Jalisco
Hay permisos para topes, no sanciones
Ni la Secertaría de Movilidad, ni los municipios, castigan la instalación irregular
GUADALAJARA, JALISCO (19/MAR/2014).- Pasan acelerados, brincan, se desestabilizan y rematan con llanta raspada. Así le pasa a los que desconocen los rumbos. Los asiduos a la calle Puerto Melaque, en la colonia Santa María Reina, saben que después de un tope viene otro, luego otro y uno más hasta contar cuatro, en menos de dos cuadras.
Desde atrás del mostrador en su negocio, Alejandra Velarde tiene vista privilegiada de los brincos que dan los vehículos cuando los cuatro topes los toman por sorpresa. Puerto Melaque, entre San Gaspar y San Dimas, destaca porque apenas un vehículo pasa un tope, y debe preparar la velocidad para otro, y dos más.
Los topes proliferan: las autoridades estatales los autorizan y las municipales los instalan. Durante 2013, en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) se mandaron construir 313 nuevos topes, de acuerdo con datos obtenidos vía transparencia. Sin embargo, para sancionar por los topes puestos sin permiso, ninguna autoridad se hace responsable.
De hecho, de 2002 a 2009 sólo en Guadalajara se autorizó la instalación de 660 topes.
El entonces director de Pavimentos del Ayuntamiento de Guadalajara, Bernardo Gutiérrez, y el director de Dispositivos de Control, Francisco García Almaraz, de la Secretaría de Vialidad y Transporte, reconocieron que era más el número de topes sin permiso que los autorizados, y que eso dificultaba detectar y sancionar a los responsables, publicó este medio en septiembre de 2010.
Las cosas no han cambiado. De entrada, la Secretaría de Movildiad explica que no es su competencia, porque le toca sólo hacer estudios y dictaminar la viabilidad de la instalación o retiro de topes.
Mientras que las dependencias que regulan los topes en los municipios expresan que no es su competencia sancionar irregularidades.Los ayuntamientos y Movilidad detectaron 59 topes irregulares, algunos construidos por vecinos.
En el caso específico de Guadalajara, hay 39 que la dependencia estatal ordenó su retiro, pero sólo se concretó en 10. El municipio responde que se procederá según los recursos disponibles y de acuerdo a las labores prioritarias en este año.
NUMERALIA
En cifras
313 topes construidos en 2013
59 detectados sin permiso
660 topes instalados de 2002 a 2009 en Guadalajara
29 pendientes por retirar en Guadalajara
LA VOZ DEL EXPERTO
Desorden administrativo conlleva caos vial
María Dolores del Río López (especialista en urbanismo y movilidad)
No saber cuántos topes hay ni dónde están conlleva caos vial. De ese modo, estos reductores de velocidad proliferan en zonas que deben mantener cierto flujo de velocidad y desestabilizan la vialidad, explica la académica de la Universidad de Guadalajara, María Dolores del Río López, especialista en urbanismo y movilidad.
Los topes son un síntoma de reacción, comenta. Se colocan en lugares donde se quiere controlar la velocidad de los vehículos, pero el inicio del problema está en tener necesidad de topes porque los usuarios de las calles no son conscientes de respetar límites de velocidad o darle prioridad al peatón.
Ya instalado el tope, la señalización es indispensable, pues así el conductor se previene y evita reacciones abruptas que pueden resultar fatales. Aunque la especialista recomienda otros mecanismos de reducción de velocidad más amigables, como alertas pintadas.
Nadie sabe cuántos hay
Cuántos topes hay y en dónde están es imposible conocer en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Ni las autoridades estatales, ni las municipales, cuentan con un registro.
Cada que se va a instalar un reductor de velocidad, la Secretaría de Movilidad tiene la última palabra, pues su facultad es hacer estudios de viabilidad y emitir dictámenes técnicos. Sin embargo, al preguntarle vía transparencia a la dependencia estatal cuántos topes existen en la metrópoli, su respuesta fue: “No se tiene estadística exacta sobre los reductores de velocidad (boyas y topes)”.
