Jalisco
Programa Mochila Transparente atenta contra la dignidad
Al repartir de manera gratuita las mochilas transparentes, su uso será considerado obligatorio
GUADALAJARA, JALISCO (15/ABR/2011).- El uso de la mochila transparente que la Secretaría de Educación Jalisco (
SEJ) pretende implementar para los alumnos ubicados en las zonas de alta inseguridad, es violatorio de la dignidad de los menores y por ende atenta contra sus derechos humanos, estima la profesora de la División de Estudios Jurídicos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Silvia Patricia López González.
“Parece ser que desde que se entra a la escuela habrá que comprobar que no se es delincuente, que no se lleva un elemento prohibido por parte de la institución, y eso va frontalmente a atacar la autoestima y la seguridad del menor. Estamos mandando un mensaje al joven de que se le tiene desconfianza”.
El pasado miércoles el secretario de Educación estatal, Antonio Gloria, anunció que a partir del próximo ciclo escolar se pondría en marcha el programa Mochila Transparente, cuyo suministro sería gratuito, motivo por el cual su uso sería obligatorio. El propósito es que ningún menor introduzca armas o droga a la escuela.
Aunque reconoce que es en las instituciones educativas donde el Estado tiene una gran oportunidad para regenerar el tejido social, la investigadora señala que las acciones deberían ir encaminadas a que los estudiantes incorporen una escala de valores que fomente su desarrollo.
“El chico lo que va a hacer es transgredir la norma. Un joven de secundaria busca transgredir la norma como lo hemos buscado todos porque es una etapa del desarrollo psicológico donde se necesita sentirse auténtico, diferente al padre y a la madre”.
Por ello es que pide a las autoridades educativas no “tirar” el dinero en mochilas transparentes y mejor invertirlo en diversos programas de intervención social que han dado resultados en varios países de Latinoamérica como Chile, El Salvador, Uruguay y Guatemala.
López González sostiene que no basta con señalar que los padres de familia aprueben la medida, como lo ha declarado la autoridad, sino que las soluciones al problema de la inseguridad se buscan desde la comunidad en su conjunto.
Agrega que aunque algunas partes de la ciudad ya hayan sido catalogadas como focos rojos por la autoridad educativa, eso no justifica este tipo de medidas “emergentes”.
“Parece ser que desde que se entra a la escuela habrá que comprobar que no se es delincuente, que no se lleva un elemento prohibido por parte de la institución, y eso va frontalmente a atacar la autoestima y la seguridad del menor. Estamos mandando un mensaje al joven de que se le tiene desconfianza”.
El pasado miércoles el secretario de Educación estatal, Antonio Gloria, anunció que a partir del próximo ciclo escolar se pondría en marcha el programa Mochila Transparente, cuyo suministro sería gratuito, motivo por el cual su uso sería obligatorio. El propósito es que ningún menor introduzca armas o droga a la escuela.
Aunque reconoce que es en las instituciones educativas donde el Estado tiene una gran oportunidad para regenerar el tejido social, la investigadora señala que las acciones deberían ir encaminadas a que los estudiantes incorporen una escala de valores que fomente su desarrollo.
“El chico lo que va a hacer es transgredir la norma. Un joven de secundaria busca transgredir la norma como lo hemos buscado todos porque es una etapa del desarrollo psicológico donde se necesita sentirse auténtico, diferente al padre y a la madre”.
Por ello es que pide a las autoridades educativas no “tirar” el dinero en mochilas transparentes y mejor invertirlo en diversos programas de intervención social que han dado resultados en varios países de Latinoamérica como Chile, El Salvador, Uruguay y Guatemala.
López González sostiene que no basta con señalar que los padres de familia aprueben la medida, como lo ha declarado la autoridad, sino que las soluciones al problema de la inseguridad se buscan desde la comunidad en su conjunto.
Agrega que aunque algunas partes de la ciudad ya hayan sido catalogadas como focos rojos por la autoridad educativa, eso no justifica este tipo de medidas “emergentes”.