Jalisco
Licencia para grillar
Herbert Taylor no se va a ir a su casa; se desprende de la estructura del Gobierno para poder dedicarse de tiempo completo a grillar
Si hubiera que definir a Herbert, diríamos que lo suyo lo suyo, es la grilla. Herbert Taylor no se va a ir a su casa; se desprende de la estructura del
Gobierno para poder dedicarse de tiempo completo a grillar, para influir en la designación del candidato a gobernador, para meterse en la política interna del PAN nacional y para abrirle cancha al gobernador González Márquez.
Herbert y Emilio saben que el próximo domingo 4 de julio cambiará radicalmente el escenario.
Con todo y alianzas el PAN perderá entre 9 y 11 gubernaturas y eso traerá consigo reacomodos de poder que los tiburones ya están oliendo.
Se abre la recomposición del tablero nacional y aunque sigue siendo lejano pensar en una candidatura a la Presidencia de la República, sin duda el debilitamiento del equipo de Calderón abre espacios por lo menos para apostar. Emilio tiene que jugar “la grande” no porque vaya a ganar, sino porque sólo comprando boleto se saca reintegro: es el gobernador panista mejor posicionado (en realidad quedan muy pocos), el más fuerte, el que maneja mayor presupuesto y tiene que asegurar que, sea quien sea, el candidato del PAN tenga que voltear a Jalisco.
La otra pregunta es cuál es el proyecto local de Taylor. Hay dos elementos a considerar en el escenario. Por un lado, el inminente cambio en el CEN del PAN, en el que Paco Ramírez está más puesto que un calcetín para suplir a César Nava que, si bien le va, va a perder sólo nueve de las 12 elecciones, pero es probable que pierda 11. Junto con la concentración de Paco en México, está la pérdida de fuerza de los paquistas en Jalisco que, tras la derrota del año pasado que los dejó fuera de la nómina, abre la posibilidad para que el grupo del gobernador pelee las candidaturas al Gobierno del Estado y las presidencias municipales. Lo que es evidente en cualquier caso es que Herbert no se sale para pelear por la candidatura de Guzmán, por el contrario, hará todo lo posible para que Guzmán no sea el candidato del grupo. Por una razón poco clara, el gobernador ha dado su apoyo total a la precandidatura de Fernando Guzmán a la gubernatura en el 2012. Es un asunto que va más allá de la amistad y de la lógica. Va más allá de la amistad porque Guzmán hace lo que quiere; en lugar de cuidar al gobernador se cuida a sí mismo y tiene a una parte importante del gabinete trabajando para él más que para el gobernador (los casos más evidentes son el secretario de Desarrollo Humano y el director de Comunicación Social). Está fuera de toda lógica porque Guzmán no es un buen candidato, nunca ha ganado una elección y en las encuestas sale bajo y mal.
Si el proyecto es Ulloa, Monraz o él mismo, o uno al Gobierno, otro a Zapopan y otro al Senado, ya se verá.
Por lo pronto, lo que compró Herbert con su renuncia fue una licencia para grillar.
Herbert y Emilio saben que el próximo domingo 4 de julio cambiará radicalmente el escenario.
Con todo y alianzas el PAN perderá entre 9 y 11 gubernaturas y eso traerá consigo reacomodos de poder que los tiburones ya están oliendo.
Se abre la recomposición del tablero nacional y aunque sigue siendo lejano pensar en una candidatura a la Presidencia de la República, sin duda el debilitamiento del equipo de Calderón abre espacios por lo menos para apostar. Emilio tiene que jugar “la grande” no porque vaya a ganar, sino porque sólo comprando boleto se saca reintegro: es el gobernador panista mejor posicionado (en realidad quedan muy pocos), el más fuerte, el que maneja mayor presupuesto y tiene que asegurar que, sea quien sea, el candidato del PAN tenga que voltear a Jalisco.
La otra pregunta es cuál es el proyecto local de Taylor. Hay dos elementos a considerar en el escenario. Por un lado, el inminente cambio en el CEN del PAN, en el que Paco Ramírez está más puesto que un calcetín para suplir a César Nava que, si bien le va, va a perder sólo nueve de las 12 elecciones, pero es probable que pierda 11. Junto con la concentración de Paco en México, está la pérdida de fuerza de los paquistas en Jalisco que, tras la derrota del año pasado que los dejó fuera de la nómina, abre la posibilidad para que el grupo del gobernador pelee las candidaturas al Gobierno del Estado y las presidencias municipales. Lo que es evidente en cualquier caso es que Herbert no se sale para pelear por la candidatura de Guzmán, por el contrario, hará todo lo posible para que Guzmán no sea el candidato del grupo. Por una razón poco clara, el gobernador ha dado su apoyo total a la precandidatura de Fernando Guzmán a la gubernatura en el 2012. Es un asunto que va más allá de la amistad y de la lógica. Va más allá de la amistad porque Guzmán hace lo que quiere; en lugar de cuidar al gobernador se cuida a sí mismo y tiene a una parte importante del gabinete trabajando para él más que para el gobernador (los casos más evidentes son el secretario de Desarrollo Humano y el director de Comunicación Social). Está fuera de toda lógica porque Guzmán no es un buen candidato, nunca ha ganado una elección y en las encuestas sale bajo y mal.
Si el proyecto es Ulloa, Monraz o él mismo, o uno al Gobierno, otro a Zapopan y otro al Senado, ya se verá.
Por lo pronto, lo que compró Herbert con su renuncia fue una licencia para grillar.