Los municipios son los encargados de la labor operativa al instalar el tope, una vez acreditado por Movilidad, pero ni ellos tienen el número exacto. Guadalajara dice que en caso de haber registro, lo debe tener la dependencia estatal; Tonalá da una cifra, 280, pero es sólo un aproximado.
Tlaquepaque explica que la falta de padrón es porque la población dificulta la contabilización.
Desde atrás del mostrador en su negocio, Alejandra Velarde tiene vista privilegiada de los brincos que dan los vehículos cuando los cuatro topes los toman por sorpresa. Puerto Melaque, entre San Gaspar y San Dimas, destaca porque apenas un vehículo pasa un tope, y debe preparar la velocidad para otro, y dos más.
Los topes proliferan: las autoridades estatales los autorizan y las municipales los instalan. Durante 2013, en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) se mandaron construir 313 nuevos topes, de acuerdo con datos obtenidos vía transparencia. Sin embargo, para sancionar por los topes puestos sin permiso, ninguna autoridad se hace responsable.
De hecho, de 2002 a 2009 sólo en Guadalajara se autorizó la instalación de 660 topes.
El entonces director de Pavimentos del Ayuntamiento de Guadalajara, Bernardo Gutiérrez, y el director de Dispositivos de Control, Francisco García Almaraz, de la Secretaría de Vialidad y Transporte, reconocieron que era más el número de topes sin permiso que los autorizados, y que eso dificultaba detectar y sancionar a los responsables, publicó este medio en septiembre de 2010.
Las cosas no han cambiado. De entrada, la Secretaría de Movildiad explica que no es su competencia, porque le toca sólo hacer estudios y dictaminar la viabilidad de la instalación o retiro de topes.
Mientras que las dependencias que regulan los topes en los municipios expresan que no es su competencia sancionar irregularidades.Los ayuntamientos y Movilidad detectaron 59 topes irregulares, algunos construidos por vecinos.
En el caso específico de Guadalajara, hay 39 que la dependencia estatal ordenó su retiro, pero sólo se concretó en 10. El municipio responde que se procederá según los recursos disponibles y de acuerdo a las labores prioritarias en este año.
NUMERALIA
En cifras
313 topes construidos en 2013
59 detectados sin permiso
660 topes instalados de 2002 a 2009 en Guadalajara
29 pendientes por retirar en Guadalajara
LA VOZ DEL EXPERTO
Desorden administrativo conlleva caos vial
María Dolores del Río López (especialista en urbanismo y movilidad)
No saber cuántos topes hay ni dónde están conlleva caos vial. De ese modo, estos reductores de velocidad proliferan en zonas que deben mantener cierto flujo de velocidad y desestabilizan la vialidad, explica la académica de la Universidad de Guadalajara, María Dolores del Río López, especialista en urbanismo y movilidad.
Los topes son un síntoma de reacción, comenta. Se colocan en lugares donde se quiere controlar la velocidad de los vehículos, pero el inicio del problema está en tener necesidad de topes porque los usuarios de las calles no son conscientes de respetar límites de velocidad o darle prioridad al peatón.
Ya instalado el tope, la señalización es indispensable, pues así el conductor se previene y evita reacciones abruptas que pueden resultar fatales. Aunque la especialista recomienda otros mecanismos de reducción de velocidad más amigables, como alertas pintadas.
Nadie sabe cuántos hay
Cuántos topes hay y en dónde están es imposible conocer en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Ni las autoridades estatales, ni las municipales, cuentan con un registro.
Cada que se va a instalar un reductor de velocidad, la Secretaría de Movilidad tiene la última palabra, pues su facultad es hacer estudios de viabilidad y emitir dictámenes técnicos. Sin embargo, al preguntarle vía transparencia a la dependencia estatal cuántos topes existen en la metrópoli, su respuesta fue: “No se tiene estadística exacta sobre los reductores de velocidad (boyas y topes)”.
Los municipios son los encargados de la labor operativa al instalar el tope, una vez acreditado por Movilidad, pero ni ellos tienen el número exacto. Guadalajara dice que en caso de haber registro, lo debe tener la dependencia estatal; Tonalá da una cifra, 280, pero es sólo un aproximado.
Tlaquepaque explica que la falta de padrón es porque la población dificulta la contabilización.