México

Jorge Tello rompe promesa de alejarse de la vida pública

“Un jugador de ajedrez con las manos sudorosas”, es como definen sus allegados al nuevo asesor presidencial en materia de seguridad nacional

CIUDAD DE MÉXICO.- “Un jugador de ajedrez con las manos sudorosas”, es como definen sus allegados al nuevo asesor presidencial en materia de seguridad nacional, el capitalino de origen yucateco Jorge Enrique Tello Peón, quien nació hace 52 años y es ingeniero hidráulico devenido en experto en inteligencia nacional.

“Es hiperactivo, pero no de los impulsivos, más bien tranquilo”, nos dice una fuente sobre él. “Eso sí, jamás se está quieto”.
Su llegada, la semana pasada, como asesor de seguridad nacional del Presidente Felipe Calderón, no pasó desapercibida para sus incondicionales ni para sus detractores, generando en ambos un clima de expectación que sólo personas con su halo de enigma pueden despertar.
Para llegar a donde hoy se encuentra ha vencido cuando menos cuatro obstáculos: las intrigas y sospechas inherentes a sus cargos, el desgaste moral de sus mentores, un cáncer que lo puso al borde de la tumba y un veto familiar para regresar a la función pública.
Comenzó dando clases a muchachos de la preparatoria Vallarta, de la que llegó a ser director, más o menos en la misma época en la que se casa con Emma Laura Luna Díaz y trabaja en varias empresas constructoras para ganarse la vida aplicando los conocimientos adquiridos en las aulas.
Así perfilaba su vida, en la clase media, hasta que su carrera se cruza con la del general Jorge Carrillo Olea, quien detecta la habilidad analítica del joven ingeniero y lo adentra en el intrincado mundo de la seguridad nacional.
De la mano de ese otro viejo lobo de mar de la seguridad, le toca ser testigo de primera línea del intento de rescate de la Dirección Federal de Seguridad, para sacarla del marasmo y la corrupción en la que la sumieron en las décadas de los 70 y 80 hombres como Miguel Nazar Haro o Florentino Ventura.
Sin ser un hombre gris, sus nuevas funciones lo convierten en un fantasma de los sótanos de la inteligencia nacional. Cero protagonismo, nada de vida pública.

Le toca ver el ascenso y descenso de su maestro Carrillo Olea, quien no logra ganarse todas las confianza de Salinas, quien se va de gobernador a Morelos y quien sale en medio del escándalo y el juicio político, acusado, paradojas de la vida, de patrocinar secuestradores.
Tello comienza a brillar con luz propia. Participa directamente en la concepción y desarrollo del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen); del Centro de Planeación para el Control de Drogas (Cendro), órgano de inteligencia de la Procuraduría General de la República (PGR); del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD) y del proyecto de la Policía Federal Preventiva (PFP), todos bajo la concepción de la seguridad como política de Estado.
Trabajó 17 años en la Secretaría de Gobernación, interrumpidos por laborar tres años en la PGR.
Ya en el foxismo, tiene un fugaz paso por la Subsecretaría de Gobernación, pero el nuevo Gobierno no confía en los viejos agentes priistas. El pretexto para correrlo llegó rápido: el 19 de enero de 2001 escapa de Puente Grande, Jalisco, Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, justo días después de que Tello exaltara avances en los sistemas de seguridad y rehabilitación social del país.
Ya electo, Calderón le ofrece dirigir la SSP. Tentadora oferta que, sin embargo, rompía el pacto familiar. “Muy honrado, pero no, gracias”, fue su respuesta.
Dos años después, en medio de la mayor crisis de seguridad pública de los tiempos modernos en México, Tello Peón regresa a la palestra, a un puesto muy semejante al de Consejero de Seguridad Nacional que existe en Estados Unidos, al que todos los responsables de inteligencia y seguridad pública tendrán que reportar y con quien tendrán que coordinarse.
 (El Universal)

FICHA TÉCNICA

¿Quién es?

Jorge Tello Peón es aficionado a coleccionar corbatas y tirantes, y a largas sesiones de música clásica y lectura

El dato
Su currículum va de Ingeniería Civil, en la UAM, a la maestría en Hidráulica en la UNAM. De Administración Pública en el CIDE, y de ahí a una insospechada carrera en inteligencia aplicada a la seguridad nacional

Temas

Sigue navegando