Jalisco
La ciudad, sin reglamento para definir qué es una colonia
La colonia más grande de Guadalajara tiene más población que 90 municipios de Jalisco; la más pequeña sólo tiene 24 habitantes
GUADALAJARA, JALISCO (27/JUL/202).- De las 286 colonias existentes en el municipio de Guadalajara, Lomas del Paraíso es la más poblada con casi 31 mil habitantes, lo que supera a la población de más de 90 municipios de Jalisco. Balcones de la Joya, con apenas 24 habitantes —según los datos de 2010 del Consejo Estatal de Población (Coepo)—, es la colonia más pequeña de la ciudad.
Este contraste en el número de habitantes s deben a que no existe un reglamento que determine y defina los límites de una colonia. Así lo advierten el arquitecto y ex procurador de Desarrollo Urbano del Estado, Gabriel Casillas Moreno, y el arquitecto, urbanista y ex director de Obras de Públicas de Zapopan, Ignacio Vázquez Ceseña.
“Es realmente una cosa fortuita que puede condicionar un elemento geográfico, como un río o la Barranca de Huentitán, o un elemento artificial, como las vías del ferrocarril o una avenida”, explicó Vázquez Ceseña.
La única que marca pautas en materia de urbanización es la Ley de Desarrollo Urbano; sin embargo, dijo Vázquez Ceseña, “la mitad de la ciudad está hecha informalmente”. Por ejemplo, Lomas del Paraíso: una zona que se fue invadiendo a partir de los años setenta. “Como no fue hecha por un urbanizador autorizado, el Ayuntamiento se convirtió prácticamente en urbanizador y tuvo que meter servicios”.
Las disparidades también ocurren en otros terrenos como el de la seguridad: mientras que en Balcones de la Joya se ha registrado un solo robo a casa habitación en lo que va del año, en Lomas del Paraíso son ocho hasta el momento, según información solicitada vía transparencia al Ayuntamiento de Guadalajara.
CRÓNICA
En la más pequeña también hay dramas
En el norte de la ciudad, a orillas de la Barranca de Huentitán, se ubica Balcones de la Joya: la colonia más pequeña de Guadalajara. Según datos del Consejo Estatal de Población (Coepo), la localidad tenía en 2010 apenas 24 habitantes. Sin embargo, el conjunto habitacional cuenta con 192 casas, que según el presidente de colonos, Pedro Flores, están ocupadas en su mayoría por familias pequeñas.
Lo primero que verá un visitante de Balcones de la Joya es la caseta de vigilancia y la reja eléctrica que restringe el paso. Lo anterior, como explicó Flores, lo decidieron los colonos después de varios incidentes de robo a hogares y de automóviles, ya que las colonias aledañas El Salto y La Joyita son zonas “más conflictivas”.
El vigilante en turno tiene órdenes de tomar los datos de quien desee ingresar a disfrutar las áreas verdes del fraccionamiento o la imponente vista panorámica de la Barranca.
Los niños que juegan en el parque sin vigilancia de sus padres, confirman que ahora se trata de una zona segura. Muchos vecinos coinciden en que la vigilancia continua ha aumentado considerablemente la calidad de vida de la zona, que se complementa con el aire limpio que se respira en los límites de la ciudad.
El fraccionamiento tiene algunos problemas en los servicios, particularmente con el alumbrado. Esto, según el administrador, se debe a que la mitad de la colonia “no se ha entregado al Ayuntamiento de Guadalajara y todavía aparece como parte de Jafra, la empresa constructora”.
Para tomar el transporte público basta dar unos cuantos pasos después de la caseta. A simple vista se observan más de cinco rutas que llegan hasta las puertas de Balcones de la Joya.
CRÓNICA
Lomas de… ¿Guanajuato?
Dicen que viven en Lomas del Paraíso pero aquí, en la tercera sección de la colonia más poblada de Guadalajara, todo es riscos y montaña. Cerros, muchos cerros, como si fuera Guanajuato. Francisca Muñoz, de 58 años, es una de las 10 mil 364 personas que viven en esta frontera del municipio tapatío, entre la Barranca y Zapopan. Entre lo más poblado y los pocos servicios. La tercera sección de Lomas del Paraíso.
“Aquí no tenemos mercado. Si te vas a Balcones de Huentitán, allá seguro encuentras”. “¿Templo? Pues nomás católico, porque de los otros no hay nada. Los que conozco son allá abajo, en la segunda sección”. “Aquí nomás vienen los policías ya cuando se dieron en la torre los muchachos. En la noche está muy peligroso”, dice Francisca Muñoz.
Lomas del Paraíso tiene lo mismo de absurdo que el País de las Maravillas. Sus calles tienen nombres como Teodomiro Chowell y en sus paredes hay letreros con que el Ayuntamiento advierte a las mujeres que en esta zona pueden ser víctimas de abuso. Jimena Ramírez espera el camión de la ruta 258 A, que tiene su base en la calle Antonio Nieves. Cuenta que por las noches “hay muchos cholos, de los 15… sobre todo, ahí por el arroyo, donde se divide la sección entre dos y tres”. Si Jimena está esperando el camión y se distrae cada que pasa alguien es porque está alerta. “En las noches sí se pone peligroso. Por eso, es mejor llegar antes de las 10 de la noche a la casa”.
