos volvimos monotemáticos; sólo hablamos del narco y repetimos las mismas cosas desde hace dos años. Es el equivalente nacional a una conversación de borrachos, se repiten los mismos argumentos y, como nadie está dispuesto a escuchar a nadie, lo que hemos hecho todos es subir el volumen a ver si gritando nos hacemos escuchar. La oposición, cada vez que puede, dice que el Gobierno erró la estrategia contra el narco, pero cuando se les pregunta cuál es la alternativa sólo repiten: “El Gobierno erró la estrategia contra el narco”. El Gobierno, por su parte, ha hecho de esta lucha, que ellos llaman guerra, la madre de todas la batallas: conmigo o contra mi, con Calderón o con los malos, y cuando se les pregunta cómo salimos de esta guerra, contestan con el mantra “el Gobierno federal está comprometido con esta lucha”. Cualquier cantina tiene más nivel, porque en las cantinas se cuida no perder el sentido del humor y nosotros ya hasta eso perdimos; los caricaturistas hacen cuadros trágicos en lugar de cartones de humor.
No sé si el Gobierno federal erró la estrategia, al menos no sé cuál es la alternativa. Menos aún me queda claro qué va a hacer el Gobierno para sacarnos de esta lógica de guerra; lo que sí es evidente es que el error de estrategia del Gobierno fue convertir a la guerra al narco en el centro de su acción y de su comunicación. Dicho de otra manera, ellos fueron los que pusieron el tono de borrachos sobre la mesa. ¿A qué abona saber que detuvieron al “pozolero”, un sanguinario matón que desbarataba a sus víctimas en ácido? Que los medios lo publiquen es desagradable, pero comprensible; que el Gobierno federal lo convierta en un “spot” de radio y lo divulgue día y noche, es verdaderamente sádico. Gastarse los impuestos en generar miedo es lo menos inteligente y productivo. Si la crítica que se le hace a la estrategia del Gobierno es que sólo genera más violencia, es incomprensible el afán de generar más miedo con “spots” violentos.
Insisto, no podemos decir que el Gobierno erró en la lucha, porque nadie ha propuesto una estrategia no digamos mejor, al menos articulada. Lo que sí es evidente es que el Gobierno erró la estrategia política y de comunicación al convertir la lucha contra el narco en el único eje de gobierno. El error lo cometieron en el segundo año cuando, a falta de otras ideas y resultados, y embobados por las encuestas que les decía que Calderón se había legitimado gracias a su valiente enfrentamiento al narco, decidieron hacer de una batalla una cruzada, y del espacio público en una mesa de borrachos.
En México nos volvimos monotemáticos; sólo hablamos del narco y repetimos las mismas cosas desde hace dos años. Es el equivalente nacional a una conversación de borrachos, se repiten los mismos argumentos y, como nadie está dispuesto a escuchar a nadie, lo que hemos hecho todos es subir el volumen a ver si gritando nos hacemos escuchar. La oposición, cada vez que puede, dice que el Gobierno erró la estrategia contra el narco, pero cuando se les pregunta cuál es la alternativa sólo repiten: “El Gobierno erró la estrategia contra el narco”. El Gobierno, por su parte, ha hecho de esta lucha, que ellos llaman guerra, la madre de todas la batallas: conmigo o contra mi, con Calderón o con los malos, y cuando se les pregunta cómo salimos de esta guerra, contestan con el mantra “el Gobierno federal está comprometido con esta lucha”. Cualquier cantina tiene más nivel, porque en las cantinas se cuida no perder el sentido del humor y nosotros ya hasta eso perdimos; los caricaturistas hacen cuadros trágicos en lugar de cartones de humor.
No sé si el Gobierno federal erró la estrategia, al menos no sé cuál es la alternativa. Menos aún me queda claro qué va a hacer el Gobierno para sacarnos de esta lógica de guerra; lo que sí es evidente es que el error de estrategia del Gobierno fue convertir a la guerra al narco en el centro de su acción y de su comunicación. Dicho de otra manera, ellos fueron los que pusieron el tono de borrachos sobre la mesa. ¿A qué abona saber que detuvieron al “pozolero”, un sanguinario matón que desbarataba a sus víctimas en ácido? Que los medios lo publiquen es desagradable, pero comprensible; que el Gobierno federal lo convierta en un “spot” de radio y lo divulgue día y noche, es verdaderamente sádico. Gastarse los impuestos en generar miedo es lo menos inteligente y productivo. Si la crítica que se le hace a la estrategia del Gobierno es que sólo genera más violencia, es incomprensible el afán de generar más miedo con “spots” violentos.
Insisto, no podemos decir que el Gobierno erró en la lucha, porque nadie ha propuesto una estrategia no digamos mejor, al menos articulada. Lo que sí es evidente es que el Gobierno erró la estrategia política y de comunicación al convertir la lucha contra el narco en el único eje de gobierno. El error lo cometieron en el segundo año cuando, a falta de otras ideas y resultados, y embobados por las encuestas que les decía que Calderón se había legitimado gracias a su valiente enfrentamiento al narco, decidieron hacer de una batalla una cruzada, y del espacio público en una mesa de borrachos.