Jalisco
La información en su laberinto
Para crear un laberinto, decía Jorge Luis Borges, bastan un par de espejos
“Y como hablaba ronco, hasta pensamos que era inteligente”,
Gabriel Casillas
Para crear un laberinto, decía Jorge Luis Borges, bastan un par de espejos. Nunca sabremos qué imagen es reflejo de cuál, ni cuál de todas las puertas es la verdadera y cuál sólo un reflejo, o acaso un reflejo del reflejo, y así hasta el infinito. Algo similar sucede con la información. Basta enfrentar un par de especulaciones para crear un laberinto informativo que se multiplica y se difunde, como la imagen en el espejo, hasta perder el dato de referencia.
La desaparición de Diego Fernández de Cevallos ha generado un laberinto de especulaciones. Creció como hiedra en redes sociales la “información” de que el secuestro del “Jefe” estaba vinculada con la captura de uno de los capos de la droga más poderosos y controlador absoluto de Jalisco y Colima (Manzanillo incluido), Ignacio Coronel. Como la información circuló profusamente en redes socieles, en algunos noticieros de radio “levantaron”, como se dice en el argot periodístico, la nota y la difundieron. Luego en las redes sociales, citando a los noticieros de radio, dieron por buena la información.
Hoy día, un suceso del que sabemos muy poco, la desaparición de Fernández de Cevallos y otro del que no sabemos nada (nada es nada) están irremediablemente conectados. Por si fuera poco, los “analistas” (cuyo papel en general es decir lo que el periodista y el público quiere oír pero con doctorado) lo certificaron y le dieron carta universitaria y, aplicando la máxima del maestro Casillas, la voz ronca, pausada y engolada con la que suelen comentar, hizo parecer inteligentes las más disparatadas de las hipótesis.
A estas alturas del partido se da por sentado que el gobierno atrapó a “Nacho” Coronel, y si las cosas no son como dicen las redes sociales, peor para ellos. Si lo niegan será una prueba más de que efectivamente lo tuvieron y lo soltaron. Si no dicen nada, será prueba de que “no quieren decir nada” y por lo tanto algo ocultan (la lógica del complotista es impecable).
A estas alturas del partido, el Gobierno no se salva ni presentando a “Nacho” Coronel y liberando al “Jefe” Diego, pues siempre quedará la sospecha, fundada en la ilusión del espejo, de que algo más se esconde detrás de la puerta. ¿Es probable que la Marina haya realizado operativos sin ningún resultado el jueves en la noche en Guadalajara? Sí, más que probable, pues hay muchos operativos frustrados todos los días. ¿Es posible que al “Jefe” Diego lo hayan secuestrado delincuentes comunes por razones económicas? Sin duda. En los últimos años Diego iba por la vida más como magnate que como político. ¿Alguien puede explicarle esto a los twitteros en 140 caracteres y que además lo crean? No, eso es más difícil que agarrar a “Nacho” y al “Chapo” juntos.
Gabriel Casillas
Para crear un laberinto, decía Jorge Luis Borges, bastan un par de espejos. Nunca sabremos qué imagen es reflejo de cuál, ni cuál de todas las puertas es la verdadera y cuál sólo un reflejo, o acaso un reflejo del reflejo, y así hasta el infinito. Algo similar sucede con la información. Basta enfrentar un par de especulaciones para crear un laberinto informativo que se multiplica y se difunde, como la imagen en el espejo, hasta perder el dato de referencia.
La desaparición de Diego Fernández de Cevallos ha generado un laberinto de especulaciones. Creció como hiedra en redes sociales la “información” de que el secuestro del “Jefe” estaba vinculada con la captura de uno de los capos de la droga más poderosos y controlador absoluto de Jalisco y Colima (Manzanillo incluido), Ignacio Coronel. Como la información circuló profusamente en redes socieles, en algunos noticieros de radio “levantaron”, como se dice en el argot periodístico, la nota y la difundieron. Luego en las redes sociales, citando a los noticieros de radio, dieron por buena la información.
Hoy día, un suceso del que sabemos muy poco, la desaparición de Fernández de Cevallos y otro del que no sabemos nada (nada es nada) están irremediablemente conectados. Por si fuera poco, los “analistas” (cuyo papel en general es decir lo que el periodista y el público quiere oír pero con doctorado) lo certificaron y le dieron carta universitaria y, aplicando la máxima del maestro Casillas, la voz ronca, pausada y engolada con la que suelen comentar, hizo parecer inteligentes las más disparatadas de las hipótesis.
A estas alturas del partido se da por sentado que el gobierno atrapó a “Nacho” Coronel, y si las cosas no son como dicen las redes sociales, peor para ellos. Si lo niegan será una prueba más de que efectivamente lo tuvieron y lo soltaron. Si no dicen nada, será prueba de que “no quieren decir nada” y por lo tanto algo ocultan (la lógica del complotista es impecable).
A estas alturas del partido, el Gobierno no se salva ni presentando a “Nacho” Coronel y liberando al “Jefe” Diego, pues siempre quedará la sospecha, fundada en la ilusión del espejo, de que algo más se esconde detrás de la puerta. ¿Es probable que la Marina haya realizado operativos sin ningún resultado el jueves en la noche en Guadalajara? Sí, más que probable, pues hay muchos operativos frustrados todos los días. ¿Es posible que al “Jefe” Diego lo hayan secuestrado delincuentes comunes por razones económicas? Sin duda. En los últimos años Diego iba por la vida más como magnate que como político. ¿Alguien puede explicarle esto a los twitteros en 140 caracteres y que además lo crean? No, eso es más difícil que agarrar a “Nacho” y al “Chapo” juntos.