En la calle Francisco Pastor hay una frontera imaginaria. Una barrera de cimientos en medio de la calle que nadie sabe quién puso. En el Oriente está Balcones de Huentitán y, al otro lado, Lomas… así nomás, como los vecinos la llaman.
Este contraste en el número de habitantes s deben a que no existe un reglamento que determine y defina los límites de una colonia. Así lo advierten el arquitecto y ex procurador de Desarrollo Urbano del Estado, Gabriel Casillas Moreno, y el arquitecto, urbanista y ex director de Obras de Públicas de Zapopan, Ignacio Vázquez Ceseña.
“Es realmente una cosa fortuita que puede condicionar un elemento geográfico, como un río o la Barranca de Huentitán, o un elemento artificial, como las vías del ferrocarril o una avenida”, explicó Vázquez Ceseña.
La única que marca pautas en materia de urbanización es la Ley de Desarrollo Urbano; sin embargo, dijo Vázquez Ceseña, “la mitad de la ciudad está hecha informalmente”. Por ejemplo, Lomas del Paraíso: una zona que se fue invadiendo a partir de los años setenta. “Como no fue hecha por un urbanizador autorizado, el Ayuntamiento se convirtió prácticamente en urbanizador y tuvo que meter servicios”.
Las disparidades también ocurren en otros terrenos como el de la seguridad: mientras que en Balcones de la Joya se ha registrado un solo robo a casa habitación en lo que va del año, en Lomas del Paraíso son ocho hasta el momento, según información solicitada vía transparencia al Ayuntamiento de Guadalajara.
CRÓNICA
En la más pequeña también hay dramas
En el norte de la ciudad, a orillas de la Barranca de Huentitán, se ubica Balcones de la Joya: la colonia más pequeña de Guadalajara. Según datos del Consejo Estatal de Población (Coepo), la localidad tenía en 2010 apenas 24 habitantes. Sin embargo, el conjunto habitacional cuenta con 192 casas, que según el presidente de colonos, Pedro Flores, están ocupadas en su mayoría por familias pequeñas.
Lo primero que verá un visitante de Balcones de la Joya es la caseta de vigilancia y la reja eléctrica que restringe el paso. Lo anterior, como explicó Flores, lo decidieron los colonos después de varios incidentes de robo a hogares y de automóviles, ya que las colonias aledañas El Salto y La Joyita son zonas “más conflictivas”.
El vigilante en turno tiene órdenes de tomar los datos de quien desee ingresar a disfrutar las áreas verdes del fraccionamiento o la imponente vista panorámica de la Barranca.
Los niños que juegan en el parque sin vigilancia de sus padres, confirman que ahora se trata de una zona segura. Muchos vecinos coinciden en que la vigilancia continua ha aumentado considerablemente la calidad de vida de la zona, que se complementa con el aire limpio que se respira en los límites de la ciudad.
El fraccionamiento tiene algunos problemas en los servicios, particularmente con el alumbrado. Esto, según el administrador, se debe a que la mitad de la colonia “no se ha entregado al Ayuntamiento de Guadalajara y todavía aparece como parte de Jafra, la empresa constructora”.
Para tomar el transporte público basta dar unos cuantos pasos después de la caseta. A simple vista se observan más de cinco rutas que llegan hasta las puertas de Balcones de la Joya.
CRÓNICA
Lomas de… ¿Guanajuato?
Dicen que viven en Lomas del Paraíso pero aquí, en la tercera sección de la colonia más poblada de Guadalajara, todo es riscos y montaña. Cerros, muchos cerros, como si fuera Guanajuato. Francisca Muñoz, de 58 años, es una de las 10 mil 364 personas que viven en esta frontera del municipio tapatío, entre la Barranca y Zapopan. Entre lo más poblado y los pocos servicios. La tercera sección de Lomas del Paraíso.
“Aquí no tenemos mercado. Si te vas a Balcones de Huentitán, allá seguro encuentras”. “¿Templo? Pues nomás católico, porque de los otros no hay nada. Los que conozco son allá abajo, en la segunda sección”. “Aquí nomás vienen los policías ya cuando se dieron en la torre los muchachos. En la noche está muy peligroso”, dice Francisca Muñoz.
Lomas del Paraíso tiene lo mismo de absurdo que el País de las Maravillas. Sus calles tienen nombres como Teodomiro Chowell y en sus paredes hay letreros con que el Ayuntamiento advierte a las mujeres que en esta zona pueden ser víctimas de abuso. Jimena Ramírez espera el camión de la ruta 258 A, que tiene su base en la calle Antonio Nieves. Cuenta que por las noches “hay muchos cholos, de los 15… sobre todo, ahí por el arroyo, donde se divide la sección entre dos y tres”. Si Jimena está esperando el camión y se distrae cada que pasa alguien es porque está alerta. “En las noches sí se pone peligroso. Por eso, es mejor llegar antes de las 10 de la noche a la casa”.
En la calle Francisco Pastor hay una frontera imaginaria. Una barrera de cimientos en medio de la calle que nadie sabe quién puso. En el Oriente está Balcones de Huentitán y, al otro lado, Lomas… así nomás, como los vecinos la llaman.